Al parecer, en este lugar no se puede ir al baño sin que alguien lo sepa, así que mientras me dirijo al circuito avanzado al cual Max me retó, decenas de personas pasan corriendo por mi lado hablando en murmullos emocionados acerca de mi "competencia" con Max. Resoplo ante ese tipo de actitudes infantiles y despojándome de mi chaqueta de entrenamientos la amarro a mi cintura.
Llego al lugar del enfrentamiento y frunzo el ceño hacia la multitud que se acomoda en las graderías, porque si, hay graderías como si esto fuera un partido de futbol. El circuito avanzado es en donde se realizan las pruebas finales, es decir, las que te dicen si eres de utilidad o eres un inútil. Por lo tanto es uno de los pocos eventos para los cuales se utiliza este espacio, pues toda la organización puede estar reunida. No me sorprende que Max escogiera este sitio. El chico tiene problemas de afecto y atención.
Diviso una gradería casi completamente sola y decido sentarme allí hasta que mi contrincante decida aparecer. Tal vez me siento con mucho impulso o mi cuerpo ya está desarrollando tolerancia a los medicamentos, pero el caso es que al momento de sentarme una corriente de dolor se desplaza por mi columna vertebral al punto de que por más que quiero evitarlo, una mueca de dolor se posa por segundos en mi rostro. Puntos brillantes estallan en mi campo de visión y me agarro con fuerza al asiento clavando mis uñas en él. Definitivamente hay algo que no está funcionando como debe.
Al cabo de unos segundos más el dolor se vuelve tolerable y, aunque todavía está allí, me obligo a soltar el asiento, enderezar mi espalda y abandonar cualquier rastro de dolor que pueda seguir en mi rostro. Bajo la mirada a mi reloj y me sorprendo al notar que tan sólo fueron dos minutos de dolor, pero se sintieron como diez. Los murmullos femeninos comienzan a crecer de nuevo y se me es inevitable no llevarme las manos a la cabeza. Hoy no es mi día.
-¿Sucede algo?- Una voz a mi lado me interrumpe de mi momento de paz. Levanto la mirada lista para lanzar un comentario mordaz en dirección de Logan pero simplemente es como si hasta pensar un insulto me doliera. ¿Qué sucede?
-No, todo en orden- Respondo dejando de sostener mi cabeza para mirarlo fijamente.
-¿Por qué accediste a este espectáculo?- Inquiere recostándose despreocupadamente y llevando ambas manos hacia atrás para sostener su cabeza.
-Le debía un favor- Respondo subiendo mis piernas al respaldo de la silla de enfrente.
-¿Un favor? ¿A Max? ¿Qué clase de favor?- Cuestiona y alzo una ceja en su dirección.
-La clase de favor que quieras imaginar, no es como si me importase realmente- Respondo tosca.
-Hoy despertaste con un vocabulario menos borde. Definitivamente sucede algo- Afirma para sí mismo la última parte.
-Siempre has sido el más discreto de los cuatro, hoy te pareces a Lucas- Menciono haciendo un gesto de fastidio con la boca y él suelta una pequeña risa.
-Eres exasperante- Dice burlón.
-Y una asesina también, créeme yo sé cómo soy, no necesito que me des la clase de ética y moral- Respondo colocándome de pie y mirando el cuerpo confiado que entra al complejo.
-Ahora, si me disculpas, quiero largarme de este lugar lo más pronto posible- Le digo antes de que me comience a dar cátedra acerca de la moralidad y girándome bajo ágilmente las escaleras escuchando su risa de fondo.
Enserio, ¿Qué le sucede a la gente el día de hoy?
Camino de manera rápida, ágil e imponente entre los cuerpos que me van abriendo paso hasta el lugar de inicio. Cuando paso por el lado de Max, quien está ocupado presumiendo del enfrentamiento, le hago una seña de que más le vale dejar los halagos de sus admiradoras para después de que pierda y que se mueva de una vez por todas.
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Devil's Murderers |TEG#2|
AzionePara aquellos que ya los conocen aprendieron a irse con cuidado, sin hacer ruido y sin avisar. Para aquellos que aún no lo hacen es mejor que comiencen a hacerlo. Las reglas del juego han cambiado y esta vez no hay términos medios ni rutas de escape...