¿Quieres ser mi amiga?

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Creía que una a morir, no sabía si por culpa de ellos o por lo que estaba viendo. Eran ellos, pero se estaban duchando y yo abri la puerta sin permiso alguno.

Los seis se me quedaron viendo y yo pues, mi cara estaba muy colorada.

- ¿No sabes tocar la puerta? - Pregunto irritado Ichimatsu.

Estaba sin habla, en verdad que lo estaba.

- Oye te estamos hablando. - Dijo Osomatsu con sus manos en su cadera.

Parecía una estatua ya que estaba tan avergonzada pero a la vez asustada por lo que sucedía, claro que estaba pasmada.

- ______ Te estamos hablando. - Ahora dijo Choromatsu.

- Pfff. - Comenzó a reirse Todomatsu. - La mocosa parece que le cortaron la lengua.

- ¡Callate Todomatsu! - Pidió Karamatsu.

- ______, ¿Podrías cerrar? Hace frío. - Dijo Jyushimatsu con una sonrisa de vergüenza e incomodidad.

- S-Si... ¡Si! Yo m-me discul...

En eso sentí como una mano me jalaba adentro del cuarto de la ducha y ahora estaba en una esquina, acorralada por Osomatsu, y atrás de el Todomatsu.

Mi respiración estaba cortandose y mis nervios se estaban poniendo a prueba.

- ¿Tenías ganas de bañarte con nosotros? - Pregunto con una sonrisa coqueta mientras me tomaba con sus dos dedos mi barbilla.

- N-No, s...solo...

La humedad de las duchas hicieron que yo comenzará a sudar, mi vestido estaba poniéndose húmedo y mis piernas flaqueaban de los nervios. El ambiente era realmente incómodo pero mis ojos no podían parar de mirar a Osomatsu.

- Ya dejenla. - Pidio Karmatsu.

- Pero si ella ha sido la que a entrado sin permiso a la ducha. - Comentó Todomatsu.

- Déjenme por favor. - Pedí de buena aunque nerviosa manera.

Los ojos de Osomatsu eran penetrantes, pero a la vez tan llenos de vida.

No quise bajar la mitad pues sabía con lo que me podría topar. En cualquier momento me hubiera tragado la tierra y estaría agradecida.

- Oigan, Totoko al parecer la llegó. - Mencionó Karamatsu ya con una toalla que lo cubría de la cadera hasta arriba de las rodillas.

- ¿Y porqué no me dicen? - Soltó mis manos y yo caí en los charcos.

Todos se comenzaron a salir muy deprisa con sus toallas, a acepción de Ichimatsu, quien salió al "natural".

Me puse de pie y vi que mi vestido ahora estaba empapado. Suspire y cerre mis ojos para tratar de olvidar lo que había pasado, pero mi corazón aún creía que iba a salirse de mi pecho.

- Es la primera vez que veo a un hombre desnudo. - Dije. - Bueno... A seis hombres desnudos.

Los sextillizos, por su lado, estaban poniéndose un traje negro, pero los seis se veían realmente atractivos.

- ¿Cuántas veces te tendré que ayudar? - Pregunto irritado Todomatsu mientras le ayudaba con la corbata a Jyushimatsu.

- Las veces necesarias hasta que aprenda. - Respondió con su linda sonrisa.

Comprometida con seis mafiosos. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora