Capítulo 10: Mejor Amigo

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Emily Abrió los ojos débilmente, se estiró suave notando el bulto pesado a su lado y sonrió de manera involuntaria al ver a Donghae tendido a su lado, tan cómodo, tan despreocupado; mostrando por primera vez un rostro sereno y libre de todo enojo o vana preocupación, así lucia muy bien, más que bien a decir verdad. El condenado era muy guapo y el tenerlo ahí acostado lo hacía aún más atractivo; sin hacer mucho alboroto se dirigió al cajón de al lado para sacar la cámara, se acunó a su lado sin despertarlo y empezó a tomar fotos silenciosas retratando su rostro feliz junto al pasivo de él. Segundos después de extraer las mejores imágenes guardó el aparato para empezar a despertarlo con una voz dócil... al principio puso oposición, pero poco a poco fue abriendo los ojos hasta toparse con el hermoso rostro de la mocosa que tanto odiaba.

-Hola... Hola Donghae, ya es de mañana –Su voz era parecida a la de una ninfa que seducía con sus cantos y luego te engatusaba llevándote hasta tu perdición en éxtasis- vamos cariño... despierta dormilón.

-Ya desperté –escondió el rostro entre las sabanas empezando con el humor tan amargado de siempre-

-¿Sabes? Esta noche fue muy genial, nunca imagine que dormir abrazada a ti fuera tan cómodo y relajante.

-¿Relajante? Prácticamente me tuviste como tu almohada.

-Ya, deja de lado lo enojón ¿Hoy si nos bañamos juntos?

-No Emily –serio- ni hoy ni nunca.

-Baaah, veras que al final de esto, serás tú quien me lo pida.

-Espero que no –refutó-

-Pues yo sé que si –Sujetó su rostro con sus manos y lo acerco al suyo para besarlo apasionadamente, dándole los mejores buenos días que cualquier mañana normal-

-¡Estás loca! ¡Loca! –Exclamó separándose de ella rápidamente, tal vez al final hasta terminaría dejando de ser gusto para ser enamoramiento. Enamorarse no estaba mal, ella quería estar enamorada de alguien que fuera como él, porque sabía que en el fondo no era tan amargado, si no que por el contrario, un poco histérico. Ya con el tiempo iba a ir tomando mayor confianza-

-Apuesto a que tu Jaqueline no te despierta así por las mañanas, o tal vez si pero no logra hacerte sentir lo que yo hago contigo... -Los ojos tan inocentes de niña pasaron a ser unos seductores y captantes ojos negros dispuestos a hacerlo sucumbir en sus encantos- tu silencio lo dice todo –Se pegó a él haciendo el edredón a un lado-

-¿Sabes que eres una niña no? Tienes 17 y yo 27, yo veo otras cosas, no mocosas –intentó decir sin que el nerviosismo se le notara-

-Anda, la diferencia no es mucha –Negó- dentro de poco tendré 18 ¡y pam! Seremos legalmente estables.

-¿Cuándo los cumples?

-En Setiembre –rió  con picardía-

-Emily... -La llamó firme, separándola con brusquedad- estamos noviembre, falta casi un año completo para que tengas 18. ¡Mierda! ¡Acabas de cumplir los 17!

-¡Pero soy toda una mujer! ¡Anda! ¡Deja y te lo demuestro! –Gateo hasta él de forma liberal tal si fuera una gata al acecho de un ratón-

-No... Ya te lo dije, contigo nada.

-Ya nos besamos muchas veces y hasta dormimos juntos.

-No te pases de la raya Emily, ahora ve y cámbiate, debemos desayunar, yo ya me muero de hambre y eso me pone de mal humor...

-Bueno –aún juguetona.- solo por hoy te obedeceré -un sonoro beso a labios juntos hizo eco por toda la habitación- Me alistare rápido ¿Va? Espérame...

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