Tártaro I , El dolor de una perdida. (Historia Completa)

capitulo 53

Detonante

Daniel entro en la arena corriendo luego de sentir el fuerte ruido por el choque de algo grande, vio a Máximo en medio de la arena, tenía ahora el cabello rojo y su risa sonaba muy distinta, y mucho más cerca de él estaba Memphis inconciente en el suelo.

Corrió hacia el y descubrió que no estaba muerto, en ese instante llegaron a su lado June y Helena.

-Maldito miserable, me las pagaras- bufó Daniel
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-acaba de llegar el resto del grupo- dijo Annabel mirando con unos binoculares

-Tendremos que movernos y confiar en ellos- dijo Ada

-¿y cual es el plan?- preguntó Annabel

-Debo estar más cerca, además siento la presencia de más seres en este lugar... Divinos, si ellos nos ayudan sería un poco más fácil-dijo Ada

-Asi Daniel le gusta llamar la atención, o si no es asi, por lo menos le es fácil hacerlo, el distraera a Hades-

-Sígueme- pidió Ada, debido a que estaban en la altura comenzaron bajar escalones lo más rápida y silenciosamente posible, llegando a la planta baja, había una pared que aún estaba en reparación y Ada se coló por ahí, encontrando otra escalera.

Annabel la detuvo y se puso delante de ella, saco un pequeño revolver y le quitó el seguro a la funda del cuchillo que colgaba de su cintura.

-Continuemos bajando, los dioses ya no se mueven- murmuró Ada

Annabel continuo su camino, y preguntó -¿sientes más presencias?-

-Ni humanos ni nada, ni siquiera ratas hay en este lugar, cuando comenzamos a descender sentí la presencia de una persona, pero se desvaneció-

Llegaron al subterráneo y estaba todo iluminado con antorchas, lo cual le daba un aspecto tétrico al lugar, sintieron unos ronquidos bastante fuertes muy cerca de allí, Annabel miró a Ada y está asintió, se dirigieron hacia el ruido y había un perro gigante de tres cabezas durmiendo plácidamente.

-amo los perros, pero esto es demasiado- dijo Annabel en voz baja

-Cerbero es el guardián del inframundo, ¿porque está dormido?, Se supone que jamás lo hace- dijo Ada acercándose, vio un gran frasco de agua y lo olió, olía a medicamentos.

-Esta drogado... - dijo Ada sacando su cuchillo

-No quiero saber que sería tan fuerte como para drogar una bestia de este tamaño- dijo Annabel mientras Ada pasaba el cuchillo por la cabeza más cercana, el alma de Cervero fue encerrada junto a los espectros anteriores, su cuerpo se convirtió en arena que lleno el piso de la habitación.

-Los dioses están en la habitación que sigue- dijo Ada tomando un poco de aire, cada vez que cerraba un alma en el árbol de Demeter, su energía disminuía demasiado.

Annabel se adelantó y entro en la habitación contigua, era idéntica a la anterior.

A lo lejos divisó un bulto en el suelo, era una persona tirada en el suelo, envuelta en un charco de sangre.

Annabel se acercó corriendo y vio que Summer la miraba desde el piso con ojos suplicantes, tenía una herida de cuchillo en la espalda muy profunda.

-Debemos tapar esa herida- dijo Annabel tomando su chaqueta para tratar de evitar que la sangre se escapara tan fácil de su cuerpo

-mátame...- pidió Summer

-Ni lo sueñes, aún tienes mucho que explicar y pagar ante la justicia, además debes decirnos cómo despertamos a Rousse y Trinidad del sueño de Hypnos.-