Capítulo 25

946 88 1
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por las tardes solía dedicarse a decorar su casa. Era un pasatiempo que le encantaba hacer y que Carlos le admitía con total libertad. En ese momento realizaba un diseño que podría servir para hacer la casita de Ramón. Había visto una página en internet que subió fotografías de casitas de perro y, las que estaban debajo de la escalera, le parecieron fantásticas. Se imaginó de inmediato una así con el nombre de su bolita de pelos.

Charlie se recargó sobre su hombro para fisgonear.

—Siento que Ramón va a ser nuestro perrijo.

Ella rió pensando en que podría ser completamente cierto.

—Qué ocurrencias dices.

Le comenzó a besar el cuello, el hombro y luego bajó por su brazo.

—¿Puedo pedirte un favor? —inquirió él.

—Claro que sí.

Carlos sonrió, se sentó frente a ella y le entregó varias hojas. Era un guión. Verónica miró la primera. "El color de la sangre".

—¿Es de terror?

—No, más bien drama y suspenso.

Eso sonaba muy interesante. Charlie no necesitaba explicar que lo que él necesitaba en ese momento era que le diera una opinión, así que se dispuso a leer. Conforme las páginas avanzaban se adentraba más y más en la historia. Pasaba a la siguiente hoja con una sonrisa; la última le llevó a sentirse primero sorprendida luego angustiada.

—¡Ay, no! ¿Qué le va a pasar?

Carlos rió divertido.

—Es sólo el comienzo. ¿Qué te parece?

—Es genial. ¿Cuánto tendré qué esperar para lo que sigue?

—Tal vez una semana más.

Verónica aplaudió emocionada.

—Bien. Estaré esperando el siguiente capítulo.

—¿En serio? ¿Sí engancha?

—Qué... ¿Cómo? ¿No me crees? Supongo que la protagonista está siendo acechada, si se encuentra con ese hombre que la vigila... Diablos, Charlie. Tengo qué saber qué va a suceder. Bueno, no. No me digas aún. Lo quiero leer.

—Muy bien.

—Oye, pero ¿cómo le vas a hacer para llevarlo al teatro?

—Ah, no. Mi tarea es hacer la historia, el director se encarga de eso.

Ella acomodó las hojas en la mesa para que quedaran parejas. Les dio un último golpecito y las entregó.

—Ha de ser muy difícil.

Volver a ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora