Capítulo 21

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Donghae no había podido cerrar un ojo en toda la noche, se removió inquieto en la cama que compartía con Jaqueline durante bastante tiempo pensando en todas las posibilidades que tenia de ser padre. No había querido contarle a Kevin lo que sucedía por temor a que pegara el grito en el cielo con justa razón; tan solo logró dormir unas horas, teniendo una pesadilla en la que soñaba que el examen de embarazo de Emily resultaba positivo.

Se quedó observando el techo hasta que amaneció, esa mañana, de forma muy extraña, Jaqueline despertó después de las seis y se dirigió al baño tomándose bastante tiempo antes de salir. Cansado de estar recostado, se dirigió al baño también y su sorpresa fue mayor, al ver a Jaqueline todavía en pijama, preparándose para una ducha ¿Acaso no pensaba ir a trabajar?

-Buenos días dormilón –saludó su esposa con voz dulce- pensé que no te ibas a despertar nunca –bromeó, Donghae río solo por obligación ¿Por qué rayos no se iba a trabajar?

-Buenos días amor, me sorprende verte a esta hora aquí –frotándose los ojos para disimular un poco el asombro- ¿Vas a llegar tarde al trabajo?

-Hoy es mi día libre tontín –se acercó a él para tocarle la nariz a forma de juego- ¿Qué? ¿Acaso lo olvidaste? –Donghae maldijo mentalmente, no había caído en la cuenta de aquel día libre que Jaqueline que tenía al mes-

-No importa, sé que me esperas demasiado cada día en el que me voy a trabajar, así que hoy tenemos este día solo para nosotros ¡Tengo planeado ir a un bonito hotel! Solo los dos, sin nadie que nos moleste durante todo el día ->>¡Rayos! ¡No!<< Se acercó a él colgándose de su cuello- ¿Sucede algo? –Notando su expresión ida- ¿No te gusta la idea?

-Sí, amor, es solo que, me tomó por sorpresa –tomándola de la cintura- me encanta la idea –embustero-

-Entonces tenemos que alistarnos –volvió a sonreír coqueta- entre más temprano salgamos, más tiempo tendremos para nosotros –le guiñó un ojo fingiendo emoción, ella se divirtió con eso y jaló su cuerpo con todo y pijama hasta la ducha. >>Lo siento mucho mocosa<< se dijo para sí mismo. 

Después de unas horas se vio obligado a apagar el celular gracias a la estúpida idea de su esposa acerca de no querer ninguna interrupción. Miró la ventana de forma perdida en cuanto tuvo oportunidad ¿Estaría Emily tan asustada como lo creía? probablemente si. 

Jacobo llegó hasta el Mc donalds con el celular en las manos, hablaba con alguien por teléfono de forma despreocupada y divertida, tenía el propósito de pedir comida para llevar. No pudo ingresar debido a la silueta conocida con el rostro escondido que vio, Emily sentada en una banca cercana, llorando con la vista puesta en su propio regazo. ¿De verdad? ¿Emily llorando? Era bastante extraño admirarla de esa forma, sabiendo del carácter tan alegre que tenía. Se despidió de la persona con la que charlaba y colgó, se acercó sin pensarlo mucho tratando de quitarse la duda de encima.

-¿Emily? –preguntó todavía inseguro de que fuera ella, la mocosa se secó las lágrimas con rapidez y aparentó reponerse-

-¿Jacobo? –Tragó saliva reconociéndolo. Hizo un gran esfuerzo y esbozó una pequeña sonrisa,  aunque todavía tenía el rostro mojado- Hola ¿Qué hacías?

-¿Por qué estabas llorando? –Cuestionó sentándose a su lado-

-No estaba llorando –mintió-

-Emily... no seas sínica, tienes los ojos hinchados y la cara llena de lágrimas –a ella le tembló la mandíbula, nunca nadie la había visto así, era el colmo- Oye... no te pongas así –trató de contener las lágrimas pero le fue imposible, había llegado a su limite- sea lo que sea que te suceda, tiene solución ¿quieres hablar de ello? Puedes contarme lo que sea –ella negó- Bien, tan solo me quedaré aquí, escuchándote llorar... -se cruzó de brazos, no estaba dispuesto a dejarla ahí en esas condiciones-

La MocosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora