Han pasado tres días desde que subieron a mi padre a planta, tuve la oportunidad de quedar con Toby y echar una tarde charlando, hoy me encuentro preparando mi maleta para coger el avión en un par de horas.
-¿A que hora te marchas?- Dice Connor a mis espaldas.
-En un par de horas, vete, tengo que terminar- Connor me mira.
-Valeria, puedo imaginarme el cabreo que puedes llegar a tener por estropearte la boda, pero creeme que no lo hice por gusto- Le miro seria.
-Si eso fuese así, me contarias el motivo del por qué.- El se queda mirandome y suspira.
-Mira Valeria, mejor dejemoslo, y olvidemoslo, seamos hermanos y nada mas- Empiezo a reír.
-Mejor que no seamos nada Connor- Cierro mi maleta y voy hasta la cocina para llamar a un taxi.
Tras llamar y tomar un café, cojo el primer taxi para ir al hospital a despedirme de mi padre y de Rebecca y tras eso me iré, para no volver en un largo, muy largo tiempo.
-Hola Rebecca- Digo entrando a la habitación, ella sonríe y mira la maleta.
-¿Te marchas?- Asiento- Imagino que has venido a despedirte, gracias por aver venido, ha tenido que ser un lío- Vuelvo a asentir.
-Es mi padre, así que no me ha costado ningún trabajo, ¿Está dormido?
-Lo despertare- Tras cinco minutos, en los que Rebecca llama a mi padre, por fin abre los ojos.- Thomas, tu hija quiere despedirse- El sonríe y me acerca su mano para que la agarre.
-Papá, recuperate pronto, te llamaré, y cuidate- El sonríe y muy bajito dice..
-Hija, te quiero- Una sonrisa recorre mi rostro de oreja a oreja, le doy un beso en la frente, abrazo a Rebecca y salgo de la habitación, me dirijo al aeropuerto de Madrid.
Por fin estoy de nuevo aquí,en Estados Unidos, después de 6 días, he de admitir que lo he extrañado muchísimo.
Voy hasta el piso donde Dylan debe estar como loco esperandome, y llamo al timbre.
-¡Por fin!- Me rodea con sus brazos y yo le doy un buen apretón.
-Te he echado de menos- El ríe y me vuelve a abrazar.
Llevo la maleta hasta la habitación, y la relleno con el resto de ropa que queda en el armario, dentro de dos días vuelvo a la WCU, estoy muy emocionada, por una gran parte, pero por otra no, porque ya no viviré mas con Dylan, ni podré continuar en el trabajo.
-Menuda mierda, dentro de dos días no tendré que preparar dos desayunos- Dice Dylan a mis espaldas.
-Bueno, mira el lado positivo, menos trabajo para ti- El sonríe y se apoya en el marco de la puerta.- Han sido unos meses un tanto duros ¿No crees?- El asiente.
-Ojalá pudieses quedarte mas tiempo, voy a echarte de menos- Termino la maleta y voy hasta la cocina.
-Todo irá bien Dylan- Tal vez en estos dos meses haya descubierto muchas cosas, he reencontrado su cariño, me he disculpado por el daño que tal vez le cause después de dos años de relación, y después de todo eso y más, he descubierto que me quiere, y que siempre tendré su apoyo, y tal vez, que en este tiempo, algo se haya encendido en mi.
Aún no he mantenido la conversación que debería con el, pero millones de veces he tenido ganas de besarle y no lo he echo, cuando se que el me seguiría el juego, pero no está bien, ilusionar a una persona sin tener realmente las cosas claras. Connor sigue ahí, es como una espina clavada, muy profunda, una espina que jamás podré sacarme, que siempre tendré esas ganas de dormir con el, de abrazarle, de decirle que le quiero y de que el también me lo diga a mi.
Ha tenido la oportunidad de hablar conmigo, de solucionar las cosas, de contarme la verdad, yo le fuese perdonado por muy dura que fuese, y no lo ha echo, ha tirado la toalla, y no me ha contado nada, y estoy decepcionada por su parte, porque realmente esperaba que lo hiciese, no esperaba menos de el.
Realmente aún lo quiero, y no puedo rendirme, necesito llamarle, se que he sido muy dura.
Cojo el teléfono y marco el número, Dylan está en la ducha y este es mi mejor momento para hacerlo.
-Connor...- Digo el corazón me va a cien.
-Valeria, te quiero, Perdóname, he sido un imbécil- Mi corazón va a estallar.
-Connor, claro que te perdono, te necesito, te quiero demasiado, no puedo estar aquí, no sin ti- El suspira a través del teléfono.
-Veré que podemos hacer, perdoname por favor.
Dylan sale de la ducha, así que sin responder cuelgo el teléfono y enciendo la televisión.
-¿Organizasteis las fotos de Julia?-Dylan seca su pelo con la toalla.
-Sí, eran bastante buenas para ser tuyas- Los dos reimos y hago una mueca de enfado.
-No lo volvería a hacer jamás, las fotos son buenas por la modelo, no por la fotografa, creeme-El ríe.
-Lo cierto es que Julia es una de las modelos más guapas de la agencia, nadie tiene queja sobre ella- Suspiro y cambio los canales.
-No hay nada en la tele, ¿Vemos una película?- El asiente y se sienta a mi lado, rodeando mi hombro con su brazo, yo me tiendo sobre el de espaldas.- Veremos el diario de noa.
-No por favor, otra vez esa película no- Empiezo a reír, lo cierto es que ya la hemos visto unas quinientas veces en estos meses.
El despertador suena para ir a hacer deporte, apago la alarma como puedo y me levanto echa un zombie, voy directa al cuarto de Dylan.
-Venga, despierta, hay que salir a correr- El hace un gruñido y al momento se levanta, rápido voy a la cocina, preparo dos batidos, y espero hasta que Dylan aparezca.
Mi teléfono empieza a vibrar, es Connor.
-¿Diga?
-Valeria, soy yo.- Suspiro.
-Lo sé, dime.
-He encontrado un piso cerca de la WCU, voy a instalarme allí la semana que viene.- Mi corazón da un vuelco.
-¿¡Enserio?!, oh dios, ¡Eso es genial!- me doy cuenta de que he gritado demasiado alto.
-quién es- La voz de Dylan retumba detrás de mi.
-Tengo que dejarte, te llamaré después- El ríe.
-Esta bien, te quiero- Y tras eso cuelga.
Un incomodo cosquilleo recorre todo mi estomago, voy a tener a Taylor cada día, cerca, es el momento de solucionar nuestros problemas y comenzar de cero.
-Era una amiga de Madrid, nada importante- Digo tomando mi batido.
-Parecias muy alucinada, ¿Viene de visita?- Le miro, porque no tengo respuesta a la pregunta.
-No, es solo que va a tener un bebé, nada más, ahora terminate el batido y salgamos o se nos hará bien tarde- El niega con la cabeza, y termina su batido.
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Aprendiendo a Amar
RandomTodo comenzó en el fallecimiento de mi madre, todo era genial, yo vivía en Estados Unidos, mi padre era un hombre viudo pero capaz de todo, hasta que en un viaje a España conoció a una mujer, que le hizo colgar sus zapatos, todo seria genial, con un...