V e i n t i c i n c o

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Por más de que sé que mi madre es una excelente cocinera, este año se superó a ella misma. Cuando bajo, la mesa está repleta de comida, desde ensaladas hasta pescado. Se decidió por un centro de mesa simple, con un par de rosas rojas y blancas y nada más. Cada plato en la mesa tiene un nombre, determinando donde se sienta cada uno. Veo que mi nombre está cerca de las papas al horno, perfecto.

Antes de comer nos dirigimos todos al living, donde sacamos nuestra foto navideña anual. Soy la última en llegar al living, dado que primero tuve que ir a revisar el tema de las papas al horno. Todos me observan, y yo les dedico mi sonrisa menos incómoda.

–Estás hermosa bebé –me alaga mi madre.

Miro hacia abajo, como queriendo revisar mi vestimenta. Tengo un vestido rojo y blanco con un estampado que simula borlas navideñas y unos zapatos negros, nada fuera de lo que uso. Igualmente le sonrío en forma de agradecimiento y me sumo al pequeño grupo para la foto. Una vez que estamos los cinco, Harry se separa de nosotros y va hasta la cámara.

– ¿Qué haces? –Me encuentro a mí misma preguntando, y luego me sorprendo de mi pregunta.

–Voy a sacar la foto –me responde, como si fuera lo más obvio del universo.

–Claro que no jovencito, tú eres parte de la foto. –Le reprocha mi madre.

–Oh, no, es su foto familiar, no quiero entrometerme. –Por más de que habla con todos, me mira a mí cuando lo dice, buscando mi aprobación.

–No es la foto familiar, es la foto navideña, y tú eres parte de ésta navidad, así que tienes que formar parte de la foto, esas son las reglas. No te vas a salvar de la foto Harry, ven aquí. –Lo invito, por más de que me cuesta demasiado ser amable y cordial con él. Sé que es lo que todos quieren.

Harry asiente con la cabeza y prepara la cámara para luego sumarse a la foto. Luego de sacar dos más por las dudas, todos volvemos a la cocina. Como somos cinco, el orden de la mesa cambia al que habituamos utilizar. Mi padre está en la punta de la mesa, y mamá está a su lado del lado derecho. Yo estoy al lado de mi madre, y Kendall está del lado izquierdo con Harry a su lado, lo que nos deja a Harry y a mí enfrentados.

– ¿Cómo va todo por la gran manzana? –Pregunta papá, intentando sacar tema de conversación. Kendall tiene la boca llena, por lo que Harry o yo tenemos que responder.

Bajo la mirada al plato, dándole a entender que él puede responderla.

–Bien, la verdad es que no es tan difícil encontrarle el ritmo. Lo que sí, se extraña mucho la paz que hay en este lugar. Allí es todo rápido, todo para el momento, que siento que la gente está tan preocupada por sobrevivir que se olvidan de vivir.

–Concuerdo completamente. Cuando Selena se mudó, tenía miedo de que se transformara en esas personas que viven para el trabajo y que no disfrutara de la ciudad. –Admite mi mamá, y yo la miro con sorpresa, nunca me lo había dicho.

–Por lo menos desde que nosotros nos mudamos, siempre vimos a Selena hacer lugar para estar con sus amigos, aunque se nota que trabaja muy duro, después de todo, los imperios no se construyen sin un poco de sudor. –No puedo detener a la sonrisa que se instala en mi rostro con las palabras de Harry.

–Me alegra mucho saber que dos personas que se preocupan tanto por mi hija están viviendo con ella, me deja mucho más tranquilo como padre.

–De eso no hay duda, nosotros siempre nos preocupamos por Selena. –Por más de que habla por él y su novia, Kendall ni siquiera se inmuta.

–Kendall, vimos algunas fotos de tu cumpleaños, ¿cómo estuvo? –Mi madre intenta incluirla en la conversación y yo aprovecho para servirme más papas al horno y un poco de pollo.

My Sister's Boyfriend | HarlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora