To say I love you...

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Pov Harry



-Ya, ya lo diré, fue... -cerré los ojos. 

Estaba a punto de inventar algo cuando sonó mi celular. Lo tomé y contesté.


-Hola, Ernie –me rasqué la cabeza.


Draco volteó los ojos y se levantó de la cama, fue directo a la ventana y cruzó los brazos.



-Perdón por llamarte a esta hora, pero... –comenzó a decir Ernie.

-Espera un momento, yo no te di mi número, tú me diste el tuyo –dije riendo.

-Lo conseguí, ¿te molesta? –dijo preocupado –se lo pedí a Hermione.

-No, no, para nada, solo me dio curiosidad.


-Ajá –dijo Draco.


-¿Estas con un chico? –dijo Ernie –¿estás con tu amigo-novio-indefinido con el que estabas en el cine?

-No, es mi hermanastro, solo está molestando, quiere que cuelgue –dije riendo e intentando disimular lo nervioso que me había puesto.








Pov Draco



Me paré y fui al baño de Harry, no quería escuchar lo que decía. Pasaron unos minutos y salí, vi que Harry estaba dormido.

-Sé que no estás dormido, sólo lo haces para no decirme –me senté en la cama- ¡Vamos!



Me le quedo mirando, en verdad estaba dormido, su respiración era muy tranquila, además estaba tal y como lo había visto la última vez.

Me levanté de la cama y lo acomodé; lo tapé con la cobija, lo miré, y sonreí. Le di un beso en la frente y salí del cuarto.













Pov Harry



La mañana estaba hermosa. 

Me desperté algo confundido, lo último que recuerdo fue que había estado hablando con Ernie. 

Yo no me había acomodado en la cama. 



Me tallé los ojos y volteé a todos lados y no vi a Draco. 

Salí de las sabanas y abrí la ventana, un ligero aire cálido entró a la habitación. Me estiré un momento; era hora de que me arreglara para ir a la escuela.


Tardé unos minutos en bañarme. Me puse algo ligero y bajé las escaleras. Draco estaba terminando de desayunar.



-Buenos días, bello durmiente –dijo dejando el plato en el lavatrastos.

-Buenos días, ¿qué pasó ayer?

-¿Ayer? –fue por su mochila.

-Pues desapareciste de mi cuarto.

-Es que te quedaste dormido, te mirabas tan tranquilo que mejor te acomodé y me fui a mi cuarto.

-¿Me acomodaste? –tomé mi mochila.

-Sí, ni cuenta te diste.



Sonreí, pues era lindo que hubiese hecho eso. 

365 Días con élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora