Se pasaron los quince minutos como una eternidad. Con una puntualidad inglesa se oyen algunos pasos a camino de la oficina.
-¡Hola mi amor!
Ernandez camina hasta la mesa, ella lo mira con los ojos brillantes.
-Llegaste en los 15, como lo hiciste?
El la toma de la mano y la besa lentamente, sus lentes se tocan...
-Se me olvidé de dejarlas...-ríe Ernandez quitando los lentes.
-Necesito llamar a Carmela y decirle que llego tarde...- habla Helena dándole un besito más.
-Dile que regresas muy tarde... y que no te dejo hasta que amanezca...- el la besa y ella sonríe con suavidad.
-¿Carmela? Estas en la casa?- habla Helena con el teléfono en alta voz.
"Acá estoy y tu donde Estás?"
-En la oficina, recibí unos correos que necesito contestar hasta mañana temprano así que voy a llegar tarde...
Ernesto la besa y ella lo silencia con su mano.
"¿Te pasa algo? Tienes a alguien contigo?"
-No... estoy sola, son los papeles es que mi ventana esta abierta y el viento...- ella busca una excusa.
"Ok, no te preocupes...cualquier cosa ¡Llámame!"
-¡Gracias Carme, te quiero!
"Y yo a ti..."
La llamada se termina.
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19:30pm
Una casita al borde del camino. Tenía poca luz, algo muy romántico. Algunos coches y un sonido inconfundible del mariachi.
-Este sonido me trae unos recuerdos increibles...
Helena mira afuera del coche, la oscuridad es inmensa. El lugar se parece a un rancho, pero muy arreglado, un aspecto rústico fuera pero adentro más sofisticado.
-¿Ya conoces a este lugar?- pregunta ella mirando al rededor.
-Ya conozco... una vez he venido con mi papá.- el ofrece una copa de vino.
-Es lindo... te confieso que cuando llegamos me dio miedo que alguien nos encontrará pero...nadie conoce a este lugar...- ella sigue mirando a los mariachis que bailaban en sincronía una canción muy alegre.
-¿Te gusta bailar?
Ernandez la toma de la mano.
-Yo no se que es eso...
Helena no era adicta de los bailes. Le gustaba cantar pero bailar era algo lejos de su realidad.
El sonido del mariachi le tocaba el alma.
"Eres mi necesidad y es un privilegio poder te besar, te tengo en mis manos..."
Era la letra de la canción.
-¿Bailamos?- Ernandez la invita con un saludo cordial digno de reyes.
-No sé bailar...te voy hacer...
-¿Baila conmigo?
El la toma otra vez de la mano y los dos caminan al medio.
-¡Una canción para nosotros por favor, una que quieran!- grita Ernandez a los mariachis.
Uno de ellos se pone de pie con su guitarra y empieza a rasguear unas notas de una canción.
"Con nada comparo cuando tu me besas..."
Ojos en los ojos, miradas en miradas.
La canción sería para siempre de los dos, como si hubiese sido hecha para aquél mágico momento. Un baile a media luz, al sonido de los enamorados mariachis.
-¡Gracias por venir!- habla Ernandez mientras los dos siguen bailando.
-¡Gracias a ti por traerme hasta aquí...!
Los pies de Helena ya no tocan el suelo. Literalmente. La música seguia.
"Nada es más bonito y te lo repito, por Díos, te lo juro..."Ernesto la levanta por la cintura y la conduce con ligeros pasos de baile.
Un beso caliente y tranquilo...era lo que faltaba para que la noche se cerrará increíblemente divina.
-¡No puedo creer!- susurra una voz que observaba la escena de lejos.Fin del capítulo
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El cuento del destino
RomanceDos grandes emprendedores, una periodista y un empresario que se ven enredados en las trampas del destino y conocen el amor de una manera con la que no esperaban nunca. Les advierto, el amor viene de donde menos se espera, de donde menos lo imaginas...