S e i s

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–Creo que deberías elegir un vestido en el que se pueda ver el lunar que tienes en el escote. –Me aconseja Maddie tirada en mi cama.

– ¡Vamos a un partido de básquet! –Me quejo de sus palabras, ya que no me ayudan para nada.

Estar en ropa interior en mi cuarto contemplando mi armario por quince minutos sin tener la más mínima idea de qué ponerme, menos con Maddie y sus sugerencias inservibles.

–Ese lunar es tu mayor atributo, no lo desperdicies. Además, ¿viste cómo creció ese chico? Sería perfectamente entendible que tuvieran más que un partido en la primera cita. –Las palabras tan desmedidas de mi mejor amiga me hacen reír.

–No quiero que pase mucho más que el partido, Maddie. –Le digo, mi voz todavía irritada.

–No seas una ridícula, si se te da la oportunidad la aprovecharás o juro por Dios que voy a pegarte. –Me responde con un tono amenazante.

–Si te hace feliz, entonces lo voy a hacer por ti.

Vuelvo a abrir mi armario y saco unos jeans desgarrados con una blusa musculosa blanca con lunares negros con una tela fresca, en esos lugares suele hacer mucho calor. Me visto con rapidez y me miro al espejo antes de dejar que Maddie opine, quiero aprobarlo yo primero. Mi lunar sobresale por la remera, lo que hace que sonría con complicidad.

Me giro y voy modelando descalza hacia Maddie mientras hago caras mientras que escucho a mi mejor amiga reír.

–Ahora de eso es de lo que yo estaba hablando, y no te ves vulgar para nada. –Me reprocha.

– ¿Está bien esto? No tengo mucha idea de qué ponerme para ir a una cancha. –Me quejo, todavía no muy segura de mi elección.

–Estás bien, con unas zapatillas estás perfecta. –Me asegura la morocha mientras que me mira de arriba abajo.

Decido confiar en ella y agarro unas zapatillas negras cuando escucho el timbre. Maddie se apresura a responder el teléfono del portero eléctrico. Me estoy acomodando la primera zapatilla cuando escucho la voz de Maddie hablando con Zayn.

–Hola, ella estará lista en un minuto. Sí, soy Maddie. ¡Bien! ¿Cómo estás tú? Definitivamente tenemos que juntarnos alguno de estos días los cuatro, sería muy divertido. Bueno, yo le digo, adiós. –Vuelve hacia donde estoy y me mira terminar de atarme el cordón y espera que esté lista para comunicarme el mensaje de Zayn. –Zayn te espera en la esquina en su auto.

– ¿Eso es todo lo que dijo? –Le pregunto, incrédula.

–Eso y que deberíamos juntarnos, le cambió la voz, es mucho más sexy. –Sus palabras me hacen reír.

–La verdad es que no sólo su voz es sexy –agrego, volviéndome su cómplice.

–Dejemos de hablar de él y bajemos, te está esperando y no queremos dejarlo solo mucho tiempo. –Me agarra por los hombros y me arrastra hasta la puerta.

Mientras esperamos al ascensor reviso mi cartera, cerciorándome de que no me estoy olvidando nada importante. Teléfono, billetera, llaves, chicles, labial y colita de pelo; perfecto. Las dos nos subimos al ascensor y aprovecho el espejo para revisar si mi maquillaje y cabello están en orden por si acaso.

–Estás perfecta, Selena ya deja de preocuparte. –Las reconfortantes palabras de Maddie me hacen sonreír.

–Muchas gracias por todo, eres la mejor amiga en el mundo entero. –Voy a abrazarla, pero las puertas del ascensor se abren y las dos salimos con velocidad.

Abro la puerta y dejo que mi mejor amiga salga primero, luego paso yo y cierro la puerta con llave. Veo que Maddie comienza a encaminarse hacia su casa y la miro, sin entender muy bien la razón.

– ¿No lo vas a saludar?

–No, esta es tú noche, ya lo veré en otro momento. –La madurez de Maddie no es algo común en ella, por lo que me sorprendo.

No le digo nada, solamente la abrazo con fuerza, casi asfixiándola pero ella no se queja.

–Gracias por todo, en serio te necesitaba hoy. –Me guiña el ojo en señal de respuesta y retorna su caminata hacia su casa, dejándome en claro que debería ir con Zayn.

Voy hacia su auto con pasos rápidos, pero sin correr, estar caminando por diez minutos mientras Zayn intenta no mirarme fijamente no parece la mejor opción. Abro la puerta de copiloto con una sonrisa en mi rostro.

–Hola –digo mientras me subo al auto de la forma más veloz que logro y cierro la puerta.

–Hola –siento como observa lo que tengo puesto con detenimiento, lo que hace que cuestione mi decisión por enésima vez desde que me vestí. –Te ves hermosa. –Lo retiro, estoy completamente feliz con mi decisión.

Observo lo que él tiene puesto, unos jeans, una remera de los Knicks y unas zapatillas negras.

–Tú te ves muy apuesto. –Le respondo.

Me dedica una de esas sonrisas matadoras antes de arrancar el auto.


– ¡No puedo creer que hayamos ganado! –La emoción todavía está presente en Zayn cuando salimos del estadio y nos encaminamos hacia el primer lugar con comida que podamos encontrar.

– ¿Cómo que no puedes creerlo? Fue un gran juego. –Argumento yo.

–Pero hace más de tres juegos que no ganábamos, debes de ser que viniste a verlos, eres el amuleto de la suerte de los Knicks, voy a tener que invitarte más seguido. –Me río de su teoría y él me sigue.

–Al parecer esa es la señal que los Knicks quieren darte, que debes salir conmigo más seguido. –Por más de que es un chiste, en parte lo digo en serio porque quiero que pase.

–No necesito a los Knicks para saber eso –sus palabras hacen que me sonroje levemente y baje la mirada, y sé que Zayn lo nota. – ¿Dónde quieres ir a comer?

–La verdad es que me da lo mismo, siempre y cuando haya comida lista para mí.

– ¿Te parece ir a Burger King? –Asiento con dramatismo, para que entienda que estoy de acuerdo con su decisión y porque mi estómago no deja de rugir.

–No te puedo explicar lo mucho que mi cuerpo necesitaba tener comida dentro, por más raro que suene lo que acabo de decir. –Comento cuando logro tragar el mordisco de hamburguesa doble que tenía en la boca.

–No necesitas explicarlo, me siento exactamente igual que tú. Si tuvieras que comer una sola comida por el resto de tu vida, ¿cuál sería?

–Ensalada. –Respondo planamente, pero al ver que Zayn me mira como si estuviera loca, decido explicarle. –La ensalada es genial porque tienes todo tipo de variedades, y no solo va hasta allí. Calculemos que existe la ensalada de frutas y que se puede hacer una ensalada con cualquier cosa: ensalada de pizza, ensalada de chocolate, ensalada de helado; las opciones son ilimitadas. –Zayn aplaude mi respuesta, claramente sorprendido de mi inteligencia a la hora de comer. – ¿Cuál sería la tuya?

–Pizza. –No necesito que lo explique, la pizza es mi segunda opción para esa pregunta.

–Ahora tengo ganas de comer una pizza –sé que sueno como una completa desesperada por la comida con papas fritas en mi mano y deseando comer otra cosa, pero es algo que simplemente no puedo evitar de mí misma.

–En nuestra próxima cita podemos comer pizza. –Zayn intenta hacer que el comentario pase sin que yo me dé cuenta de lo que está haciendo, pero no tiene tanta suerte.

– ¿Va a haber una segunda cita? –El Zayn vergonzoso vuelve por unos segundos, pero lo empuja a un lado.

–Si tú quieres una segunda cita, entonces sí. –Su mirada es penetrante, lo que hace que me ponga un poco incómoda, pero decido ignorarlo.

–Claro que quiero una segunda cita, más si incluye pizza de por medio.

–Entonces definitivamente tendremos una segunda cita. 

My Sister's Boyfriend | HarlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora