Distracción

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El sonido del acero chocando inundó el salón donde estábamos, los cuchillos que la chica de cabellos plateados me había lanzado fueron contrarrestados por un rápido y preciso disparo de mi arco.

—No pensé que lograras desviar mis dagas— la chica de cabellos plateados sonreía satisfecha—, al parecer Lloyd tenía razón sobre ti.

Miré a mi alrededor. Los maestros de los gremios no se movieron un milímetro, tampoco los miembros del clero.

—Retrocedan— miré a mi hermana que daba un paso al frente—. Yo me haré cargo de ellos.

La chica de cabellos plateados sonrío con gesto burlesco mientras el vampiro miraba seriamente a mi hermana con sus ojos de sangre.

—No me hagas re-

La chica de cabellos plateados fue golpeada por un hechizo de mi hermana.

Royse había soltado su libro y ahora usaba las dos manos para lanzar hechizos y hacer los sellos de invocación de magia.

Yo estaba boquiabierta, los maestros de los gremios no se habían movido ni un milímetro, al parecer conocen los poderes de sus guardianes y yo; estoy petrificada ante la situación.

—Vaya— el vampiro desenfundo su espada del mismo color de sus ojos—. Por fin algo interesante.

En un rápido movimiento se lanzó al ataque contra mi hermana la cual de inmediato hizo surgir una barrera de energía que la protegería de cualquier ataque, al menos eso creía hasta que vi la barrera desmoronarse ante el ataque de aquel vampiro.

Royse retrocedió ante aquel ataque y de inmediato regreso a su postura defensiva esperando cualquier ataque por parte del vampiro que sonreía complacido, mostrando sus colmillos pálidos como su piel, eran como dos perlas afiladas que brillaban en su boca.

—¿Qué pasa?

—Sólo fue un descuido— dijo mi hermana seriamente—, eso no se repetirá.

—¿No?

En menos de un parpadeo el vampiro apareció tras mi hermana y lanzó un fiero y veloz ataque con su espada.

El escudo mágico se rompió en pedazos y Royse retrocedió sin darse cuenta que una sombra se movía agilmente tras de ella.

—¿No se repetirá?— el vampiro lanzó otro ataque lleno de muerte hacia mi hermana, su espada no fallaría ésta vez con ese ataque cumpliría su propósito y mataría a mi hermana.

Eso pensé.

Una explosión de electricidad ocurrió justo frente a mis ojos, los relámpagos y rayos volaban por toda la habitación; se sentía una gran energía, una energía tan fuerte que podía sentir la presión de ella sobre mí.

—Victoria.

Gale se posicionó frente a mi protegiéndome de las descargas eléctricas de aquella explosión; él sabía de que se trataba.

—Dos contra uno es un poco injusto— no podía verlo con claridad pero sabia muy bien que esa voz era del protector de la reina. El hermano de Gale—. ¿No lo creen?

Gale me había protegido de aquel abrumador poder que había inundado la habitación hace poco; era mi protector y siempre estará a mi lado...

El vampiro retrocedió hasta quedar a lado de su compañera de cabellos plateados y miraban fijamente a quien había interrumpido la pelea.

—Ademar— mi hermana estaba sorprendida al ver al protector de la reina a su lado.

Un momento...

¿Cómo es que lo conoce?

—Royse— el hermano de Gale, cuyo nombre es Ademar Daix estaba justo tras de ella—, ¿estás bien?

Mi hermana se quedó en silencio unos segundos y puedo jurar por los cuatro reinos que estaba sonrojada.

—Y-yo— mi hermana, mi tonta hermana regresó a ser ella ahora que la sorpresa había pasado—, no necesitaba que me salvarás ni nada de eso.

Pero, ¿qué demonios le pasa a mi hermana?

—¿No? — el chico rubio y de filosos ojos azules sonrío de nuevo pero ahora de una manera cálida—. Yo sólo quería protegerte, lo siento.

Royse sólo se giró tratando de ocultar el color escarlata de sus mejillas.

—Vaya, vaya. Pero si es Ademar Daix.

El vampiro apuntó hacia el chico con su espada roja y sonrío.

—Silencio, Draven— el chico rubio resposo su espada sobre su hombro y de nuevo esa cínica sonrisa apareció en su rostro mostrando la verdadera cara de un asesino con esa fuerza y ese poder—, te haré añicos por tratar de dañar a Royse.

Fue tan sólo un parpadeo, menos de un segundo había pasado antes de que la electricidad volviera a presentarse en toda la habitación; pero ésta vez era diferente.

Ahora brotaba toda de la espada de Ademar y ésta había dado un fuerte golpe contra la espada del vampiro mandandolo contra la pared y no sólo eso sino que lo había atrapado con cadenas de electricidad que evitaban que aquel ser de afilados colmillos se moviera.

—Mi prisión eléctrica te detendrá.

En otro ágil movimiento el rubio bloqueó la patada que la chica de cabellos de plata había lanzado contra él ; ni siquiera había mirado en esa dirección.

—Niña— los fríos ojos azules de Ademar se posaron sobre ella, incluso yo podía sentir el miedo que esos ojos causaban—, ¿pensaste que tomarías por sorpresa al mejor asesino de ésta época?

Un hechizo proveniente de Royse golpeó a aquella chica provocando que sus pies y brazos quedaran aprisionados en grilletes de hielo; los dos Yaman estaban derrotados.

—No vinieron exactamente por Victoria— Ademar era el que había hablado, el tono de su voz era oscuro como su mirada—, ¿por qué están aquí realmente?

La chica de cabellos plateados comenzó a reir.

—¿En serio creían que vendriamos por Victoria?— miró fijamente a mi hermana—, es niña no está lista aún para ser parte de los Yaman.

Nadie tuvo tiempo de decir algo, aquellos dos que habían entrado a la sala desaparecieron tal y como se habían presentado.

—Victoria no fue atacada— Ademar miró a todos—, eso significa que...

Un estruendo lo interrumpió y el mismo guía de Iclissia que nos había traído a ésta habitación ahora estaba en la puerta.

—¡Están invadiendo Brin! 

Rolling Star [Saga ReveHult]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora