Debilidad

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Estábamos en el castillo, en cuanto los Yaman desaparecieron tomamos a Gale y lo llevamos a que trataran sus heridas.

Ademar tenía razón. Lloyd no lo mataría, pero le haría daño; Gale perdió la mano derecha.

–¿Victoria?

Escuché la voz de Royse llamándome, yo estaba divagando en mis pensamientos de debilidad, si hubiese sido más fuerte no lo hubieran lastimado.

¿Por qué soy tan débil?, los Yaman son fuertes y ellos vienen a buscarme.

¿Si me voy con ellos me volveré fuerte?

Dudas azotaban mi corazón y envenenaban mi mente como una serpiente envenena su presa, la debilidad era la serpiente y yo soy la presa.

–¡Victoria Degenhart!– salí de mi trance ante las voz de mi hermana que me veía preocupada con su mirada esmeralda detrás de los anteojos y sus cabellos rubios brillando a la luz del ocaso.

No respondí, alguien tan débil como yo no debe hablar.

Sus brazos me atraparon y me atrajo a su pecho lleno de calidez, las lágrimas comenzaron a salir.

–Tranquila, Victoria– ella acariciaba mi cabello mientras yo lloraba y sollozaba en su pecho–, se como te sientes, se que te sientes débil e impotente. Pero nadie pudo hacer nada, incluso yo sentí miedo en esa situación.

Sus palabras me reconfortaron; poco a poco mi dolor y mis lágrimas se calmaron.

A pesar de que a veces mi hermana actúa sólo por su gremio o por el nombre de la familia Degenhart, Royse no deja de ser mi hermana mayor y yo su hermana pequeña.

Ademar apareció de una enorme puerta, detrás de la puerta donde estaban tratando las heridas de Gale...

Los ojos azules del asesino miraban al frente pero no hacia nosotros sino hacia una infinidad inexplicable para mi o para mi hermana.

Culpa, en sus ojos podía ver la culpa.

"¿Es él, Ademar?", las palabras del líder de los Yaman retumbaban en mi mente, Ademar descubrió que Gale era a quien buscaba para detener a los planes de Lloyd.

Su hermano salió lastimado.

–Vengan conmigo–, mis ojos pardos se encontraron con los orbes verdes y confundidos de mi hermana–, ya sabemos el plan de los Yaman.

El comedor era extenso y elegante, con grandes techos blancos, ventanas con decoraciones extavagantes de finas sedas y oro. No recordaba el comedor de Brin tan solitario y decorado, la primera vez que vine a este lugar estaba lleno de gente.

Ahora sólo estábamos los asesinos que habían venido con Regault, mi hermana, la princesa Fiora y Wallace en compañía de Ademar.

El asesino miraba a sus alrededores en busca de algo fuera de lugar. Yo haría lo mismo que él, desde que sabemos que hay un traidor nadie está seguro aquí.

–No tenemos mucho tiempo antes de la coronación.

–¿Qué pasará el día que coronen a Lady Fiora?– preguntó Grimm'jok– totalmente serio.

–Los Yaman harán su ultimo movimiento– respondió el asesino mirándome con sus filosos ojos azules–. Vendrán por la última pieza. Vendrán por Victoria.

»Y eso no es todo, todo lo que hicieron hoy, sólo fue un paso más. Robaron las gemas de los siete reinos.

Miré confundida a mis compañeros asesinos que sabían lo mismo que yo de éstas gemas.

Rolling Star [Saga ReveHult]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora