El gremio

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¿Dónde estoy?, ¿qué ha pasado?

Cuando comencé a despertar me di cuenta de que ya no estaba en Brin, tampoco en el carro que nos llevaría al gremio.

En vez de eso estaba en una extraña habitación, esto era totalmente diferente a las habitaciones que yo conocía, no había grandes ventanas solo había una pequeña ventana con una ventana lo suficientemente grande para saber que detrás de ella hay un pequeño balcón, no había una inmensa cama donde podemos dormir plácidamente, en cambio había una pequeña cama con pieles de diferentes animales para cubrirse del frío. Todo era muy pequeño en este lugar, no era como en mi palacio donde todo era enorme solo para una persona.

–Comenzaba a preguntarme cuándo despertarías.

Me sobresalte al escuchar aquella voz. Es Gale, estoy segura de eso pero, ¿dónde está?

Fue entonces cuando apareció frente a mí, ¿cuándo hizo eso?, hace unos momentos no había nadie en ese lugar y de repente apareció como sí nada.

–¿Cómo hiciste eso?– le pregunté, iba vestido como siempre, con su capa, su armadura y sus espadas colgando en su espalda.

–Bueno, estaba justo frente a ti, pero como no hay mucha luz no me viste– explico antes de abrir las cortinas haciendo que los rayos del sol entraran a toda la habitación–, bienvenida a Zatjar, hogar del gremio de los asesinos y ahora tu nuevo hogar.

Cuando salí al balcón pude sentir el abrumador calor del desierto de ReveHult, pero aún así esta ciudad se había levantado y erguido como una de las principales ciudades del continente, siendo la capital del comercio y albergando al gremio secreto, sus altas torres de barro y piedra se alzaban en cuatro puntos de la murallas y en el centro el enorme palacio del rey, mientras que justo debajo de nosotros había un mercado donde seguramente vendían todo tipo de productos de cualquier región de Revehult, miles de personas caminaban por el mercado, se reunían en las fuentes y gastaban su dinero en cosas que necesitaban, mientras tanto las caravanas de los mercantes salían y entraban en la ciudad. Esta era la ciudad del desierto..., de esta ciudad era ese tipo de los Yaman que me atacó en Brin.

–Gale– la voz de Ursula recorrió toda la habitación–, mi padre los está esperando.

–Iremos en unos momentos– respondió mi protector.

Escuché cómo Ursula se alejaba de la habitación dejándonos de nuevo a solas, esta vez pude ver la habitación con más claridad, todo estaba en orden, incluso para ser la habitación de un chico.

No había cosas tiradas por toda la habitación, libros fuera de su lugar o alguna cosa desagradable colgando del techo. Así cómo acostumbran mis hermanos a tener sus habitaciones.

–Todo está tan ordenado– dije mientras me acercaba a una mesa, ahí estaba mi arco y mi cinturón con mi alijaba y los cuchillos.

–Casi no paso tiempo aquí, así que siempre está ordenado.

Vaya, entonces si pasara más tiempo aquí este lugar estaría hecho un desastre..., mis ojos se dirigieron hacia el objeto que estaba recargado justo a lado de su cama, al principio pensé que era parte de la cama pero ahora me doy cuenta de que es la empuñadura de una espada no más bien un Tsuke, según había leído es parte de unas espadas muy raras katenas, ketanas.

–Es una Katana– dijo Gale mientras se encaminaba a la puerta, se veía más serio que de costumbre–, te aconsejo que no la toques, tiene demasiado filo. Ahora, debemos ir a que conozcas a alguien.

Salió de la habitación y me dejó sola, ¿qué hay con esa espada?, ¿por qué Gale se ha comportado extraño?, creo que debo averiguarlo pero por ahora lo mejor es seguir a Gale.

Rolling Star [Saga ReveHult]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora