Capítulo 37: Ángel

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Hoy empezó siendo un buen día. Todo transcurría con normalidad para ser un viernes, los profesores dejando tarea para el fin de semana, todos esperando con ansias el ultimo toque del timbre, y nosotros listos para comenzar a decorar la casa de Ryan.

Pero surgió un problema: el entrenador del equipo de fútbol. Al buen hombre se le hizo fácil convocar a una reunión. ¿Por qué se le está haciendo costumbre reunirnos en viernes? Como resultado, atrasa nuestra misión.

—La liga estudiantil comienza el 8 de Octubre — informa el entrenador — Estamos en el grupo C junto al plantel 9 de Teapa, 34 de Paraíso y 44 de Quintín Arauz. La mecánica es la misma que ya vimos en el torneo rápido...

Y sigue hablando acerca del torneo pero dejo de escucharlo y me concentro en mis amigos. Ryan está junto al entrenador moviendo impaciente un pié, Daniel esta viendo un reloj inexistente en su brazo y Chase, como siempre, es el único que pone atención.

Tengo ganas de ir a mi casa, quitarme el uniforme y sentarme a la mesa para comer la deliciosa comida de mamá, hoy preparó enchiladas. Pero claro, el entrenador no nos deja ir, además debemos quedarnos en casa de Ryan para ayudarlo en la decoración. Alex y Cristhel se fueron saliendo de la escuela para ir a ayudar a Samantha

¡Entrenador termine ya!

—Entonces seguiremos entrenado para llegar hasta la final esta vez — continua su discurso motivador — Nos vemos el lunes.

Esas cuatro palabras son suficientes para dejar las gradas vacías. Intento mezclarme entre mis compañeros de equipo para irme... A la casa de Ryan claro. ¿Que están pensando?

—¡¿Traidor a donde vas?! — grita Daniel.

Me detengo sabiendo que me habla a mi.

—Vamos a mi casa — dice Ryan acercándose a nosotros.

Caminamos hasta la casa de Ryan, que por cierto queda lejos de la escuela. Daniel comenta cosas sobre la liga estudiantil, yo prefiero ignorar los sonidos de mi estomago y caminar viendo el vecindario. Jamás había pasado por estas calles, es como si fuera turista en otro lugar.

Al fin llegamos a la casa de mi amigo. Casi nos atropella un carro y perdimos tiempo esperando a Chase que se quedó del otro lado de la calle, pero llegamos. Al entrar vemos a Alex en una escalera colocando unas telas azules en el techo.

—Al fin llegan — dice Cristhel sosteniendo la escalera.

—El entrenador está muy entusiasmado por el torneo — contesta Daniel dejando su mochila en el piso.

—Bueno Ryan, ¡alimentame! — exijo actuando como zombie.

Los chicos comienzan a reír. Excepto Alex que regaña a Cris por casi dejarlo caer.

—Hay pizza en la cocina — dice la hermana de Ryan señalando la puerta de donde está saliendo.

—¡Comida! — grito exageradamente y corro hacia la cocina.

—¡No te la comas toda traidor! — escucho que grita Daniel.

Entro y veo una caja de pizza en la mesa, la abro pero está vacía, busco por toda la cocina y no encuentro nada. Salgo solo para ver a mis amigos intentando aguantar la risa.

Alex ya está en tierra firme, y sosteniendo una enorme caja de pizza. Me acerco, se la quito y la abro, pero, ¡oh sorpresa!... está vacía. Todos comienzan a carcajearse en mi cara.

—¡No se pasen! — grito enojado.

—Lo siento Angelito, me obligaron — se disculpa Samantha entre risas.

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