El rubio de Internet

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"Jace Wilson. Diecisiete años. No tengo mucho que contar de mi vida, en realidad. Me gusta el deporte, sobre todo el baloncesto. Tengo cinco hermanas, no te imaginas lo que es vivir con ellas, me vuelven completamente loco. Mi asignatura favorita, si tuviera que elegir entre Inglés, Matemáticas e Historia, creo que no me quedaría con ninguna de ellas. Es más, ¿se puede poner una queja para que las quiten del instituto? Habría que intentarlo, ¿no crees? Siempre me ha gustado viajar por el mundo, sobre todo algún día sueño con viajar a Londres, aunque mi inglés sea pésimo y no entienda nada de nada. Aún no tengo claro qué carrera estudiar, ni a qué universidad ir. Siempre me ha gustado conocer a gente nueva, y claro, nadie se resiste a los encantos de Jace Wilson ;)".

"¡Listo! ¿Ahora me dirás donde vives?"

"¿Pero qué...?"

"Dijiste que si me conocías me dirías dónde vives".

"Eso no es conocer a una persona, Jace".

"Pero por algo se empieza :)".

"Supongo que tienes razón".

"¿Eso quiere decir que me dirás dónde vives?"

"No. Y en ningún momento dije que lo haría."

"¿Por qué no? ¿Qué más quieres que haga? :("

"Al menos dime a qué escuela vas, tal vez estemos cerca."

"¿Sabes por qué me encantaba tanto Jade?"

"¡Y ya estamos con Jade otra vez!"

"Escucha."

"No sé por qué siempre te hago caso".

"Porque, a parte de que adoraba todas sus historias de Wattpad, empecé a creer que alguna vez podría llegar a conocerla".

"Sigo sin entender que tiene que ver Jade con esto".

"Pensé que podría llegar a conocerla porque me enteré de que Jade y yo vamos a la misma escuela".

"Espera, ¿qué? No puede ser. ¡Jane, yo también voy a la misma escuela que Jade!"

"Eso significaría que..."

"¡Que podría conocerte! ¡En persona! Sería increíble que a lo mejor compartiéramos alguna clase, ¿no crees? Ahora que lo pienso, sí conozco a algunas chicas que se llaman Jane que están en mi escuela".

"Pues suerte encontrándome a mí. Hay muchísimas chicas con mi mismo nombre en la escuela... Bueno, tal vez no haya tantas, pero algunas sí".

"Estoy seguro de que te encontraré, Jane. Y estoy dispuesto a conseguirlo".

En la escuela de ambos, por los pasillos paseaba una chica con el móvil, unos libros en la mano y la mochila colgada a la espalda. Ella estaba sonriendo contemplando la pantalla del teléfono.
Justo en dirección contraria, caminaba un chico rubio también con la mirada fija en su móvil.
Distraídos, los dos acabaron chocando de frente.

—Lo siento —se disculpó el rubio.

Ella no dijo palabra alguna. Recogió sus libros del suelo y miró al chico solo por unos instantes. El rubio le sonrió de lado en señal de disculpa y la chica castaña solo se limitó a seguir su camino.