14. Promesas a los muertos.

486 57 57
                                    

Miro al chico de cabello negro sin una pizca de emoción en el rostro.

-¿Los demás?- Pregunto reorganizando mi cabello en una cola.

Él se aclara la garganta y responde incómodamente.

-Solo faltas tú- Responde.

-¿Y te enviaron a buscarme?- Alzo mi ceja ligeramente hacia arriba.

Él asiente.

-Bueno, pues me parece que hay alguien allá afuera que te quiere ver golpeado- Respondo comenzando a caminar hacia la salida.

-¿De qué hablas?- Pregunta.

-Todos saben que después de un enfrentamiento termino un poco agresiva, incluso horas después del suceso, por eso me sorprende que te enviaran a buscarme, nadie lo hace, nunca- Aclaro sonriendo y él guarda silencio.

El resto del equipo se encuentra a poca distancia de la entrada hablando en voz alta, lo suficientemente alto para que los escucharan a una distancia nada prudente. Al parecer no soy la única que termina un poco alterada.

Me acerco a Leah quien se encuentra limpiando a hoja de los pocos cuchillos que logró rescatar del combate. Tomo asiento a su lado en una roca mientras alzo mis piernas a la altura de mi barbilla y dejo descansar mi rostro allí.

Los movimientos de mi compañera se vuelven torpes y sé que está haciendo todo lo posible por morderse la lengua y no decir nada.

-Pregunta- Le digo y ella toma asiento al lado mío.

Suelta un sonoro suspiro y entonces me deja de una pieza.

-Encontré las inyecciones y las pastillas- Me dice con discreción y me tenso al instante.- ¿Por qué no me dijiste que aún no estabas recuperada?- Pregunta mirándome a los ojos y aparto la mirada.

-¿Cómo y cuándo las encontraste?- Inquiero tratando de mantenerme calmada.

-Hace una semana cuando mucho, fui a buscarte a tu habitación pero la presencia de una de las chicas de la limpieza me advirtió que no estabas. La mujer estaba en el baño y la vi merodeando entre tus cosas, así que me acerque rápidamente a ella y la eché fuera de ahí con una amenaza de muerte sobre ella. Iba a irme lo juro, pero entonces el pequeño compartimiento se abrió y todas las jeringas se regaron- Explica y asiento lentamente.

-Mentí en los informes.- Comienzo.- En realidad nunca pasé la prueba para reintegrarme. Se suponía que el resultado mínimo que debía alcanzar era un setenta y cinco por ciento, apenas y pude alcanzar el sesenta. Pero no lo entiendes, ninguno de ustedes, me estaba volviendo loca el estar conectada todo el día a esos aparatos médicos sin poder moverme con tranquilidad porque entonces enviaban una alerta a Paul y él venía a reprenderme con el Jefe. Esto-gesticulo hacia mi alrededor-Es lo único que tengo Leah, lo único que se siente como propio, es lo único en lo que puedo destacar. Júzgame si quieres, no pienso hacerte cambiar de opinión.- Termino y ella guarda silencio.

-Vas a tener que enseñarme a manipular las computadoras de Paul- Me dice y suelto una pequeña risa a la que ella se une, pero su expresión cambia de la burla a uno serio rápidamente.-¿Qué tan malo es?- Pregunta abrazándose a sí misma.

Suspiro.- Es peor que solo malo Leah.-Respondo y los ojos de ella se tornan vidriosos.-La jodí, ¿Sabes? Esta vez realmente la jodí como nunca. ¿Todos esos informes acerca de mi recuperación? La mayoría están manipulados. Nunca hubo una "recuperación completa" o siquiera algo que se le pareciera. Arruiné mi columna Leah, no soy capaz de mantenerme en pie por más de dos horas sin que al momento de irme a dormir las punzadas de dolor no me cobren factura, no corro como antes y ni hablar del combate cuerpo a cuerpo. Mis pulmones si acaso y pueden darme el oxígeno necesario para completar un circuito completo y no querer desmayarme. Estoy arruinada, y la única manera de poder tener un rendimiento como el de antes es con esas inyecciones.- Finalizo y ella parpadea rápidamente para ahuyentar las lágrimas.

Devil's Murderers |TEG#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora