Adiós agosto, septiembre sorprendeme... O mejor no, vez que vienes con algún terremoto, tsunami, que descubran que soy cenicienta... mejor no me sorprendas.
Las ultimas semanas de agosto pasaron rápido, casi no vi a mis amigos ya que tenían que entrenar todas las tardes, y, después de mucho esfuerzo, al fin el día esperado ha llegado, el torneo se celebra este viernes.
Ahora estamos en casa de Daniel faltan dos horas para que comience un partido amistoso que nuestro director arreglo para antes del torneo y los chicos decidieron alistarse aquí mientras hablamos del plan.
Estamos en la sala, el dueño de la casa y Alex están en el piso, Ángel esta acostado en un sillón, Ryan, Chase y yo estamos en otro. Las mochilas con los uniformes de cada uno están sobre la mesa al igual que mi amada mochila de espionaje.
—Aquí esta mi tarea — dice Alex lanzando una carpeta a la mesita de centro.
Daniel la toma y sonríe.
—¿Son las chicas de la fiesta? — pregunta Chase.
—Si, ahí esta todo, su foto, nombre, disfraz, escuela, grado que cursa, características que la vinculan con nuestra chica... hasta su dirección anote.
—Alex... Me das miedo — dice Ángel viéndolo fijamente, él solo ríe.
—¿De donde sacaste tanta información? — pregunta Ryan.
—Secreto profesional.
Daniel le pasa la carpeta a Ryan, aunque Chase esta entre nosotros, puedo ver que hay varias hojas con información agrupada en columnas. La sonrisa de mi nuevo amigo se borra mientras lee la información.
—¿Ahora que vamos a hacer? — pregunta Daniel.
—Vestirnos para el partido — dice Ángel levantándose del sillón — Me voy a cambiar a mi habitación, no quiero que Cris vea mi hermoso cuerpo.
Comenzamos a reír mientras Ángel se aleja entrando al pasillo que lleva a las habitaciones.
—¿Ángel vive aquí? — pregunta Chase.
—Nuestras madres son como hermanas, prácticamente crecimos juntos, y como sobraba una habitación, mis papás la arreglaron para Ángel — Explica Daniel.
—Entonces, vamos a cambiarnos antes de que se nos haga tarde — dice Ryan dejando la carpeta.
Ellos toman sus mochilas y se van por el mismo pasillo que Ángel, en la sala solo quedamos Alex y yo. Tomo la carpeta y comienzo a ver las fotografías, algunas chicas son rubias, otras tienen ojos azules o usan lentes, pero noto que hay unas que no tienen ninguna de esas características.
—Alex, ¿Porque hay chicas que no tiene nada que ver?
—Lee Cristhel, ahí lo dice — me señala la columna disfraz.
Y es cierto, el disfraz que ellas llevaron, según esta lista, fue el de cenicienta. Reconozco a algunas chicas por que estudian en nuestra escuela pero las demás, son unas completas desconocidas.
—¿Como lograste hacer esto?
—Me ofendes, crees que no soy capaz de hacer una investigación tan grande — reclama — Pero sí, mi mami me ayudó, aún conserva el programa que utilizan en la agencia para buscar a las personas.
—¿Y como te enteraste de que disfraz usaron?
—Fácil, Samantha, la hermana de Bryan, me dio... bueno, le dio a su hermano la lista de las chicas que asistieron y los disfraces que usaron.
—Aún son muchas.
No me contesta ya que los chicos regresan, traen puesto el uniforme oficial del equipo de fútbol, un conjunto verde con el logotipo que diseño el entrenador para representarnos, el de colegio de bachilleres y los de sus patrocinadores El buen taco y la panadería Doña Mary.
—Una cita esa es mi propuesta.
—¿De que hablas Alex?, explícanos por que yo no entiendo — dice Ángel mientras se peina frente un pequeño espejo que hay en la sala.
—Hablo de las chicas que sobran — explica mi amigo — Bryan, digo Ryan podría salir con ellas y así ver si alguna es la verdadera.
—Es una buena idea — lo apoya Dan.
—Pero ellas no me convencen, no las veo iguales, si son rubias no tienen ojos azules y si los tienen no son rubias, si cumplen ambas características no usan lentes, no me convence ninguna.
Ahora sé por que no se veía tan feliz mientras veía la lista de las chicas.
—¿Que esperas Bryan? ¿Verla con un gran vestido azúl? — reclama Alex.
—Era una fiesta con temática de princesas, tal vez ella quiso ser igual a la cenicienta pero no era rubia y se puso peluca, por que de ojos no creo que cambie ¿o si?
—Yo te apoyo Chase — digo apoyando a mi amigo, en parte eso es verdad.
—O tal vez si es rubia y usó lentes de contacto color azúl — propone Ángel.
—No creo, Ryan dijo que usaba lentes, sus ojos si deben ser azules — corrige Dan.
—Tienen razón amigos — dice Ryan.
Y cuando pienso que no va a decir nada más voltea hacia mi y me ve fijamente.
—Pero tal vez ella uso lentes normales que le cambiaban el color de ojos, o son ojos especiales que a la luz de la luna cambian de color, recuerden que la fiesta fue en la noche y nosotros la buscamos en el día
Sus ojos jamas se apartan de mi, quiero voltear hacia otro lado, pero hay algo en su mirada que no me lo permite, sus hermosos ojos me tiene hipnotizada.
No puedo creer que fui tan tonta como para usar los lentes frente a Ryan cuando nos quedamos atrapados en la escuela, ¿ahora él sospecha de mí?
—Deja de ver películas de ciencia ficción, eso no pasa en la vida real — dice Ángel y Chase lo apoya.
Al fin rompo el contacto visual con Ryan, solo para notar que Daniel también me ve fijamente, solo que su expresión es como si estuviera intentando resolver un acertijo. Alex también me observa, puedo ver la duda en su mirada.
La horrible sensación de ser observada me esta matando, ninguno deja de verme y siento que cualquier movimiento que haga me puede llevar a mi final.
Mi corazón comienza a latir más rápido, siento que no puedo respirar, me duele la cabeza y empiezo a marearme ¡¿que me esta pasando?! Esto no me había pasado antes.
¡Ya no quiero que me vean como si supieran la verdad! Ya no soporto más esta presión.
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Misión Cenicienta
Teen FictionTodos conocemos la historia de una hermosa chica que asiste a una fiesta, baila con el príncipe, huye a las 12 y olvida su zapatilla. Esta es la historia de una espía que va a una misión, comete un pequeño error, termina bailando con un lindo chico...