Capítulo 1

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Canción: Crimson - Morcheeba

Canción: Crimson - Morcheeba

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Vaporoso. Si el sonido pudiera verse y sentirse sería vaporoso. Así fue como sus sentidos se despertaron; poco a poco. Fue bruma extendiéndose. Primero suave, luego densa. Una carcajada le explotó las sienes, taladrando su cabeza. Un zumbido se instaló en la base de su cráneo junto con un bip constante.

¿Dónde demonios estaba?

Intentó abrir los ojos, pero sus pestañas estaban pegadas, sintió que si forzaba los párpados las arrancaría. La desesperación le oprimió el pecho. Sin querer las lágrimas ayudaron un poco.

Todo estaba borroso. Como cuando se oprime los ojos durante tanto tiempo que se ve a través de un velo. Sólo formas, figuras.

Apretó los párpados muy fuerte y volvió a abrirlos. Nada. Había luz, pero no podía ver bien.

Estiró los brazos y se percató de otra cosa: no podía moverlos. Tenía algo en el brazo derecho que le impedía levantarlo, si lo hacía un dolor punzante se agolpaba en la parte interna del codo. Y sentía pesado el brazo izquierdo.

Ahora era consciente de otra cosa. Su cuerpo se sentía dolorido, como si hubiera pasado la noche en una cama de clavos, o abrazando a un elefante.

¿Qué habrá sucedido anoche?

Intentó hacer memoria. Usualmente, cuando una fiesta duraba toda la noche y parte de la madrugada solía despertar muy mal, dolorida y casi muerta. Pero ahora... ahora estaba siendo diferente.

—Vero.

¿Julián?

No podía hablar, sentía la garganta tan seca que le era imposible emitir otro sonido diferente a un gruñido.

—Oh, mi vida. ¡Despertaste! Estaba tan preocupado.

Intentó enfocarlo. No podía ver su rostro, pero su forma no era una conocida. No era Julián. Su prometido tenía una figura muy característica que Verónica podía distinguir incluso a oscuras, iluminado sólo con la luna.

—Espera, amor. Llamaré a la doctora.

Y la dejó sola.

¿La doctora?

Si él no era Julián, ¿quién era?

Esperó un poco. Observó a su alrededor.

Estaba en un hospital. ¿Por qué?

Estiró las piernas. Las pudo mover sin dificultades.

¿Y si...?

No debió levantarse. El dolor en el brazo derecho fue leve al principio. Ahora podía ver mejor y se percató, de golpe, de que había estado conectada a una intravenosa.

Intentó contener la sangre con la cobija, pero salía tanta que prefirió gritar para conseguir un poco de atención. ¿Por qué no había nadie en esa habitación? No era una zona VIP porque había más camillas. No podía ser posible que...

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