T r e s

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–Necesito alcohol, no puedo más con mi vida. –Dramatizo al llegar al restaurante.

–Ya pedí una botella de vino tinto, va a llegar en cualquier momento. –Me responde Maddie.

–No puedo creer el infierno que pasé, los minutos eran horas Maddie, creí que moriría allí.

– ¿Y de verdad me dices que ninguno de los dos recordaba la relación que habían tenido? Creo que todas las personas del secundario todavía recuerdan a Harry y Selena, eran una gran pareja. –Las palabras de mi mejor amiga solo hacen que tenga ganas de llorar.

–Te lo juro Maddie, es como si todos sus recuerdos sobre mí no existieran, me trató como una completa extraña, fue horrible. –La única razón por la que no estoy llorando es porque estamos en un lugar público, sino estaría dejando mi pulmón.

–Este chico es un completo inútil, y tú que te la pasaste llorando todo un año universitario por él y tenías a Dylan O'Brien atrás tuyo, lo que hubiese dado por ser tú.

Me río al recordar las innumerables veces que Dylan intentó salir conmigo y yo seguía llorando por mi separación por Harry.

–Terminé saliendo con Dylan, tuvimos una cita en el lugar de comida mexicana del campus, pero le gustaba mucho los comics, hablaba demasiado de ellos. –El único defecto del perfecto Dylan O'Brien, eso y que no era Harry.

–Todas decían que era muy bueno besando. –Puedo escuchar el tono de envidia en su voz, Maddie siempre quiso salir con Dylan, pero este no se vio interesado en ella.

–Oh, lo era. –Digo, recordando el beso que me dio antes de dejarme en la puerta de mi habitación.

–No hace falta que alardees. –Maddie suena algo molesta, pero su risita indica que no lo está realmente.

–Puedo llamar a Dylan y arreglar algo para ustedes ahora, nunca es tarde. –Le ofrezco, pero se niega inmediatamente.

–Si ese idiota no me quiso en la universidad, ya perdió su oportunidad conmigo. –Su confianza me hace sonreír. El vino tinto llega junto con nuestras cartas y el mozo nos sirve la copa hasta la mitad.

–Esa es la actitud –la felicito al tiempo que levanto mi copa, mirándola para que me imite.

Nuestras copas chocan y las dos tomamos un largo trago de vino.

– ¿Y entonces qué vas a hacer? –Me pregunta mientras leemos la carta.

–No me quedan muchas más opciones que seguirles el juego, si sigo insistiendo voy a parecer una completa lunática. Tengo que tener paciencia y en algún momento voy a volver a tirar algún comentario al respecto, ya los voy a agarrar, hay que darles tiempo. –La mirada de Maddie me indica que es una buena idea, por lo que sonrío.

–Lamento tener que decir esto, pero detesto a tu hermana. Siempre lo hice y siempre lo haré porque es una maldita perra a la que no le importas tú ni nadie más que ella. –Me quedo sorprendida ante sus palabras, nunca había hablado así de Kendall. –Lo siento si fui un poco brusca pero es la pura verdad y alguien tenía que decírtelo.

Me quedo en silencio, en parte porque no se me ocurre qué decir y en parte porque creo que tiene razón, aunque sea algo exagerado lo que dijo, sé que en el fondo a Kendall solo le importa Kendall.

–Lo único que sé es que tengo que comportarme, lo que me falta es pelearme con mi hermana por un chico.

Tiro el bolso en el sofá que tengo cerca de la puerta, completamente exhausta, física y mentalmente. Voy hasta la cocina y enciendo la pava eléctrica mientras que saco un saquito de té negro. Lo pongo en la taza y espero a que el agua esté caliente.

Esto es lo que necesito, un té para tranquilizarme, luego del té solo tengo que leer algunas páginas de mi libro y me podré acostar tranquilamente.

El ruido de la pava me indica que ya puedo servir el agua en mi taza de La Sirenita, así que lo hago. Parezco un zombi, moviéndome con pasos lentos y automáticos, sin vida en mis ojos. Una vez que tengo el té con dos cucharadas de azúcar en mi mano, me siento en la cocina y me digno a abrir los mensajes que me esperan en el teléfono.

Tengo solo dos mensajes, uno de mi padre y uno de Kendall. Decido abrir el de mi padre primero, sabiendo que ningún tipo de molestia vendrá en este.

Papi: Hola cielo, espero no molestarte pero quería que supieras que ya envié el libro del mes a tu casa y que se supone que tiene que llegar en dos o tres días. Espero que te guste y llámame cuando termines el que estés leyendo ahora, besos.

Selena: ¡Muchas gracias! Me quedan un par de páginas, seguramente te llame en un par de días, eres lo máximo.

Mi padre es el que se encarga de elegir los libros que voy a leer, sabe mucho del tema y yo confío en su juicio. El tema es que últimamente la empresa está creciendo y me necesitan más al pendiente de las cosas para que todo salga bien cuando los nuevos interesados lleguen, cada vez tengo menos tiempo de leer y eso me fastidia de sobremanera.

Me debato sobre abrir el mensaje de Kendall o no, no creo que sea una disculpa o alguna algo por el estilo, pero tampoco puedo ignorarla toda la vida. Lo máximo que voy a lograr es posponerlo hasta mañana, pero no voy a tener media botella de vino en mi organismo cuando despierte así que lo mejor va a ser abrirlo ahora.

Kendall: Harry y yo nos mudamos en algunos días y queríamos invitarte la semana que viene a que conozcas la casa, tal vez podrías venir a cenar con nosotros. Harry cocinará algo e invitará a uno de sus amigos que viven en Brooklyn, confirma cuanto antes, xx.

My Sister's Boyfriend | HarlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora