Lean la nota del final porfavor, es Importante!♥
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¿Qué me comporte? No soy un estúpido perro. Definitivamente el Jefe quiere que todos seamos asesinados por culpa de esa niñita tonta. ¿Qué acaso no lo ve? No, claro que no. Él está demasiado feliz con su nuevo hogar de acogida como para reparar en el daño psicológico que sufro cada vez que si quiera escucho el nombre de esa estúpida.
Cruzo por el comedor con la intención de buscar un poco de comida en el refrigerador pero se me es imposible no reparar en la hora que marca el reloj digital, son las dos de la madrugada. ¡Paul interrumpió mi maldito sueño para ir a verle la cara a él y a la niñita! Piso con fuerza el suelo a medida que paso mi tarjeta por el escáner para entrar a la cocina.
-¡¿Qué?!- Chillo fastidiada.- ¡Tiene que ser una maldita broma!- Estampo mi palma con fuerza sobre el cemento cuando el escáner rechaza mi tarjeta.
¡No sólo me envían a una misión suicida, ahora resulta que tampoco puedo comer a las dos de la madrugada!
Gruño frustrada y volviendo mi mano en forma de puño lo dirijo hacia la maldita pantalla que deniega mi permiso. Los circuitos se destruyen y mis nudillos quedan cubiertos de sangre y algunos cristales del vidrio protector. Los retiro con furia y jalo de la puerta de la cocina adentrándome en ella.
No pierdo tiempo y alcanzo del refrigerador un tarro de mermelada y un par de tostadas, me subo sobre la encimera dejando mis pies colgando y con el cuchillo que había tomado de mi habitación comienzo a untar la mermelada en mis tostadas.
Lágrimas pican en mis ojos y me odio de la manera en como no lo hacía en mucho tiempo. ¡Maldita sea! Yo no debería estar a las dos de la madrugada ahogando mis malditas penas en tostadas. Debería estar descargando un cartucho entero de fusil en una misión. Pero mi espalda está destrozada y ya no tengo el mismo rendimiento que hace un año. Los demás no lo saben, las drogas me permiten aguantar el dolor por el tiempo que pueda tardar en un operativo, pero definitivamente no es lo mismo. En dos horas debo tomar rumbo a la sala médica para hacer el ridículo examen que me ordenó el Jefe. Salto de la encimera y cuido de tapar bien el frasco de la mermelada, enjuagar mi cuchillo y mirar al suelo.
Las gotas de sangre no son muchas pero de seguro alertarán a las cocineras el día de mañana. Me encojo de hombros y parto del lugar. El complejo se encuentra sumergido en el silencio y me debato entre ir a mi habitación, donde probablemente me esté esperando Leah o el Jefe para darme una charla acerca de la importancia de la familia, o ir al invernadero. Empujo la puerta de las escaleras de emergencia y comienzo a descender dos pisos hasta que un largo y oscuro corredor se muestra ante mí. Lo recorro con lentitud, con la impotencia aun siendo la dueña de mi cuerpo, y para cuando llego a la puerta del final ni siquiera tengo ganas de azotarla como suelo hacer. La empujo perezosamente con el cuerpo y sacudiendo un par de veces mi cabeza hacia los lados, comienzo a correr cinco pisos hacia arriba. Cuando voy en el cuarto casi puedo palpar la desesperación que siente mi cuerpo por sentir el viento de la madrugada azotarme con fuerza en el rostro. Es un sentimiento que conozco a la perfección. Mi corazón bombea sangre rápidamente y la ira se dispersa por mi sistema. A los diez años decidí enterrar mi pasado, en todos los sentidos de la palabra. Y durante siete años me he encargado de que ese pasado nunca saliera de su tumba, yo lo mantuve a raya, y Lexi está luchando por sacarlo de ella. No puedo permitirlo.
Abro la puerta con desesperación. Me quedo respirando pesadamente unos segundos en el marco hasta que mi respiración se normaliza a los pocos segundos y es entonces cuando comienzo a caminar entre el enorme jardín. No me detengo hasta alcanzar una pequeña barandilla e impulsarme con ella para recibir al fin el aire libre. Me siento en el pequeño borde de la estructura dejando que mis pies se balanceen lentamente. Un salto podría hacer la diferencia entre continuar luchando contra mi pasado o enterrarme con él.
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Devil's Murderers |TEG#2|
AzionePara aquellos que ya los conocen aprendieron a irse con cuidado, sin hacer ruido y sin avisar. Para aquellos que aún no lo hacen es mejor que comiencen a hacerlo. Las reglas del juego han cambiado y esta vez no hay términos medios ni rutas de escape...