Capítulo 19

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Canción: Immune - Groenland

Las impresoras que tenía su padre en la oficina no solamente eran de buena calidad, también resultaban veloces

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Las impresoras que tenía su padre en la oficina no solamente eran de buena calidad, también resultaban veloces. Verónica miró las hojas con forme imprimía para acomodarlas dentro de un sobre. Debían apresurarse porque el señor Vicens podría volver antes. Él era conocido por su excelente puntualidad. Miró su reloj, tenía veinte minutos más.

Veriux —la llamó Armando—. Ya voy a enviarte el siguiente archivo.

—Vas —contestó ella.

Mientras tanto Josi trabajaba en sus propios casos en el pasillo para así tener más oportunidad de llamarles la atención en cuanto viera a su padre entrar. Kitty estaba con Armando enfrente de la computadora, revisando la misma información y seleccionando lo que necesitaban imprimir.

—No, eso ya no lo imprimas —dijo Armando.

—¿Cómo que no? —lo contradijo Kitty—. Son las fotografías.

—Eso mándalo por correo.

—Chicos, apúrense —les gritó Josi.

—¡Bórralo primero!

Verónica vio a Kitty moviéndole a la computadora y desplazando, con su pequeño cuerpo, a Armando, quien la empujaba para que no lo interrumpiera; después de todo era su escritorio y su computadora.

—¡Qué están haciendo! —Josi se levantó y caminó hacia el escritorio de Armando, se inclinó para ver la información que tenían—. Oigan. Este es el hombre del tatuaje.

—No, eso no lo borres —pidió Kitty a Armando.

—Espera —dijo Josi—. Eso es importante, envíalo por correo.

Vero terminó de meter las hojas en su bolso y lo cerró. Desde allí podía ver el escritorio de Armando, pero no la entrada al despacho. Así que no se percató de que su padre entraba, tranquilamente, hasta que lo escuchó mencionar el nombre completo de su hermana.

—Ana Josefina Vicens Cabero. ¿Qué te dije que no hicieras?

Al escucharlo Verónica se escondió detrás de la pared que ocultaba las máquinas copiadoras. Se paralizó de puro miedo.

—Papá. No es lo que crees.

¿Qué estaba diciendo su hermana? Cerró los ojos. Su padre había sido estricto al mencionar que no las quería a ambas involucradas en el caso. Ahora hasta podía culpar a Armando y a Kitty.

—¿Qué fue lo que te dije, Josi?

Como ella no contestó Armando decidió que era buena idea mencionar algo.

—Ellas no hicieron nada, fue mi culpa.

Pero no resultaba acertado.

—¿Dónde está tu hermana?

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