-!No hay que se desilucionar tan temprano!- Habla Tonks para una Carmela tan atareada que ni siquiera le daba atención.
-No es cuestión de desilusiones ¡hombre!- Habla ella con un acento que se notaba raro.
-¿Que te pasa eh? Porqué me estas hablando así, con este ¡hombre! Al final de la frase... por acaso, dime dueña Carmela, otra vez te metistes con el tipo ese que habla con ese acento ridículo?
-No seas tonto, yo no soy igual que tu, que te metes con cualquiera...
-Ay pues si es así si...- habla el muchacho respirando aliviado - No sabes como me pone contento saber que no eres igual que yo...
-Y lo admites... como eres... vete de aquí antes que llegue Helena.
Carmela lo invita que salga de una manera no muy convencional. Con cachetadas.
-Carmelita...mi amor, yo vine traerte estos documentos...personalmente sólo para verte... y invitarte a bailar un tango a media luz...
Él empieza una danza de una manera ridícula que le daría vergüenza a cualquier argentino mismo que no supiera bailar.
-A ver... dame los documentos que a mi me corresponde... y del baile hablamos más tarde... ¿que te parece?- susurra Carmela con las manos abiertas.
-¿Te llamo o me llamas?
Tonks deja los documentos en la mesa.
-Mejor tú me llamas...en la próxima encarnación cuando seas una cucaracha y yo un zapato para pisotear tu cabeza.
Carmela agarra los documentos y adentra a la oficina de Helena cerrando la puerta por detrás de sí.
Tonks se queda mirando sin reacción, y ya estaba poniéndose de rodillas a suplicar el amor de Carmela cuando el ascensor se abre y sale Helena mirándolo de arriba abajo.
-¿Y ahora qué?- habla ella con una sonrisa misteriosa.
-¿Estoy soñando? Estas riendo...mi hija...- Tonks la besa en la mejilla.
-Uno tiene que reír algún día en su vida y aún más cuando encuentra un señor Tonks de rodillas frente a su oficina con una cara de perro mojado.
-No me digas así hermanita, ando sufriendo por amor...- habla el buscando la silla de Carmela por detrás del balcón.
-¿De amor? No es posible que estes tomando a esas horas Tonks?
-Y tu de donde saliste tan burlona? Yo realmente ando sufriendo por amor... el amor de...
-¿Carmela, Leticia de la redacción, Fernanda...a ver Victoria de la hamburguesería? Te conozco Tonks...
-Con las mujeres no se puede hablar...De donde sacastes eses nombres por Dios... que piensas de mi que soy ¿un loco obsesionado por mujeres?
-Presumido... ¿Carmela donde está?
-Allá a dentro, no quiere hablar conmigo.
-A ver ¿Que le hiciste Tonks?
-La invite para que vayamos a bailar tango en la media luz...
-¡Ya basta! No quiero escuchar más sus locuras... sabes que Carmela odia el tango...
-Helena te puedo preguntar algo?
-¿Qué cosa?- habla ella volteando con una severa mirada.
-¿Que es eso en tu boca?
-¿En mi boca?
Ella empieza a limpiar la boca con la mano.
-Su lápiz... ¿estabas besando a alguien?
-¡Atrevido! Fueron las hamburguesas... como las odio.- ella ríe desconcertada- Me voy al trabajo que me toca. Hablamos después... Tonks... Ernandez te está buscando.
-¿Lo viste?
-¿Yo? Ay pues claro que no...Me llamó al teléfono y me dijo que si te encontrará que te dijera... que quiere hablar contigo.
-Me voy por allá ahorita... ¡Gracias Helena! Es bueno verte así alegre... sea lo que sea te está haciendo bien.
El ascensor se cierra. Helena lleva la mano a la boca y le sale un suspiro. Tal vez no deseaba dejar así tan obvio lo que su mente pensaba, el corazón era su enemigo cuando el asunto era sentimiento.
La voz de Tonks reinaba en el aire...
"SEA LO QUE SEA TE ESTÁ HACIENDO BIEN"Oficina Gráfica Contreras, 05:30 pm
-Hola Ernandez... el material que necesitas para mañana ya está listo... te dejo todo en la mesa.
Fernanda entra a la oficina con algunas cajas en la mano.
-¡Gracias Fer! - Ernandez quita las lentes y organiza los papeles en su mesa.
-Mí amor, que te parece si te invito a un baile hoy... en la noche?- habla ella sonriente.
-No Fernanda... primero no soy tu novio desde hace mucho...así que es mejor que no me digas más "Amor" no me lleves a mal pero suena como si yo y tu tuviéramos algo... y después, mañana salgo temprano...
-Perdón, sabes que es el costumbre... pero bueno, si quieres o cambias de opinión. Me puedes marcar.
Ella lo besa en la mejilla.
-Ok.
-Otra vez perdón por el "Amor" es que aún es difícil acostumbrar llamarte señor Ernandez...
Fernanda sale de la oficina con una sonrisa seductora, cierra la puerta y ya a fuera cambia totalmente la expresión.
-¡Te voy a ganar por el cansancio mi amor, soy fuerte y además soy irresistible!
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Las luces del edificio poco a poco se van tornando oscuras. La noche viene sobre la hermosa ciudad de México. Todos los ruidos se van disipando a poquito hasta que se queda solamente el sonido de unos dedos sobre el teléfono.
-¡Helena!
La voz es tierna y dulce.
-¡Hola Ernandez!- contesta la mujer al otro lado.
-¿Como llegaste? No me dejaste llevarte por eso te estoy llamando...
-Estoy bien... aún estoy en la oficina, me quedaron unos papeles que necesito enviar mañana a Brasil, tengo nuevos correspondientes.
-¿A la empresa brasileña?
-¡Sí! Acabo de recibir un correo, quieren que les envíe unos documentos pero ya está todo listo, tenemos dos nuevos correspondientes en Sao Paulo y Río. No sabes lo feliz que me siento, el periódico está alcanzando sus metas.
-Y yo me quedo feliz por ti mi amor...
El teléfono se queda mudo por algunos segundos.
-¿Helena?
-¡Perdón Ernandez! Es que no estoy muy acostumbrada a que nadie me llame "amor"
-Pero te vas acostumbrando porqué tengo planes de nombrarte así por el resto de mi vida...
-¡Te ves muy enamorado, por toda la vida es mucho tiempo!
La voz de Helena y su risa se escuchan dulcemente al otro lado del teléfono.
-Pero es el tiempo que quiero estar contigo... Mira como es la vida... en otros tiempos de solamente contestar el teléfono ya empezaba una pelea...ahora...
-De eso quiero hablar contigo...-habla ella.
La voz de Helena cambia y el tono vuelve a la rigidez de siempre.
-¿Cambiaste de opinión mi amor?
-No, pero quiero proponer algo...- ella respira lentamente mientras habla.
-¿Que cosa?
-Que por ahora... por el momento, esto sea secreto... de lo que nos está pasando. No quiero que nadie se entere.
-Te entiendo... y respeto tu opinión...- habla él tristemente.
-¡Gracias! Vamos vivir eso a poquito y sin que nadie nos haga preguntas... yo acepté, quiero darme una otra oportunidad pero no quiero que nadie dañe este momento...
-Si me das una oportunidad quiero hacerte feliz por cada segundo de tu vida...- Ernandez sonríe y sus ojos brillan.
-Esto es muy nuevo para mi pero lo aceptó... también quiero hacerte feliz, lo más feliz que pueda.
-¿Vamos a bailar? Algo simples al otro lado de la ciudad, en donde nadie nos va a molestar, al sonido de mariachis... ¿dime que te parece Helena?
-Es una propuesta encantadora...
-Te pasó a recoger en 15 minutos...
-¡No! Tengo que cambiar la ropa...
-No hay tiempo... así estas linda...
-¡No me ves!
-Pero te siento... en 15 minutos.
-Acá te espero.
Los dos colgan los teléfonos juntos. Los 15 minutos más eternos de la vida de Helena estaban para empezar.
Las manos frías y temblando. La mirada brillante y la sonrisa espontánea.
De los 15 minutos... habían pasado 5.Fin del capítulo
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El cuento del destino
RomanceDos grandes emprendedores, una periodista y un empresario que se ven enredados en las trampas del destino y conocen el amor de una manera con la que no esperaban nunca. Les advierto, el amor viene de donde menos se espera, de donde menos lo imaginas...