A las afueras de Brin se encontraba éste enorme puerto, la estructura era tan grande que albergaba cerca de diez navíos en aquel muelle de piedra y madera donde esperaba el navío que nos llevaría hacia aquel templo donde encontraríamos el poder para derrotar a los Yaman.
¿En verdad podremos derrotarlos?
A la distancia pude ver una enorme nave que bajaba de las nubes. Era majestuoso ver aquel barco que surcaba los cielos usando sus velas y aquellas monstruosas chimeneas que dejaban salir humo negro.
El colosal barco se detuvo en la plataforma que le fue asignada y las chimeneas dejaron de arrojar aquel humo negro; es como si un dragón alimentara aquel navío con el fuego que brotaba de su interior dándole el don del vuelo.
Pasé la vista en busca de aquellos con quienes venía y a lo lejos pude observar a Seth junto a Ursula mientras que Grimm y Astrid se paseaban entre los comerciantes que aprovechaban aquel lugar lleno de aventureros y viajeros para vender sus productos.
Mi mirada se posó sobre el hermano mayor de ma casa Daix, el cual hablaba con cierto maestro herrero, sus facciones de enano lo hacían resaltar.
Aquel maestro herrero que había sido quien me vendiera mi arco y mis dagas que hasta hoy en día sigo portando estaba recibiendo dos pequeñas bolsas de oro y una llave plateada de parte de aquel chico de ojos fríos y cabellos dorados.
-¿De que se trata todo eso?- me pregunté a mi misma esperando una respuesta de mi interior.
-¿De que se trata qué?
Cuando me giré lo vi de nuevo y no pude evitar sentir felicidad, ahí estaba él con su nueva túnica de color negro y una capa del mismo color con líneas blancas en los bordes de esta.
Llevaba ahora unas guantes de cuero que cubrían desde sus muñecas hasta la mitad de su antebrazo y dejaba en libertad sus dedos para las peleas; mientras que sus nuevos pantalones tenían ya varios cuchillos alrededor de ellos y sus botas a pesar de ser en parte de metal no daban indicios de ser pesadas para aquel asesino de ojos azules y cabellos rubios-castaños.
Todo aquello que llevaba le venía tan bien...
-¿Vic?
Sacudí la cabeza mientras dejaba de mirarlo pero aún así podía ver por el borde de mi ojo que cargaba su katana, al menos la mitad de lo que restaba de su cuchilla.
-Estoy bien- dije tratando de tranquilizarme a lo que Gale sólo miró aquel enorme barco que nos llevaría a nuestra última esperanza.
Vimos a parte de la tripulación bajar del barco para reabastecer las proviciones del barco.
Su capitán un hombre que aparentaba cinco décadas de vida iba al frente de los marineros del cielo, con su abrigo azul que cubría todo su cuerpo, sus botas de cuero cafés, con armas en el cinturón y al parecer un carácter duro se acercó a nosotros mirando a Gale con sus ojos color ámbar mientras pasaba una de sus manos por su densa barba.
-Tu debes de ser Gale- inspeccionó de nuevo al asesino de ojos azules que lo miraba con curiosidad y frialdad-, será mejor que aborden pues la travesía por los cielos de Brin hacia las montañas de Alviôn.
El capitán del barco pasó de largo dirigiéndose a quien lideraba nuestro grupo y comenzó a charlar animado con él y con mi hermana mientras Gale y yo cruzamos miradas antes de caminar hacia aquel barco de los cielos.
*******
Los motores dejaban salir aquel humo negro mientras que el rugido de los motores hacia estremecer la cubierta de madera.
Poco a poco aquel barco comenzaba a surcar los cielos elevándose más y más entre las nubes.
Desde aquel lugar podía ver todo Brin con mis ojos azules, los bosques del sur se alzaban a la distancia con sus enormes árboles que han estado de pie desde el comienzo de esta tierra; las planicies llenas de flores y aún abundantes manadas de animales salvajes como los bisontes gigantes de Brin, los ciervos de cuatro cuernos y los raros pero majestuosos lobos rayados de las planicies; incluso desde ahí arriba podía ver con suerte uno de estos especímenes.
Brin es majestuoso con las montañas dándole protección natural, el río que desboca en el mar dorado de Brin y la laguna de los hipogrifos justo en el centro del bosque esmeralda.
Brin es magnifico.
Ahora debo volverme más fuerte para proteger Brin y todo ReveHult.
Debo derrotar los Yaman.
-¿Gale?
Miré a la chica de cabellos negros con mechones morados que por primera vez desde que desperté se había acercado y dirigido una palabra hacia mí.
-Ellos mencionaron un traidor entre nosotros, ¿no es así?
Yo asentí con la cabeza mientras miraba a mi alrededor cuidando que nadie de ese barco estuviese escuchando nuestra conversación. Ese traidor puede estár en cualquier lugar y puede tener aliados siguiéndonos todo el camino.
-Investigué un poco la situación mientras estábamos en Brin.
-Conociendoté, Ursula puedo decir que ya has descubierto a alguien o ya tienes alguna sospecha.
Una sonrisa malévola se formó en su rostro dando la razón a las palabras que había pronunciado; Ursula siempre ha sido especialista en recolección de información e inteligencia, eso siempre ha ayudado en las misiones y ésta vez no era excepción.
-Dime que averiguste.
-Al principio mis sospechas recaían en los líderes de los gremios- comenzó con su relato mientras el barco seguía con su perezoso trayecto por las nubes y el sol brillaba en su punto más alto, al parecer desperté antes de lo planeado y mi hermano tuvo que ajustar nuestra partida hacia aquel templo-. Ellos son los únicos que sabían de la ruta secreta que los reyes usarían para salir de Brin sin peligro, sin embargo mis sospechas cambiaron una vez que la reina Fiora nos dio nueva información acerca del objetivo de los Yaman.
-Victoria me ha contado- dije interrumpendo a mi amiga y compañera de gremio-, quieren liberar la Rolling Star y para ello necesitan las gemas.
Ursula sonrío mientras asentía con la cabeza antes de continuar.
»Mis sospechas se disiparon cuando la reina nos dijo que la gema de Icclisia había sido robado; hasta donde mis conocimientos llegando sólo hay tres personas que pueden entrar a un lugar como la bóveda donde se guardaba esa gema.
Sus ojos miraron el horizonte mientras aún trataba de encontrar una respuesta a aquel crimen que ponía en peligro a todo ReveHult.
»Los dos obispos y el papa son los únicos en todo ReveHult con la facultad de entrar a ese lugar sin levantar sospecha alguna; fuimos traicionados por uno de ellos.
-¿Tienes alguna prueba de eso?- incluso aunque las sospechas de Ursula tengan sentido y puede que sean posible que alguno de ellos haya robado la gema; sin pruebas no podremos hacer un movimiento sobre ellos sin provocar una guerra entre Icclisia y Brin.
-Sí- su tono de voz había cambiado ahora era oscuro y macabro como si estuviera recordando una mala experiencia con algún ser oscuro-, mientras tu estabas inconsciente, Victoria no se despegó ni un momento de tu lado, los demás nos turnabamos para vigilarla y que todo estuviera en orden.
»Esa noche mientras yo caminaba por los lúgubres pasillos de aquel palacio pude ver a alguien de ropas blancas caminar por aquellos pasillos, al parecer no había notado mi presencia pues caminaba sin precauciones confiado de que la noche ocultaría su presencia.
»Sin embargo ahora yo lo seguía de cerca ocultandome con ayuda de las macabras sombras que bailaban en los rincones de aquellos solitarios y largos pasillos del palacio, aquella persona de blanco aún no advertía que yo la acechaba; con la vaga luz lunar podía distinguir que sus ropas eran de Icclisia.
-¿Lograste descubrir quién era?
Ella negó con la cabeza mientras veía como majestuosas aguilas volaban a la par de aquel barco navegante de las nubes.
-Cuando estuve cerca de descubrir de quien se trataba se desvaneció. Lo seguía muy de cerca y cuando dobló para entrar a otro pasillo, se desvaneció como un espectro en aquella oscura noche.
-No te preocupes, Ursa- puse una mano en su cabeza dándole a entender que había hecho un gran trabajo-. Hiciste un gran avance al descubrir que se trataba de alguien de Icclisia; será mejor que se lo diga a mi hermano.
Comencé a alejarme de ella poco a poco mientras pensaba en lo que me había relatado. El enemigo ha comenzado a mover sus piezas y ha logrado corromper a un alto mando de Icclisia.
Debemos apresurarnos.
*******
-Será mejor que comiences- mi hermana no paraba de poner libros de magia, conjuros y hechizos sobre la mesa-, deberías comenzar con éste.
Me entregó un pesado libro de magia elemental.
Royse se encargaría de mi entrenamiento y para eso usaría magia; su intención es convertirme en una maestra de la magia en menos de tres semana.
Abrí el pesado libro y comencé a leer aquel aburrido texto que hablaba de la historia de la magia.
"Para hacer magia primero debes conocer de donde viene"
Eso dijo ella, sin embargo ignoraba mi habilidad de séptima hija; no sabía que yo podía manipular la energía en su estado más puro.
-¿Qué haces, Victoria?- mi hermana me miraba enfadada mientras comenzaba a pasar ñas hojas del libro-. ¿Acaso no me escuchaste cuando te dije que pasaras directamente a los hechizos?
-¿Eh?
Ademar había entrado a la habitación comiendo una manzana mientras Gale lo seguía, su mirada estaba perdida; estaba en sus pensamientos más profundos yo lo sabía con solo verlo.
-Busco el grimorio de la tormenta- dijo aquel chico de cabellos rubios mientras buscaba entre los numeroso libros que Royse había puesto sobre la mesa-, ¿Royse?
Mi hermana le entregó un ligero libro que contenía cerca de cien hojas, la pasta dura era de color azul marino mientras la portada tenía una esfera que contenía una pequeña tormenta dentro de ella; algo usual en libros de hechizos tan avanzados como ese.
-Éste grimorio contiene los hechizos más avanzados de magia elemental eléctrica- Gale tomó el libro sin prestarle mucha atención a su hermano, algo no se encontraba en orden con él; es como si estuviese descubierto algo y dudara si decirlo o no. Tal vez sólo estoy exagerando-. Debes aprender cada uno de ellos.
El hermano mayor de los Daix me miró con sus fríos ojos del color del océano, un extraño brillo en sus ojos apareció; estaba mandando energía de su interior a sus ojos.
Aquel chico de ojos azulados salió acompañado de mi hermana y Gale abandonó la habitación pasados unos minutos de la partida de nuestros hermanos.
Eso no fue para nada normal, la energía que Ademar había puesto en sus ojos fue algo extraño, es como si... Tratara de decirme algo; ¿acaso quiere que yo lo intente?
Me concentré y comencé a sentir la energía fluir por todo mi cuerpo como ríos bajando de la montaña.
Visualicé la energía dirigiéndose a mis ojos y poco a poco pude sentir una calidez en ellos; fui abriendo lentamente los ojos mientras trataba de buscar alguna diferencia en aquel lugar.
Nada. Ni un sólo cambio.
Al final, Ademar no trataba de decirme nada; ¿o será que no lo interpreté de manera correcta?
Bajé la mirada y fue entonces cuando noté la utilidad de poner energía en mis ojos: las letras del libro brillaban, incluso podía ver inscripciones ocultas en las páginas; había algo más, una sensación al ver una página por más de veinte segundos. Una sensación de incomodidad, como si mis ojos ya no quisieran mirar aquellas inscripciones...
Al pasar a ma siguiente página me ocurría lo mismo y a la siguiente lo mismo. Así ocurrió hasta que terminé aquel libro de hechizo y dejé de mandar esa energía hacia mis ojos.
-No puedo creer que haya terminado éste enorme libro...
Mi visión se comenzaba a volver borrosa, mis ojos pesaban demasiado.
-¿Victoria?
La voz de Gale se escuchaba tan lejana; todo es tan borroso...El estruendo de un trueno hizo que me levantara de golpe, casi temblando de miedo.
Yo le temo a los truenos.
El sudor frío comenzaba a bajar lentamente por mi rostro mientras yo seguía inmóvil tratando de controlarme.
-¿Vic?
Me giré y ahí estaba Gale, sentado junto a mí cama leyendo aquel grimorio que su hermano le había entregado.
De inmediato me lancé contra él y lo abracé con fuerza mientras otro estruendoso trueno resonaba por toda la habitación; aquel chico de ojos azules devolvió mi abrazo de manera que me sintiera protegida y vaya que me sentía así.
-Creo que no hay remedio.
Se dejó caer en la cama junto conmigo y consiguió acomodarse a mi lado quedando frente a mi, nuestros ojos se cruzaron y yo me perdí en la profundidad de sus hermosos ojos de hielo.
-Tendré que dormir a tu lado para que no tengas miedo.
Abrí los ojos como un troll y mis mejillas comenzaron a arder al escuchar aquello que él había dicho. ¿Hablaba en serio?
-Antes de que digas algo, sí, hablo en serio.
Yo abrí la boca para decir algo pero su sonrisa apaciguo todo aquello que yo sentía; sólo sonreí y hundí mi rostro en su pecho tratando de ocultar mi sonrojo y felicidad.
Gale olía tan bien y su pecho es tan cálido, mus ojos pesan cada vez más...
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Rolling Star [Saga ReveHult]
FantasyHace años que ReveHult está en paz, las guerras acabaron hace cerca de ciento cincuenta años. Todo término con la guerra entre los humanos contra los Riptens. Se perdieron muchas vidas y muchos héroes legendarios cayeron en aquella guerra, pero al f...