Él omega Yuri katsuki fue trasladado de la zona de detención en la que estaba a la prisión de San Petersburgo. Trataba desesperadamente de hablar con los policías, pero era envano, ninguno le hacía caso. Al llegar a la cárcel fue llevado a un pequeño cuarto dónde lo aventaron y cayó en el piso, el pelinegro se paró con dificultad, ya que ambas manos y pies estaban esposadas.
Después de un rato, llegó un beta con una cámara fotografía y un cartel con un código.
-Toma- dijo aquel beta.
-¡No!, no fue mi culpa y no tengo por qué estar aquí, ni siquiera me han permitido llamar a alguien- habló el japonés para luego ser golpeado.
-Las cosas aquí se hacen de la forma en la que te diga, queda claro bastardo- él beta estaba enfurecido, -Ahora ve a cambiarte, necesito tomarte esas fotos y llenar el papeleo-.
-Claro, cómo puedo mover mis manos libremente- se escucho la voz de Yuuri sarcástica.
Él beta desesposó al omega y éste se cambio en un cuarto más pequeño, la ropa era de color negro, cosa que resaltaba más la belleza del omega, con sus manos peinó su cabello para atrás y salió del cuarto.
El beta al verlo abrió los ojos lo más que pudo, -Eres un omega demasiado hermoso, de hecho, el más bello que he visto.-, suspiro y cambio la forma de tratarlo, -Debes tener cuidado, al ser tan llamativo provocarás a los demás prisioneros, seguro se pelearán por ti y no la pasarás bien.-
Yuri se estremeció al escuchar eso, temblaba de miedo, pero estaba decidido a no dejarse de nadie durante su estancia. Después de todo tenía un carácter que si bien flanqueaba, no se dejaría derrumbar.
El beta se le acercó a Yuri y al ver que estaba desprevenido le dio un beso en los labios, Yuri lo miró sorprendido.
-Lo siento, no pude aguantar. Te ayudaré para que no seas tan maltratado- dijo el beta, éste jaló de la camisa a Yuri y se dio cuenta que no estaba marcado.
-En esa prisión habrá una guerra, eso es seguro- término de hablar el beta.
Terminarón de llenar los documentos y fotografiar a Yuri. Lo llevarón por un corredor largo hasta unas puertas de metal grandes.
*sonido grave (las puertas se abrieron)
El beta llevo a Yuri hasta la que sería su celda, antes de que el omega entrará el beta aprovecho para lamer su cuello.
-Eres tan delicioso- susurro el beta.
>>Maldito asqueroso, se que tendré que soportar algunas cosas, pero esto me repugna~ pensó Yuri.
En la celda había otro omega, era moreno y de cabello negro; aquel omega se acercó al japonés y le dijo
-Eres muy atractivo, demasiado para ser sincero y tú aroma es agradable, huele como la flor de jazmín combinado con cítrico, es exquisito.-Yuri no dijo nada, sólo se limitó a mirarlo.
-Mi nombre es Pichit, ¿cuál es tú nombre?.-
-M...me llamó Yuri- tartamudeo un poco.
Los dos omegas se sentarón en la cama de abajo, la que le pertenecía a Pichit. Desde el primer momento se llevarón bien, cosa que agradecía el nipón.
Yuri le contó cómo había llegado a estar en esa situación y Pichit lo miraba con asombro.
-Todos dicen ser inocentes, pero a ti realmente te creó.- dijo Pichit.
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¡Preso por error!
FanfictionPor azares del destino, él omega Yuri katsuki tiene que viajar por trabajo a Rusia y sin querer se ve envuelto en un delito, ahora tendrá que sobrevivir a la cruda realidad de estar preso. Por ser tan atractivo provocará a demasiados prisioneros y d...