Capítulo 24: Ángel

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Estoy sentado en un sillón en la casa de Daniel comiendo una gran bolsa de papas fritas mientras el pone una película. El viernes acordamos reunirnos hoy para seguir con la Misión Cenicienta, pero nadie ha llegado.

—Listo — dice Dan tomando los controles.

—¿No los vamos a esperar? — pregunto.

—Sí, viendo la película — dice quitándome la bolsa de papas.

—¿Vecinos invasores? ¿Enserio? — le pregunto a mi amigo.

—¿Ah?... Sí, me gusta esa película, y a ti también así que no te quejes.

Bueno, si me gusta esta película, además es su casa no puedo hacer nada al respecto, el manda aquí.

Los minutos pasan y la película llega a su final, ninguno de nuestros amigos ha llegado. La puerta principal se abre dejando ver a Aurora, la madre de Daniel, cargando unas bolsas de compras.

—Hola Ángel — me saluda entrando a su casa — ¿Te vas a quedar a dormir?

—No les dije a mis papás — digo ayudándola a llevar las bolsas a la cocina.

—No hay problema yo les hablo si quieres — ofrece guardando las cosas que compró.

Es una oferta tentadora, en esta casa tengo una habitación, ropa, el uniforme escolar y mi mochila de la escuela, que traje hoy para terminar la tarea. El único problema es que dije que solo venia un rato, y con un rato mi familia sabe que es hasta la noche.

—Quedate y mañana nos vamos juntos a la escuela, es más voy a conectar la consola — me intenta convencer Daniel cuando regreso a la sala.

Veo como comienza a desconectar todos los cables de la DVD para reemplazarlos por los de su consola. Regreso a la cocina para decirle a la mamá de Daniel que si me voy a quedar, mis padres confían en mi, pero confían más en ella, así que mejor ella debe llamarles.

—Si me quedaré a dormir — le aviso desde la entrada.

—Maravilloso, prepararé una rica cena, en un minuto les hablo no te preocupes — me dice muy feliz.

—Gracias.

Salgo de la cocina y escucho que suena el timbre de la casa así que voy a abrir, en la puerta veo que están Chase y Alex.

—Oh cielos, estoy viendo un ángel — dice Alex.

Chase y yo reímos, me hago a un lado para que pasen y una vez que están adentro veo hacia la calle para ver si Cristhel y Ryan vienen, pero no hay señal de ellos.

Chase y yo reímos, me hago a un lado para que pasen y una vez que están adentro veo hacia la calle para ver si Cristhel y Ryan vienen, pero no hay señal de ellos

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Terminamos de cenar y vamos a ver una película. La madre de Daniel puede ser muy convincente cuando se lo propone, logró que Alex y Chase se quedaran también a dormir.

—¿Como se acomodaran en los cuartos? — pregunta la mamá de Dan.

Esta casa solo tiene cuatro cuartos, el de los papás de Daniel, el de su hermana, el suyo y el mío, antes era el de huéspedes.

—Alex y Chase dormirán en el cuarto de Ángel quien puede dormir el el mio — dice Dan.

—Bueno es cosa de ustedes, termino de guardar las cosas y me voy a dormir, buenas noches y no se duerman tarde.

Daniel le da un beso a su mamá y nosotros nos despedimos de ella. Nos acomodamos los cuatro en el piso para empezar a ver la última película de los vengadores.

—¿Que hacen? — pregunta la hermana de Daniel entrando a la sala.

Su nombre es Karely, y es menor que Daniel, él no habla de ella, yo digo que es un vampiro por que solo sale de noche, después de ir a la escuela se encierra en su habitación y solo sale para comer, es difícil que un visitante la vea en el día.

—Vemos una película, ¿te nos unes? — le ofrece Dan.

—Claro — contesta sentándose a mi lado.

—Chase ella es Karely, Karely él es Chase — dice Dan presentándolos — A los otros ya los conoces.

Ella solo ríe y saluda a Chase.

Después de la película nos despedimos y vamos a dormir. Veo como Daniel coloca una colchoneta en el piso y otra almohada y se acuesta.

—¿No deberías dormí en tu cama? —le pregunto

—Es para el invitado — contesta —Pude dejar que durmieras en tu cuarto, pero es que tengo que hablar contigo.

—¿Sobre que?

Se levanta del suelo para sentarse en su cama y yo hago lo mismo.

—Es sobre cenicienta —susurra —Creo que se quien es.

—¿La chica que busca Ryan? ¿Enserio? — pregunto sorprendido.

—No estoy seguro, pero sospecho de una chica, el problema está en que no sé como saber si es ella.

Recuerdo la película de la cenicienta que mis primas me obligan a ver, tal vez podemos usar el mismo método que usan ahí.

—La zapatilla — digo.

—¿Que? — pregunta sin entender de que hablo.

—Podemos usar la zapatilla para encontrarla, tal vez no medirsela a cada chica de la lista, pero sí investigar si tiene su par.

—¿Y como lo hacemos? No quiero que los demás se enteren de que investigo a alguien en especial.

—No lo sé, pero dicen que la almohada es buena consejera, tal vez te diga la forma de entrar a la casa de esa chica — digo de broma.

—Sí, tal vez.

Daniel se para y apaga la luz. Escucho que se acuesta en su cama improvisada y yo hago lo mismo.

—¿Oye Dan? — pregunto intentando despejar mi única duda.

—Dime — contesta bostezando.

—¿Yo no podría saber el nombre de esa chica?

Daniel no contesta, tal vez ya se durmió o no me quiere decir y se hace el dormido, mejor no insisto y me acomodo para poder dormir bien.

Tengo demasiado sueño, así que mejor ignoro esa vocesita interior que me dice que mi mejor amigo no confía en mi, e intento dormirme.

—Susana — escucho antes de que el sueño me gane.

Misión CenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora