Capitulo 22: Mi error

405 50 5
                                        

-Tienes un mensaje nuevo en la casilla de voz –pausa- mensaje recibido a las quince horas con treinta y cinco minutos –pausa-

-Emily... ¿Tan solo podrías contestar por favor? Sé que la he cagado, pero, por favor.

-Mensaje eliminado –pausa- tienes cero mensajes de voz en la casilla de voz.

Emily cerró los ojos con fuerza mientras se abrazaba a la almohada con anhelo, era el mensaje diez que había recibido ese día, además de las llamadas perdidas que tenia. La había pasado encerrada en su habitación y en pijama, estaba deprimida. Había tenido el suficiente tiempo para pensar bien las cosas y decidirlo. Tecleó un poco y envió un mensaje de texto con palabras puntuales al celular del idiota; iba a reparar todos sus errores, empezando por el que le partió el corazón.

[...]

Donghae llegó al departamento una hora antes de lo pactado en el mensaje, se paseó de lado a lado en la pequeña sala, pensando en todo lo que diría para aplacar el enojo que Emily debía traer consigo, practicó el argumento que se suponía iba a defenderlo por más de cien veces y se dijo a sí mismo que las cosas saldrían bien. En cuanto las llaves de la puerta sonaron, amenazando con abrirse, sintió un raro miedo en el estómago. Emily iba a entrar hecha una furia, probablemente a abofetearlo y a decirle cosas horribles, así que debía estar preparado, listo para todo ataque.

La puerta se abrió por completo y Emily ingresó tranquila, dando pasos lentos, con unos jeans normales y una camiseta algo holgada para su cuerpo, sacó las llaves de la puerta con paciencia y la cerró sin mirarlo, levanto la vista en cuanto se acercó hasta donde estaba. Sin gritos, berrinches o lloriqueos, simplemente así, orgullosa.

-¿Emily? –Sin saber exactamente qué decir, aquella entrada le había dado la vuelta completa a todos sus planes- Hola.

-Hola Donghae –saludó mirándolo por fin a los ojos, usando todo el valor que tenía en el cuerpo para no caer rendida-

-Mocosa, siento, siento mucho lo que paso ayer. Sé que te dije que podríamos ir, pero... pero se me presentaron algunas cosas –no podía decirle que estaba con Jaqueline, eso empeoraría las cosa, sin embargo se sobrentendía- podemos ir hoy mismo a hacerte la prueba, estaré contigo y no te dejaré sol...

-Es negativa –disertó de forma directa y seca. Donghae quedo desencajado-

-Ya te la hiciste...

-Si... demoré tres horas más de lo planeado –recriminándole de forma muy apacible el tiempo que quedo esperándolo- pero al final fui y me hice un examen de sangre, tranquilo, solo fue una falsa alarma –no supo si sentirse aplacado por la noticia o asustado por la manera en la que se dirigía hacia él-

-Entonces, creo que eso es bueno ¿Verdad? –vacilante-

-Así es, vas a poder seguir con tu plan y obtener todo el dinero que quieras –sonrió de lado con amargura, nunca imaginó terminar diciéndole cosas como esas; en algún momento de a historia su corazón albergó y se aferró la ilusión de que Donghae sintiera lo mismo por ella después de todo lo que habían pasado y vivido, pero no era el caso- no te he truncado nada.

-¿Por qué estás diciendo estas cosas?

-Donghae, la única razón por la que acepte verte hoy fue para decirte que quiero terminar lo que sea que tengamos –él quedó atónito, sabía que había metido la pata, sabía que era un imbécil, pero... no era para tanto, no tenía planeado dejarla- No quiero que sigamos viéndonos, puedes estar tranquilo, no voy a decirle nada a Jaqueline de lo que tuvimos y no voy a aparecerme por tu casa otra vez, será como si nunca me hubieras conocido. Tan solo, no me busques –jugueteó con sus manos, en realidad no quería decir aquello, no quería separarse de él, pero... era lo correcto y a veces lo correcto dolía- no vuelvas a llamarme, ni a escribirme, nada...

La MocosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora