25. Sabrina Crawford Westwick. (Final)

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Hola! Sí, leyeron bien, este es el final :( Espero que griten, se emocionen, maldigan y lloren como yo lo hice. Nos vemos en la nota al final!

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No dormí. No pude hacerlo. Me la pasé divagando acerca de las probabilidades que había para que el plan se arruinara, que todo se fuera al carajo. Y para cada una de esas posibilidades, había creado dos soluciones y un plan de emergencia. ¿La razón? Esta vez no se trataba solo del Grupo de Élite. Se trata de ellos, más la Liga de los Asesinos, más Max y Steven. Me había negado a pensar qué sería de la vida de la familia de Marcus si él moría, así que, para él, había creado dos planes de emergencia. Ese hombre no moriría bajo mi cuidado. Algo irónico, teniendo en cuenta que el hombre me dobla en edad.

Había memorizado todas y cada una de las armas que iba a llevar conmigo, la cantidad de municiones para cada una de ellas y el lugar en el que las iba a llevar. Estaba ansiosa, y el dolor de cabeza cuando el reloj dio las seis de la madrugada, era una fina prueba de ello. Había demasiado en juego. Lo suficiente como para haberme visto obligada a conseguirle un seguro de vida a los demás. Sí, estoy hablando del vial que espera tranquilamente en la mesa de noche.

Otra razón por la que no pude conciliar el sueño fue porque sabía que Keelie no iría de bocazas con el resto, pero también sabía que podría haber entrado en la noche y llevarse consigo el veneno. Y no podía permitir eso. Necesitaba tener una última opción en caso de que todo se fuera al infierno. Me levanto del colchón y tomando conmigo el vial, me adentro en el baño para darme una ducha.

Dejo el pequeño frasco de vidrio sobre el tocador y me despojo rápidamente de mis ropas. El agua fría impacta sobre mi espalda y cierro los ojos por unos minutos. Irrumpiríamos en las instalaciones de Roman, si él no irrumpía primero en las nuestras, es por eso por lo que un equipo nivel intermedio se quedará en la sede cuidando de la misma. En caso de que algo suceda, ellos detendrán el ataque durante el tiempo suficiente para enviar los equipos de apoyo. Alcanzo una toalla y seco rápidamente mi cuerpo, alcanzo un conjunto de lencería de uno de los gabinetes del baño y lo deslizo por mis piernas y torso. Me agacho y abriendo otro compartimiento del tocador, alcanzo las inyecciones de morfina. Me debato entre si quedarme con la dosis diaria o si debería sumar otra por el día de hoy. Mis ojos se deslizan hasta el reflejo que proyecta el espejo y una sonrisa rota rompe en mis labios.

Cuando las personas expertas en el área de la salud dicen que la morfina es una droga que te mata lentamente, no lo dicen en broma. Mis costillas sobresalen, mi abdomen ya no es igual de firme que antes, y ni hablar de mis brazos y piernas, los cuales había estado ocultando todo este tiempo con abrigos y jeans. Las faldas, vestidos, shorts, tops y blusas pequeñas y descubiertas habían sido olvidadas en mi armario. No soportaba ver lo que la droga le estaba causando a mi organismo. No lo soporto. Finalmente, me decido por aumentar la dosis de morfina por el día de hoy, sabiendo que lo voy a necesitar si quiero aguantar el ajetreo del enfrentamiento. No doy más vueltas al asunto y rápidamente amarro un guante en la parte superior de mi brazo, destapo las inyecciones y una tras otra las introduzco en mi vena. Como una maldita adicta.

Desecho el material médico y me encamino al armario, alcanzo unos pantalones con estampado militar en escala de grises, una camiseta de licra manga larga y con cuello en "V" que se apega a mi figura y botas de combate negras. Trenzo mi cabello desde la coronilla, asegurándome de que ningún cabello se vaya a soltar y a obstruir mi visión. Aplico polvo, rubor, máscara de pestañas, delineador y labial vino tinto mate. Me devuelvo al baño por el vial y lo guardo en el compartimiento secreto del pantalón en donde sé que no se romperá con la emoción del momento, y salgo del cuarto.

Devil's Murderers |TEG#2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora