11. Desatando el infierno

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*Aixa*

Ella empezó a relatar como si fuera un cuento aquella parte de su historia , podía observar como su mirada se opacaba en lo que recordaba , dolor ... decepción ... miedo .. desconfianza es lo que albergaba en ella y como no si quien debía protegerla fue quien más la dañó- sí , mi padre me violó- habló encontrándose con mi mirar.

Desde su niñez hasta su adolescencia 

papito se encargó de robarle la inocencia 

le llevo su estrella por la cual su alma llora 

Y ahora ...

Ella ya no cree en el amor,

 ella ya no quiere sufrir en su corazón 

lleva guardada enterrada una espina que la hace sufrir,

 ella ya no aguanta el dolor ella ya no sabe reír porque 

alguien le ha robado su estrella

 Y aun no la puede conseguir.

-Aixa , perdóname , yo no te voy a poder amar , no sé cómo hacerlo, no sé ... no sé qué es eso- me dijo evitando mis ojos y cortando su pequeño relato mientras en su garganta se ahogaba un sollozo , mis brazos la rodearon - no me tengas pena, maldita sea- me empujó abruptamente haciéndome caer de sentón contra el suelo , me levante sobándome - no te tengo pena- hablé mientras me sentaba nuevamente a la orilla de su cama , cerré mi brasear y blusa - te tengo amor- dije viéndola atentamente hacia aquellos hermosos orbes que estaban inundados de lágrimas - ¡eso no existe!- gritó frenéticamente, ahora entendía más su comportamiento , ella no conoció del amor, siendo una pequeña niña descubrió cuan despiadado era el mundo, me acerqué más hacia Stefani y la pegué a mi cuerpo , sus ojos se abrieron -déjame enseñarte- susurré , cerró los ojos y empezó a llorar, ¿Cómo alguien podría haberle hecho tanto daño a su propia sangre?, mis ojos empezaban a llorar , ella en su dolor y yo en amargura.

Llevo conociéndola casi ya unos tres meses, pero en este corto tiempo he ido enamorándome de ella y su esencia, amor es lo que estoy dispuesta a enseñarle.

*Stefani*

Sentía como su llanto acompañaba el mío , ella estaba enojada, lo notaba , sus manos que estaban en mi cintura estaban cerrados en un puño, me acurruqué en sus brazos - ¿puedes continuar de contarme? - cuestionó- ¿Cómo ocurrió?- preguntó la curiosidad - Aixa tú no sabes mucho de ese tema , no lo comprenderás y no quiero terminar de destruir tu inocencia- le respondí con sinceridad, algo que valoraba mucho de esta niña era su inocencia y pretendía proteger lo que a mí me quitaron - no me importa, ya sé más de lo que sabía, quiero conocer bien tu historia , yo te diré la mía y el porqué de esos tipos de la otra vez - me picó la curiosidad por saber sobre esos hombres que la perseguían -¿Estas segura?- interrogué , se deshizo del abrazo , me tomó por las mejillas -quiero saber todo de ti- y me planto un beso , se acomodó apoyándose en la cabecera de mi cama y yo en sus piernas con acceso a ver su bello rostro - puesss ... todo empezó cuando papá perdió su empleo y mamá consiguió un mejor puesto en el hospital donde trabajaba ...

*Flashback*

- Mi niña ya me voy a trabajar- hablaba una bella mujer de unos 31 años, poseedora de unos bellos ojos azules y un cabello castaño claro atado en una coleta alta, llevaba una bata blanca y un maletín mientras iba a la habitación de su pequeña hija Stefani, quien al verla ingresar a su cuarto corrió a ella con una gran sonrisa , ella era el vivo retrato de su madre , lo único distinto era el color de su cabello largo que era negro azabache, lo tenía sujeto con un lazo rosa que iba a juego con el vestido que Ana María había decidido ponerle aquel día a su niña de cuatro años -Carlos , amor ya me iré al trabajó - llamó a su esposo en lo que tomaba a su pequeña en brazos e iba rumbo al primer piso -Tefi ya tendré que irme al trabajo ¿está bien?, ahora ya no iremos donde la abuelita , papá se quedará desde hoy contigo ¿sí?, yo vuelvo en la noche - le explicaba a su adoración en lo que un hombre de unos 35 años ingresaba a la sala , él tenía el cabello negro azabache , así es la pequeña Stefani había heredado estos rasgos de su progenitor - Anda María que llegarás tarde - tomó de la mano a su hija y los tres se dirigieron a la entrada de su hogar , la pareja se despidieron con un beso y la hermosa mujer se puso a la altura de su niña - pórtate bien cielo , vendré a contarte una historia para que duermas- ella se fue a el hospital.

Ella no cree en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora