Por azares del destino, él omega Yuri katsuki tiene que viajar por trabajo a Rusia y sin querer se ve envuelto en un delito, ahora tendrá que sobrevivir a la cruda realidad de estar preso.
Por ser tan atractivo provocará a demasiados prisioneros y d...
A lo lejos cierto alfa de cabello plateado corría con todas sus fuerzas mientras gritaba el nombre de la persona a la que tanto ama, a la única persona a la que le debe estar vivo.
-¡Yuuri!
Su respiración agitada no era impedimento para poder llamar a la persona por la que su alma anhela, por la única que merece su corazón.
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Tres días antes...
-¡Vamos!... no hay tiempo chicos, ¡apúrense!- mandaba Phichit con nervios
Chris sedujo al guardia que custodiaba la entrada principal, eso les dio tiempo a Yurio y Otabek para entrar y escabullirse; Seung coordinaba desde su cama en la enfermería para que todo tuviera un buen curso mientras Phichit y Guang Hong sacaban a Víctor de la celda de castigo.
Yaroslav se encontraba en su oficina con una hermosa omega, estaba tan entretenido penetrándola que no se dio cuenta que eso era un señuelo para sacar al peli-plateado de la cárcel.
Entre el tailandés y el chino cargaban a Víctor hasta encontrarse con Yurio en la cocina de la prisión, desde ahí el gatito se lo llevó al estacionamiento donde Otabek ya se había hecho cargo de los guardias y tenía el transporte listo para llevarse a su jefe.
Cada paso que se daba era guiado a través de unos pequeños micrófonos por los cuales Seung les mandaba las indicaciones; gracias a Mike y Emil las comunicaciones no tuvieron falla alguna.
El plan marchaba conforme a lo acordado, Víctor pudo salir de ahí de forma rápida y segura; en el auto, Yurio, se hacía cargo de estar checando a la persona que ve como hermano. Otabek manejaba de manera rápida, pero con mucha precaución de no mover de más el auto para no provocar movimientos bruscos y su jefe se lastimará.
-Tienes que reponerte viejo... Yuuri te necesita- dijo en voz alta Yurio.
Víctor iba sedado para que el transcurso del viaje no le molestara debido a las lecciones de su cuerpo. Los tres llegaron a un edificio que a simple vista podría verse viejo y descuidado, sin embargo, al adentrarse la perspectiva cambia, pues por dentro tenía todo tipo de lujo, las habitaciones eran amplias y cómodas, hechas para una estancia en total confort.
Otabek acostó a su jefe en la cama y de inmediato entró una serie de médicos para atender al peli-plateado, quien aún estaba bajo el efecto del sedante.
-Otabek, el cuerpo de Víctor está lleno de moretones causados por los golpes del estúpido de Yaroslav.
-Si, pero no debemos preocuparnos gatito, él es muy fuerte, además, tiene alguien por quien luchar.
-El cerdito me preocupa mucho, no obstante, con el carácter que tiene de seguro ya asesinó a alguien allí- el rubio río un poco y luego miro al kazajo -Otabek... hace mucho que no tenemos tiempo para nosotros.
-Lo sé... ¿quieres hacerlo de una vez o no?
-Uhmmm... aprovechemos nuestro pequeño tiempo libre- le guiña un ojo -sirve que dejamos a Víctor descansar.
