Ha pasado una semana, una maldita semana desde que Harry volvio a ponerme los cuernos con otra chica y en otra maldita fiesta, siempre supe que ir a aquel lugar no era una buena idea.
He pasado toda la semana llorando, sin saber donde ir, sin salir de mi habitación, las dos únicas personas que han venido habitualmente a visitarme han sido Elizabeth y Austin que esta última semana nos hemos echo muy buenos amigos, algunos días a traido películas, helados y dulces, para levantar un poco mi ánimo, aunque no lo haya conseguido mucho, su presencia me ha echo bien.
Me temo que Harry sabe lo muy enfadada que estoy, y lo mal que lo hizo, porque ni siquiera ha aparecido por mi pasillo.
Hoy va a ser diferente, voy a salir de este cuarto, al que incluso ya le he cogido algo de tirria, voy a arreglarme un poco y voy a salir a dar una vuelta, fuera de este lugar.
Me doy una relajante ducha, y me pongo mi vaqueros de pitillo y una camiseta de tirantes, cojo la chaqueta vaquera del armario, y repeino mi pelo en una coleta antes de salir.
Justo cuando ya estoy decidida alguien llama a mi puerta, voy a abrir.
-¡Buenos días!- Dice Austin con una sonrisa que le ocupa todo el rostro.
-Hola Austin- Sonrío.- ¿Te vienes?, voy a cojer el autobús para ir al centro.
-Mejor vayamos en mi coche.- Asiento, cojo mi bolso y cierro la habitación con llave, tras eso cruzamos el largo pasillo hasta el coche de Austin que se encuentra aparcado justo al lado del campus.
Justo cuando voy a montarme en el coche, oigo como la voz de Harry retumba en mis oidos gritando mi nombre, miro a Austin y el asiente, tras eso me giro.
-¡Espera Valeria!, ¡Por favor!- Me alejo un poco de Austin y me acerco a Harry.- Valeria, Perdóname, no he salido de la habitación en toda la semana...yo estoy muy arrepentido.
-Lo siento Harry, deberías de haberlo pensado antes.- El cae de rodillas al suelo y agarra mi mano.- No me montes el numerito aquí por favor.
-Perdóname Valeria, me sentí muy mal cuanto te marchaste, no voy a perdonarmelo jamás.
-Si ni siquiera tu puedes perdonarte, ¿Como voy a perdonarte yo?- Se queda callado durante un momento, porque acabo de lanzarle un buen golpe.
-Lo cierto es que tienes razón Valeria, pero no puedo vivir sin ti- Río sarcasticamente.
-Pues vas a tener que empezar a acostumbrarte, porque es lo que te espera.- Tras eso me monto en le coche de Austin y el arranca camino al centro, dejando a Harry allí tirado, en el suelo, llorando desconsolado.
-¿Estás bien?- Dice Austin mirando a la carretera, tan solo asiento.
Recuerdo todo, y pienso, ¿En que me he convertido?, nunca debí de volver a Estados Unidos, todo iba bien en España, nunca debí de haber empezado a quedar con el, ni nunca debí de haberle perdonado la primera infidelidad, pero juro que esta no se la perdonare jamás.
Austin y yo llegamos al centro hace un ratillo, recorremos las calles, pateamos las tiendas y compramos helados en cada parada que vemos, y de hecho lo estoy pasando genial.
-Me alegro de haber llamado a tu puerta por equivocación- Dice Austin sacando el coche del aparcamiento, ya volvemos.
-Me alegro de que lo hicieses, eres un gran amigos Austin.- El sonríe.
Tras eso nos montamos en el coche y volvemos a la WCU.
Subo hasta mi habitación, justo cuando entro, un ramo de flores y una carta se encuentran sobre mi cama.
Me acerco y abro el sobre, dos lagrimas recorren mis mejillas.
Hola Valeria, imagino que reconocerás mi letra por las muchas cartas que te he escrito durante este año que hemos estado juntos, debo de decir que ha sido el mejor año de mi vida, tú me has echo ser bueno, tú has despertado sentimientos en mi que nadie había despertado jamás. Me arrepiento mucho de lo que hice, porque he perdido lo más importante que tenia en esta vida y wres tú, sé que todos cometemos errores como también sé que yo ya he cometido demasiados, se podría decir que ya he cumplido el cupo. Esta semana he dormido en el lado izquierdo de la cama, extrañandote en el lado derecho, extrañando tu perfume a fresa y tus masajes antes de dormir, he pasado toda la semana recordando cada momento, desde el primer día hasta el momento en el que me entregaste el anillo de compromiso, es por esto, por lo que decido marcharme. Sé que no hay nada más que solucionar, sé que he cometido un gran fallo y me hago una gran idea de el daño que te he podido hacer, tal y como tu has dicho, no te voy a pedir que me perdones cuando ni siquiera yo puedo hacerlo, tampoco voy a pedirte que vuelvas a confiar en mi, cuando yo nunca lo he echo en ti, tan solo te pido disculpas una vez y otra más por lo imbécil que he sido y por todo el daño que te causado, te quiero Valeria.
Harry.
Cierro la carta, y corriendo salgo de la habitación, no puede marcharse, no puede dejarme aquí, se que está mal lo que hizo, que no puedo regalarle ahora mi confianza pero tal vez podamos llegar a un acuerdo.
Cojo hasta la parada de los taxis, y cojo el primero que se presenta, le pido que me lleve hasta el aeropuerto, con un poco de suerte Harry aún seguirá allí.
Bajo del taxi, y entro a la sala principal, miro a un lado y a otro, millones de personas caminan con sus maletas, felices, a punto de comenzar un nuevo viaje, pero no consigo verle a el, a la única persona que me importa en esta vida aparte de Connor y Thomas, a la unica persona a la que quiero de verdad.
Y por fin, entre la multitud encuentro su largo pelo apoyado en la cabezera de una silla, corro hasta él.
-Harry...- Digo entre suspiros, el sorprendido se levanta y agarra mi mejilla.
-Valeria, te amo, sé lo mal que ha estado, pero te amo, te amo.- Suspiro y me lanzo a sus labios, de nuevo este beso familiar, este beso tan dulce.
-Está bien, te perdono, pero no te marches por favor.
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Aprendiendo a Amar
RandomTodo comenzó en el fallecimiento de mi madre, todo era genial, yo vivía en Estados Unidos, mi padre era un hombre viudo pero capaz de todo, hasta que en un viaje a España conoció a una mujer, que le hizo colgar sus zapatos, todo seria genial, con un...