V e i n t i s e i s

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–Maddie, ya no sé qué hacer, necesito que me ayudes, me estoy volviendo loca. –Le comento a mi amiga por teléfono, desesperada por uno de sus consejos.

–Selena, relájate, tienes tiempo para pensar. Harry ya está en casa de sus padres, y no vas a verlo por un tiempo. –Me responde, intentando conseguir que yo deje de hiperventilar.

–Pero no sé cómo explicarlo. Está todo bien, y cuando no estoy con él puedo pensar con claridad y sé que lo que estoy haciendo está mal y que tengo que respetarme, y que lo nuestro pasó a mucho tiempo. Pero cuando lo tengo al lado y lo miro a los ojos algo en mí se enciende y vuelvo a pensar en todos los hermosos momentos que vivimos y lo mucho que lo amo y en la química que tenemos.

–La realidad es que lo amas, y todo es mucho más difícil cuando él también te ama a ti, porque lo hace, pero eso no quita que lo que están haciendo esté mal. Entiendo que no quieran lastimar a Kendall, pero tarde o temprano, es lo que van a terminar haciendo si siguen así. Deberías hablarlo con él de forma tranquila y adulta, por más complicado que sea, creo que este es un tema que tienen que aclarar. –Respiro con lentitud, sé que tiene razón pero simplemente no quiero aceptarlo.

–Gracias Maddie, en serio, gracias por escucharme y siempre saber qué decir, no sé qué hice para merecer una amiga como tú. –Estoy por llorar, todavía algo sensible de los eventos recientes.

–Siempre voy a estar pata ti, eso no lo dudes, como sé que tú estás para mí. Ahora, relájate y disfruta del resto del último día del año que ya está por terminar. Y deja de trabajar, puedo escuchar las teclas de la computadora desde aquí, los mensajes pueden esperar hasta mañana. –Ruedo los ojos, me conoce demasiado bien.

–Ya sé, pero necesitaba solucionar algo con el tema del envío a algunos lugares de ésta zona, entonces quería ver si podía hacer algo antes de irme, pero juro que termino de responder éste mensaje y me voy. –El otro lado de la línea queda en silencio, sabe que estoy mintiendo. –Está bien, me faltan tan solo cinco mensajes y ya no más, por favor.

–No, vas a cerrar la computadora en este instante, vas a decirle a Rachel que pasado mañana se encargue de leer todos los mensajes y de resumírtelos para que puedas responderlos lo más rápido posible, y ahora vas a bajar y celebrar con tu familia, ¿o acaso tengo que recordarte que para eso estás allí? –Cierro la computadora con rapidez, para que Maddie pueda escuchar el ruido y deje de molestarme. –Así me gusta, ahora, disfruta lo que te queda de las fiestas y te amo, nos vemos cuando vuelvas.

–Claro que sí, te adoro, gracias.

Dejo el celular cargando, sabiendo que si lo llevo abajo conmigo voy a abrir mis mails desde la aplicación. Kendall está tomando vino mientras que habla con alguien por teléfono, y mis padres están discutiendo sobre algo en una esquina, casi en un susurro.

– ¿Qué hora es? –Pregunto, haciendo que todos me presten atención y dejen sus actividades de lado.

–Once y media, ¡ya no falta casi nada! –Me responde Kendall, dejando ver un poco de entusiasmo.

–Genial, Kendall, ¿por qué no me ayudas a preparar las cosas para comer en año nuevo? –Ella asiente, siguiéndome hasta la cocina. – ¿Tienes idea de qué están hablando mamá y papá? –Niega con la cabeza.

–No pude escuchar casi nada, y eso que me quedé allí fingiendo estar ocupada para ver si hablaban de algo, pero susurran muy bien.

Asiento al tiempo que saco los pastelitos de la heladera. Los dejo en la mesa y comienzo a ponerlos en un plato para poder llevarlos al living. Kendall me imita, buscando las tabletas de chocolate. Por último, Kendall se encarga de la sidra y yo de las copas, y vamos juntas hacia el living. Al vernos, nuestros padres dejan de hablar en voz baja y se acercan a nosotros.

My Sister's Boyfriend | HarlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora