Mi aventura en un nuevo mundo

Capitulo 5

Eileen estaba estupefacta, no sabía la causa de que la espada siguiese pegada en su mano, hacía memoria repasando la guía que había visto, donde decía claramente que los ítems podían ser arrojados, dejados o tirados, reduciendo a veces su durabilidad si eran desechados de manera brusca. Así que no entendía por qué su espada no se despegaba de su mano, ¿sería un bugg? Hasta que llevándose la mano a su cara con expresión de disgusto, se dio cuenta de lo que pasaba, había ligado esa espada a su personaje......... Eso significa que no podía deshacerse de ella hasta que hablase con un NPC especializado en esa función, no está de más añadir que la guía había advertido que la cantidad de dinero que pedía no era poca y Eileen no estaba dispuesta a gastar su fortuna recién adquirida en desvincularse de su primera espada.

Cuando vio su espada, no podía dejar de pensar qué había hecho para merecer esa mala suerte. Más que una espada parecía una piedra gris en forma de espada su impresión se confirmó cuando vio su info en una nueva ventanita.

Nombre: Espada petrificada

Afilado máximo: Romo

Daño de ataque: 1-2

Durabilidad: 500

Número de mejoras máximas: 7

Reliquia antigua encontrada en un templo misterioso, debido a su penoso estado actual no es de uso recomendable, sin duda ha vivido tiempos mejores.

Ligada a Truth Ruler.

El número de ítems disponibles para guardar de los novatos es de 10, eso luego se puede incrementar con mochilas de mayor calidad, pero hasta que llegasen a la capital tendría que gestionar los 10 huecos, con los restos de los monstruos que habían eliminado (Chillwind los mataba y ella los recogía) más la espada ligada, estaban los 10 llenos, si encontraba más ítems tendría que tirar alguno.

Cuando sin decir palabra le pasó la descripción del arma a Chillwind, que con una sonrisa dijo: —Vaya, ¿menuda pesca no? —mientras le daba una ligera palmada en el hombro.

Eileen pensó seriamente que se estaba burlando de ella pero se contuvo y con tono de voz áspero inquirió: —Y ¿se puede saber qué tiene esto de bueno? —diciéndolo con mueca de desagrado.

—Bueno, ahora puede que no parezca de mucha utilidad pero con las 7 mejoras que tiene no me extrañaría que pudiese convertirse en un arma de muy buena calidad, ¿no? Lo normal es que no pasen de 2. Piensa que es el tesoro de una dungeon, seguro que es un ítem muy bueno —finalizó con una sonrisa.

Ciertamente visto así, podía que no fuese tan malo, al fin y al cabo es cierto que con 7 mejoras podría lograr un arma de verdad. Con su buen ánimo recuperado desequipó su nueva arma, llenando su último hueco libre.

Girándose hacia su compañero dijo: —Bueno, espero que no vinieses para conseguir la espada, si es así perdón —mientras esbozaba una sonrisa que hacía pensar que no se arrepentía demasiado.

Con una carcajada Chillwind dijo: —No te preocupes, si el viaje era para que consiguieses el tesoro, no sabía exactamente cómo sería, ahora mi curiosidad ya está satisfecha, podemos poner rumbo a la capital si quieres.

Esa declaración activó todas las alertas que sus padres con esmero le habían inculcado con el pasos de los años sobre desconfiar de desconocidos que hacían favores "gratuitamente" pero lo cierto es que ella solo había salido ganando y si planeaba algún tipo de contraprestación sobre ella podía simplemente negarse puesto que no había reconocido ningún tipo de deuda o favor.

Con una actitud mucho más cautelosa hacia su compañero, pusieron rumbo hacia la capital, quedaba bastante cerca y había un gran camino muy transitado por NPCs y jugadores que lleva hacia ella, conocido como "Capital Road". Por suerte, para ella una de las ciudades más grandes e importantes del juego, transitada por jugadores de nivel muy variado, estaba relativamente cerca de la zona de inicio y era su próxima parada en cuanto saliesen del bosque. Para su desgracia no había camino desde el bosque hasta la "Capital Road" así que tenían que atravesar el bosque enfrentándose a interminables hordas de avispas y arañas.