Capítulo 25: Mistletoe

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Conduje fuera de la calle, pero ese auto seguía nuestro camino. La vi tensa, como cuando llegaba luego de ir a su casa, ahora entendía todo, su padre la ponía así de tensa y de mal humor, eran más de las 9 de la noche.

-Jamie... ¿estás bien?-

-Sí, disculpa, lo que menos quería es que se entere de donde vivo.-

-Pero le dijiste que vivías en mi casa, si quieres que él se quede con esa idea está bien.-

-El problema es que si no me encuentra en tu casa, va a buscarme a la mía. Y luego... te metí en ese problema, discúlpame yo...-

-Descuida, no diré nada. ¿A dónde me dirijo?-

-Ah... Calcott St. Notthing Hill.-

Y llegamos a su casa. Era un poco grande. Nos invitó a entrar y nos dimos cuenta de que su casa en comparación con las del resto de la calle estaba triste, no había ni un indicio de nada.

-Pasen, les diré cuál será sus habitaciones y mientras voy a comprar unas cosas... Acompáñenme.- bajamos tras ella, y 2 habitaciones de buen tamaño.

-Nos acomodamos en el suelo de ser necesario.-

-Jaja, no lo dudo... esta es una, ya pueden elegir quien de los 2 estará aquí... esa es mi habitación, descuiden la puerta siempre está cerrada y con el baúl ahí. El baño está adentro de cada habitación. Subimos de nuevo y era una cocina, una sala y un comedor, normales, un baño de visitas y luego las escaleras a la otra planta. –Aquí arriba hay 2 habitaciones, pero normalmente esa cerrada la usa una de mis hermanas, así que técnicamente está cerrada, úsela quien quiera, igual el baño dentro.-

-Yo quiero esta- dijo Kian de inmediato.

-Me quedaré en la otra- dije

-Oye Jay... ¿que hay en esa puerta?-

-¡Kian!-

-Descuida- me tomó el brazo. –Son cosas sin utilidad, basura, el árbol, luces, decoración.-

-Oh...-

-Bueno, se quedan en su casa, voy al final de la calle, compraré unas botellas de vino y regreso para poner en el horno la cena.-

-Te acompaño, que Kian no querrá ir y él puede poner la cena en el horno.-

-Sí, vayan...-

-voy por mi abrigo.- bajó y miré a mi primo

-¿Qué piensas hacer?-

-Solo darle un toque navideño a esto. Descuida.-

-Te conozco Kian...-

-No te sulfures... ve con ella donde el vino, caminen, no contaminen. Me traes unos chocolates-

-No te acomodes como si estuvieras en casa.-

-Ok, de acuerdo.-

Salimos de su casa y caminamos, estaba tensa pero en el camino comenzó a relejarse más, entramos a un lugar pequeño, y comenzó a comparar cosas, luego de más de 40 minutos salimos de ahí con un par de bolsas.

-¿por eso es que no vas con ellos?-

-Exacto, mi padre tiene una manera muy extraña de obligar a la gente, salí de mi casa a los 19, me hice mi propio nombre y no recibí nada de él para mi universidad, no lo necesito.-

-En eso no puedo llevarte la contra, pero al final es tu papá.-

-Lo sé Shane, créeme, pero cada vez que llego a casa... es escuchar eso, cada vez, ya no soporto que me bloquee de esa manera.-

-Es lamentable. No puede ser... Sabía que dejar a Kian sería un error.-

-Decoró muy bien.-

-¿Verdad que me quedó bien? Le estoy sacando algunas fotos... Dame eso... tengo que ver el pavo.- dijo y entro con las bolsas.

-Gracias a ambos...-

-No es nada, a él le gusta hacer esto.-

Comenzó a nevar, y estaba haciendo más frío. Caminamos y subimos la pequeña escalinata, pero la puerta estaba cerrada. Llamamos. De pronto ambos miramos hacia arriba y había un ramillete con muérdago. Ese tarado de Kian, lo había hecho con toda la intención. Como marcaba la tradición... ¿en la mejilla o en los labios? Reímos y me acerque a darle un beso en la mejilla, pero me traicionó mi subconsciente y se lo di en los labios. Y el idiota de Kian abrió la puerta.

-Pasen, está listo todo, es hora de cenar.-

Entramos.

-Kian te quedó todo muy genial, gracias.-

-No tienes nada que agradecer, nos permites quedar en tu casa, es lo menos que puedo hacer por ti, limpiare la casa por ti.-

-No será necesario, pero gracias.-

-cenemos.-

-prepararé un vino de especias, ¿les apetece?-

-Nunca lo escuche.-

-Bueno pues, lo prepararé...-

Ese beso había sido espontaneo, como si fuera de toda la vida, como si nos perteneciéramos.

-¿De dónde sacaste muérdago?-

-le pedí a la vecina-

-no la hayas metido en un problema-

-no, incluso dijo que parecías mejor persona que el otro tipo que se ve aquí con su hermana. Que solía salir con Jamie-

-Kian... ¿Fuiste a pedir muérdago o a enterarte de su vida?-

-eso lo dijo la mujer, dijo que ella salía con ese chico, y que su hermana se ve con él al menos 2 veces a la semana, el entra a hurtadillas por la tarde-

-pero...-

-sí, yo mismo pregunte si no era ella y dijo que no, ellos se van antes de las 9-

-caray...-

-¿Y? ¿Besa bien?-

-Kian...-

-vamos...-

-quédate con la duda-

Cenamos bebimos y limpiamos. Conversamos y luego nos felicitamos. Le di un abrazo a Kian en las escaleras y subió a dormir, bajamos y en la puerta le di un abrazo. Se tensó.

-Feliz Navidad-

-Feliz Navidad Shane- dijo y me dio un beso, nació de ella, pero también no podía aprovecharme de su situación sentimental actual.

Era tan diferente de las descripciones de los de la oficina, que solo así me tenía ocupado. Era una chica críptica, interesante y fascinante. Estaba enamorado de ella, pero tampoco podía hacerme a la idea de algo con ella, porque en primer lugar ni siquiera sabía si era su tipo de hombre.

-Lo lamento, ese Kian es muy...-

-Descuida, que descanses.-

Entramos a las habitaciones y me quedé pensativo. Me fui a la cama y me percate que todo olía a limpio, al departamento de una persona muy limpia, demasiado, al nivel de un obsesivo compulsivo, era la madrugada me había quedado dormido pero alrededor de las 4 am, escuche un tecleo en la computadora.

Me puse de pie y abrí la puerta. Caminé para subir y escuchaba más cercano el tecleo. Subí y la encontré en la sala tecleando como si fuera lo último que le diera vida.

-Jamie, ¿qué haces? ¿Trabajando?-

-Estaba esperando que mi tecleo te hiciera despertar.- Esto era nuevo, ¿me estaba coqueteando? -Sí, es que me quedé pensando en el beso de la puerta y me imaginé que podíamos seguirlo.-

-¡Shane! Demonios, despiértate, carajo vamos a desayunar.-

Maldita sea, lo soñé.

Ajwml

Worst Kind Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora