Capítulo 4

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El chico me baja con una sonrisa, es mas guapo si lo vez de cerca.

—Me llamo Ryan — dice como si yo fuera una desconocida, pero cierto, nadie me puede reconocer — ¿Y tú? 

Yo soy la chica con la que jamás hablarías, pero eso solo lo pienso.

—Yo... Yo... Yo so...

—¡Y donde están mis empleados! — entra gritando una chica que yo identifico como Samantha.

—Aquí — se reportan todas las personas que yo corrí de sus puestos de trabajo.

—Bien sigan trabajando — ahora la dueña de la casa nos ve a nosotros — ¿Regresamos a la fiesta Ryan?

—Claro Sam — voltea a verme — Nos vemos mas tarde — dicho esto los dos salen de la cocina.

¿Ryan y Samantha se conocen?, eso no lo sabía, creo que tengo que investigar más sobre eso.

Salgo de la cocina todos estan distraídos así que aprovecho para subir las escaleras y colocar la tercer cámara en el pasillo.

Solo me faltan dos y las otras tres funcionan perfectamente.
Desde el pasillo de la planta alta a través de mis lentes, puedo ver que en el patio trasero ya hay persona, y eso me da una idea para desalojar la sala.

Bajo las escaleras y me acerco al Dj.

—¿Puedes decirles que salgan al patio? — pregunto con una inocente sonrisa.

—Claro — me responde el chico — ¡Pasemos al siguiente nivel! ¡Todos al patio trasero!

Todos gritan de emoción y salen dejándome sola en la sala. Termino de colocar las cámaras y reviso que funcionen bien y que no dejen ningún sector sin vigilancia.

Misión concluida ya penas son las 10 p.m. Intento salir del lugar pero siento que alguien me agarra del brazo.

—No pensaras irte todavía ¿o si? — dice Ryan.

Debería irme, pero no se me ocurre ninguna escusa. Me toma de la mano y me lleva hasta el patio trasero dónde esta la fiesta.

Nos sentamos en una banca a ver como se divierten los demás. Él no dice nada, observa lo que pasaba a su alrededor, y yo lo observo a él.

Sus ojos son más hermosos de cerca que de lejos, su cabello negro esta estratégicamente despeinado. Esta es la segunda vez que estoy cerca de él.

Lo conocí en un entrenamiento del equipo de fútbol. Alex y yo habíamos ido a ver como jugaba Daniel. Ryan era el nuevo estudiante de segundo año, lo habían cambiado de escuela y había entrado al equipo de fútbol.

Entonces un tipo de pateo el balón muy fuerte y se desvió en dirección hacia nosotros, Ryan corrió ha buscarlo y me sonrió cuando lo tomo ya que había caído a mis pies.

—Lo siento — se disculpo — Soy Ryan.

—Si, creo que esperan el balón por allá Brayan — dijo Alex.

—A si claro, nos vemos — me dedicó una linda sonrisa y corrió de regreso al campo.

Desde ahí quise saber más de él, pero no me atrevía a hablarle, y a Alex no le cayo muy bien, así que tampoco lo hablaba, y aún no le dirige la palabra.
Nosotros obtenemos información sobre las personas hablando con ellos y siendo sus amigos, bueno con exención de Ryan.

Después de eso él ya no me sonreía, jamas me volvió a hablar, y siendo delantero del equipo de la escuela se hizo popular, y ahí es donde llegan las chicas que babean por él. Yo perdí el interés en saber mas de su vida, y me conforme con verlo jugar.

—¿En que piensas? — me pregunta Ryan, viéndome fijamente

—Ah... Yo... ¿En nada? — solo pienso en como te conocí.

—¿Aja?, bueno lo que te había preguntado era que si donde estudias — ¿me había preguntado algo?

—Bueno yo estudio en... — piensa una mentira... Ya se, con Samantha, si la mentira perfecta — Contigo — ¡era con Samantha! — Eh... No yo eh...

—Tranquila, yo nunca te he visto en mi escuela — ¡pues claro que no, estoy disfrazada!

—No es que soy de otra escuela.

—Pero acabas de decir que...

—¿Me confundí?

—Pues no te creo, pero cambiando de tema, me gusta el fútbol ¿y a ti?.

—También.

—Juego en el equipo de mi escuela

—Si, te he visto jugar — rayos confesé.

Una hermosa sonrisa aparece en su rostro.

—Soy delantero, junto con otros dos chicos.

—¿Y como conoces a Samantha? — tengo que saber más sobre este chico. Además debo cambiar de tema antes de terminar confesando quien soy

—Ella es mi...

—¡Hora de regresar adentro! ¡Viene el baile real! — grita el Dj. Ryan toma mi mano, otra vez, y entramos a la casa.

—Ahora la princesa va a bailar con su príncipe — anuncia el Dj dándole el micrófono a Samantha.

—Invito a Ryan, a que baile conmigo — dice ella.

—Tengo que ir, pero regresare — Ryan suelta mi mano para ir a bailar con su "princesa".

Me pongo a ver a través de mis lentes lo que pasa en el resto del lugar. No soy consiente de cuanto tiempo ha pasado hasta que veo que alguien me ofrece su mano.

—¿Bailamos?

—Claro — sonrío por inercia al tomar la mano de Ryan, y nos dirigimos a la pista de baile.

No se porque, pero me siento feliz, como si solo por esta noche yo fuera una princesa y el mi príncipe. Entonces las campanadas del reloj anunciando las doce me regresan a la vida real.

Suelto la mano de Ryan y corro hacia la salida alzando mi vestido para no caer. La limusina que me trajo esta esperando afuera, lista para acelerar, pero antes tengo que bajar las escalinatas de la casa, y correr con zapatillas no es fácil.

—¡Espera! — grita Ryan.

Yo sigo corriendo hasta que siento que se me sale una zapatilla, rápidamente me quito la otra y corro mas rápido para lanzarme al interior de la limusina la cual acelera sin dejarme cerrar la puerta.

Que suerte que el chofer dejo la puerta abierta, la cual acabo de cerrar, siento mi corazón latir muy rápido, ya debería estar acostumbrada a este tipo de emociones, ay no, ¡olvide la otra zapatilla!

Comienzo a desvestirme, quitándome la peluca, los lentes y el vestido, debajo del cual cargo ropa.

¿Que dirá mi papa de lo que paso? ¿Que me dirá Ana de perder una zapatilla? Esta noche fui como la cenicienta, vestido azul, cabello rubio, zapatilla perdida, príncipe abandonado. Con la diferencia de que a mi jamás me encontrará, y que lo tengo que ver mañana.

Misión CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora