Sangre y mas sangre.

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Me levante de mi cama cuando escuche algunas voces en la planta baja. Podia alcanzar a escuchar a Osomatsu y a Choromatsu con mucha claridad pero sonaban agitados y preocupados.

Salí de mi cama y tome el suéter mas cercaron que tenia, acto seguido me coloque las pantuflas y salí de mi cuarto hacia las escaleras que me llevaban a la sala.

  — ¡Mierda, esto duele! — Grito Karamatsu.

— ¡No te muevas, hara que te duela mas! — Ordeno Ichimatsu al de azul.

— ¡Choromatsu apurate! — Grito Todomatsu.

— ¡Karamatsu no te muevas tanto, harás que siga saliendo sangre! — Dijo Osomatsu.

Empece a confundirme y a tratar de adivinar a que  se referían con todo eso. 

Baje las escaleras de forma lenta para que no pudieran notarme pero yo si note como las sombras de ellos se movian de un lado otro, de una forma brusca y desesperada de hacer algo en ese instante.

  — Toma mi brazo y muerde esto. — Decia Jyushimatsu.

 Cuando estaba completamente abajo, me acerque al cuarto donde provenia todo el alboroto y poco a poco me fui asomando, a ver que ocurria.

  — ¡Apurate Choromatsu! 

— ¡No griten! — Silencio Choromatsu a la sala.

Estuve lo suficiente cerca como para ver que estaba ocurriendo. Karamatsu estaba bañado en sangre de su pecho hasta su abdomen. Jyushimatsu estaba abrazando a su hermano mientras Choromatsu parecia que le estaba curando la herida pero le dolia. Todomatsu se mordia las uñas de lo asustado e Ichimatsu caminaba de un lado a otro sin dejar de mirar la escena. Por ultimo Osomatsu se dedicaba a hablar por telefono.

— ¡Aah! — Gimio del dolor Karamatsu cuando Choromatsu comenzó al parecer coserle la herida. 

— Ya casi termino Karamatsu. — Dijo Choromatsu.

— ¡Maldita sea ese hijo de perra! — Fue la primera vez que escuche decir cosas asi de parte de Karamatsu. — ¡La proxima vez que lo vea lo matare a balazos en su mierda de cabeza!

  — ¡Shhh! — Osomatsu callo a su hermano. — Despertaras a mama o a la niña esa.

— ¡Para ti es fácil, no te estas desangrando y te están cosiendo! — Dijo Todomatsu a su hermano mayor. 

  — ¡¿Perdon?! ¡Mira a mi como me dejaron esos cobardes! — Osomatsu le enseño el ojo morado a su hermano, el labio roto y su brazos lleno de cortadas.

— Oigan, todos sufrimos heridas, ¿Ok? Pero con Karamatsu fueron mas severos. — Choromatsu interrumpio a sus hermanos. — Uno de ellos me apuñalo en la pierna. Ichimatsu esta sangrando de la cabeza, Jyushimatsu se volvio a fracturar el brazo y ustedes dos solo recibieron golpes.

—   Apresúrate Choromatsu. — Pidio Karamatsu sin soltar a su hermano del brazo.

 — Maldita mierda que es esta. — Dijo Osomatsu mientras se servia un poco de vodka.

No sabia porque rayos estaba presenciando eso. El piso estaba cubierto por sangre y sudor de parte de todos ellos, pero jamas olvidare esa escena donde Karamatsu prácticamente se aguantaba las lagrimas del dolor que le provocaba todo eso. Quería ayudarlos pero no lo aceptarían.

 Un instinto mio nacio de mi, hizo que entrara y estuviera a vista de todos. Ellos me miraron.

  — Chicos... — Apenas dije con un hilo de voz. — ¿Que... Que ocurrio...?

Hubo un silencio.

— ¡¿Que haces aqui?! — Me pregunto Ichimatsu. — ¡No debes estar aqui!

Fue el unico que reacciono violento ante mi, los demas seguian dedicados a Karamatsu.

— ¿P-Por que Karamatsu esta sa-san...?

El color rojo que aun estaba impregnado en su camisa comenzaba hacer que me diera vueltas la cabeza y quisiera desmayarme sin embargo fui mas fuerte a ese miedo que tenia.

  — Sacala. — Ordeno Osomatsu a Ichimatsu.

  — ¡Contestenme! ¿Q-Que les paso? ¿Por que están así? 

  — ¡Ichimatsu, sacala maldita sea! — Ordeno Todomatsu.

Ichimatsu me tomo de la espalda y me dio un empujón hacia fuera del cuarto. Apenas pude voltear y ver como trataban de curara a Karamatsu.

 — I-Ichimatsu, por favor, se que no nos llevamos bien pero dime que...

Me volvió a empujar pero caí al piso por su fuerza. Mi mano se había lastimado al parecer.

  — Si vuelves a entrar aqui, te juro que en verdad me importara una mierda que seas mi prometida y te matare de la peor forma que puedas conocer, mocosa. — Me amenazo de tal manera que empece a temer.

Mis piernas y mis brazos flaqueaban del miedo. Apenas me pude parar y salir corriendo de ahi hacia fuera de la mansión. Ichimatsu me lanzo la ultima mirada y volvió a meterse al cuarto.

 No se porque empece a llorar pero lo termine haciendo mientras corría hacia el jardín trasero. Corri hasta unos arbustos y ahí me senté para continuar llorando, sin razón alguna.

  — ¿Que hice mal? — Me preguntaba a mi misma. — ¿Por que tengo que vivir esto? 

Abrace mis piernas y escondí mi cabeza entre ellas para no ser muy obvia.

No supe con exactitud cuanto tiempo me dedique a llorar como una niña pequeña pero fue un largo rato. Volví a la casa y entre ahora en forma mas sigilosa, alce mi mirada al cuarto donde había sido corrida por Ichimatsu y por la oscuridad quise pensar que ya no había nadie.

Abrí un poco la puerta y efectivamente no estaba nadie, estaba totalmente vació y oscuro sin embargo me percate que la camisa de Karamatsu estaba tirada en el piso. Fui para tomarla y una vez que la vi mejor, note que tenia dos hoyos de bala cerca del pecho y otro en el estomago.

Entonces comencé a preguntarme seriamente a que se dedicaban estos hombres y lo iba a saber el día siguiente.

Cerre el cuarto y me lleve la camisa de Karamatsu a mi cuarto. Gracias a todo eso no dormí nada y me dedique a sacar hipótesis de que me estaban escondiendo. No iba a preguntarle a su madre porque podía ser que tampoco supiera, su padre nunca estaba en casa y ellos seguro me dejaban peor de lo que estaba Karamatsu.

Toda la noche estuve dedicada a eso y no solté para nada la camisa azul, creyendo que si cada vez que la viera me daría una respuesta. Jamas fue así.

  — Piensa, piensa. — Rascaba mi cabeza. — Alguien si debe... saber.

En ese momento llego a mi mente ese tipo que había venido la vez anterior, si no mal recordaba era Iyami o algo asi.

  — El debe saber algo. — Dije. — Hablare con el y el me dira.

No quise darle mas vueltas al asunto porque el sueño comenzó a invadirme. Fui a mi cama y me dormí un par de horas mas e ir a hablar con ese tipo.

 


  

Comprometida con seis mafiosos. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora