-¿Qué te pasa?
Helena pregunta con la intención de cambiar la situación.
-A mi nada...- contesta Carmela mirando por todos los lados a ver si tenía alguien que pudiera escuchar- Pero, te siento rara... No sé, es que estás cambiada.
A veces la mirada de Carmela era tan profunda que era como si subiera de los más íntimos pensamientos de alguien.
-Es que ando muy a-atareada con la... empresa...y por eso ando...
-Tú teléfono, lo dejaste en el...
-¡Gracias!
Helena recoge el teléfono que había dejado en el suelo.
Carmela cierra la puerta y persigue a Helena mientras hace un montón de preguntas como un juez al condenado.
Helena en su manera no sabía mentir situaciones, su cara totalmente pálida, sus manos que la denunciaban, tan blancas y gélidas cuanto un día de invierno en New York.
-La verdad es que te mentí... te mentí... te mentí
-¿De qué hablas Helena?
- No estaba en la oficina...- Helena siéntase en la cama y se enreda entre las sábanas ocultando la cara.
-De eso ya lo sé, me llamaron de la seguridad, saliste y olvidaste de activar la alarma ¿en donde te metiste?
-¿las alarmas?
Helena pone la cara dos veces más pálida.
-Pero ya está todo activo no te preocupes, ahora dime...
-¿Puedo quitar la ropa? Te lo juro, te cuento todo...
Ella deja la habitación con pasitos lentos.
Unos minutos después al cruzar por la sala , Helena mira a Carmela entretenida con su computadora escuchando algo muy agitado con sus gigantescos auriculares..
-Acá estoy...
Estaba en pijama de color hojo vivo, Carmela no le había escuchado una sola palabra.
-ACÁ ESTOY...- grita atrayendo la atención inmediata de la amiga.
-Uh que guapa te ves...siéntate!
La capacidad de Carmela de cambiar rápidamente de expresión era algo espectacular.
-Bueno, lo que pasa es que salí a comer...
-Sí...
-A comer con..
-¿Con?
-Salí a comer con Ernandez..
-¿Con quién?
Carmela dio un salto y se puso de pie frente a la amiga con las manos en las caderas.
Helena le cuenta del baile, de las canciones sin olvidar del beso, el beso en la oficina, beso en el baile y de que...
-¿Están novios? NO CREO... y no me contaste...- dijo Carmela.
-Es que todavía no estaba segura de eso...no quería contar a nadie y no quiero. Es mejor que sólo tu, yo, Ernandez y Tonks...
-¿Tonks?- pregunta Carmela sorpresa- El lo sabía y yo no?
-No es bien así- dijo Helena tratando de calmar a Carmela- El nos vio, hoy, en el baile... pero le pedí que no contará...
-Te ves enamorada...
Helena responde con una amplia sonrisa y con una cara colorada.
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Ya era mañana y el día había empezado tranquilo como siempre. En la oficina todos trabajaban silenciosamente ( cosa muy rara) en el comedor estaban Tonks, Carmela y Fernanda que intentaba a casi todo el momento estar cerca de Ernandez haciéndole preguntas sin sentido.
La puerta principal se abre lentamente, alguien con gafas , miles de papeles en las manos, el cabello suelto adentra sin dar atención a ningún de los que estaban sentados.
-¡Buenos días Helena!
Tonks haz con que todos pongan sus atenciones en la directora del Periódico.
-¡Buenos días!- ella contesta sorprendida- Perdón yo no había...
Sus ojos pasan de uno a otro.
-¡Buenos días!
Ernandez la mira con una sonrisa que es observada por Fernanda.
-Buenos días... que bueno que están todos juntos aquí...
Ella se junta a la mesa.
-¿Alguna novedad?- Tonks se adelanta.
-Si! Recibimos una invitación de un periódico Brasileño para una premiación...
-¡Fascinante!- dijo Tonks.
-Nos vamos todos...- anuncia Helena.
-¿pero cuando es eso?
Ernandez interrumpe.
-Tenemos un mes... que me dicen?
-¡Para mi es perfecto!- señala Fernanda- Ernandez venga conmigo que necesitamos preparar unos materiales.
Ella le toma de la mano, mirando a Helena con aires desafiantes.
Helena se queda otra vez con la cara colorada pero de esa vez dos veces más severa que la de costumbre.
-Si están todos de acuerdo, regresen a sus trabajos, tenemos mucho que hacer...Fernanda necesito que ponga tus materiales en otro lugar que no sea en mi oficina, es mejor que te quedes con Carmela y Tonks, Ernandez venga conmigo tenemos reunión. Creo que pueden tener esa plática en otro momento...de hecho es eso.
Ella deja la sala en pasos pesados como si fuera acompañada por un montón de elefantes.
-Hay alguien que quiere hablarte...- habla Carmela siguiendo a Helena con el teléfono en la mano.
-¿Quien es?- pregunta Helena.
-Un hombre...
...
-Hola...
-Hola Helena por fin te encontré, te acuerdas de mi?
Fin del capítulo.
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El cuento del destino
RomanceDos grandes emprendedores, una periodista y un empresario que se ven enredados en las trampas del destino y conocen el amor de una manera con la que no esperaban nunca. Les advierto, el amor viene de donde menos se espera, de donde menos lo imaginas...