No sabía que rayos pasaba, no sabía en donde estaba, solo sabía que me arrepentía mucho o más de haber dejado a Jamie sin una explicación, sin que ella supiera lo mucho que la amo, lo mucho que la adoro y lo mucho que me habría gustado pelear con ella la batalla interna que vive.
La última vez que supe de ella es que estaba un poco triste, la última vez que supe de Kian era que estaba en la universidad y que le llamaría más tarde, pero eso nunca sucedió. Estaba en la zona de guerra de los Balcanes, la resistencia se infiltró a un campamento de prensa y médicos que se encontraban ahí, para mala suerte, yo soy uno de los secuestrados, escuchaba y entendía un par de cosas que decían los resistentes.
-Hey Filan... ¿sabes si está tarde el idiota ese se largará?-
-Lo dijo, pero no tendremos otra oportunidad, desde que Russell quiso sacarnos de aquí...-
Llevé mis manos a mi pierna, hacía unos días Russell, un compañero neozelandés intentó encabezar un escape de esto y en el camino recibí una bala en la pierna, no lo culpaba, pues yo deseaba salir de este infierno, volver a casa y ver a mi primo, verla a ella y pedirle perdón por lo idiota que fui.
No supe en que momento comencé a tener fiebre, y a delirar. El punto era que entre mi fiebre deseaba salir de ahí, no sabía a ciencia cierta cuanto tiempo llevábamos ahí, solo sabía que eran meses, los meses más horrendos, insoportables, dolorosos, humillantes e insoportables de toda la vida. En mi sueño delirante la veía feliz y radiante, mejor dicho la escuchaba.
-Jamie... te extraño y fui un idiota.-
-Tranquilo Shane, todo va a estar bien.-
-Está perdiendo sangre Russel.-
-¿crees que no lo sé, claro que lo sé... Shane, amigo resiste... resiste.-
Recibí la ayuda que necesitaba, Hans era médico que estaba en su periodo en Médicos sin Fronteras, a pesar de ser alemán, era muy agradable, era un compañero que realmente amaba lo que hacía. Abrí los ojos.
-Gracias Hans.- dije y él sonrió levemente.
-No es nada.-
Estaba completamente idiota, me sentía mal y estaba cansado.
-Encontré algo.- me dijo en voz baja y con su mal pronunciación del idioma, pues no era muy hábil a menos que hablara en alemán. –Creo que nos puede salvar.-
-¿Qué es?-
-Es un Smartphone.-
-¿Qué fecha es?-
-Enero 23.-
-Wow...-
-¿Tienes a alguien en casa?-
-Mi primo y mi novia... ex de hecho.-
-¿Es muy importante para ti?-
-es el amor de mi vida, pero me tuve que alejar de ella por su bien y su felicidad-
-¿Ella te lo pidió?-
-su padre... La extraño. Sé que quizá fue egoísta, pero la amo y...-
-si puedes... Comunícate a casa amigo... Casi te perdemos cuando sacamos la bala. Si ellos están esperanzados por nuestras vidas, al menos hazles saber que vives.-
-lo hare.- estaba en el piso esperando mi turno. Cuando abrí los ojos para recibir la bandeja con los alimentos me hicieron señas que el móvil había muerto. No me atrevía a escribir. Al menos lo haría con Kian. A la mañana siguiente, nuestros captores nos permitieron darnos un baño, y nos dieron comida mejor. Me tomaron de traductor y me dejaron llegar a una lap top. A hurtadillas acceso a mi mail y había 2 mails de ella, bueno miles de ella pero 2 marcados como urgentes. El primero... Me hizo sentir un dolor en el pecho, a la vez alegría.
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Worst Kind Of Love
Ficção AdolescenteJamie es la jefe de edición en el piso 19 de la revista de la BBC, llegó ahí gracias a su gran esfuerzo, hermana mayor de Isabella, una chica temeraria y un tanto rebelde, es un espíritu libre que se casó muy joven y fue a vivir a Estados Unidos...