CAPITULO 26

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  CAPITULO 26.
Pide un deseo

-Yo la cuidare bien –Pronuncio Mike. Era increíble como un pequeño niño de cinco años de pronto se hacía responsable

Asentí y bese la mejilla de cada uno. Con pasos terriblemente lentos llegue hasta la puerta, donde se encontraba Kendall con mis maletas.

-Saldrán de aquí pronto, lo prometo –Cerré los ojos fuertemente, esperando que al abrirlos nada de esto hubiera pasado. Pero no era así y tenía que seguir adelante.

Kendall comenzó a caminar por el pasillo, yo tome el mango de la puerta, di una mirada a mis hermanos y comencé a cerrar la puerta.

-Tn___! –Grito Lizzy, rápidamente la mire, ella corrió a mis brazos. Me arrodille para poder abrazarla.

Lentamente se separó de mí y del bolsillo de ese pequeño suéter rosa me dio una cadenita, con un hermoso dije, una bailarina.

-Mama quería regalártelo, perdón por tomarlo –Bajo la cabeza como si estuviera haciendo algo malo

-Dijo que te cuidaría –Tome a Lizzy y la apreté a mi cuerpo

-Me cuidare, te lo prometo –Bese su frente y en contra de mi voluntad me levante. No mire hacia atrás, levante la cara y limpie mis lágrimas.

Estaba dispuesta a hacer todo por ellos y no me dejaría derrotar.

-Suerte linda –Jason acerco su mano, pero rápidamente me aleje. El sonrió sínico

Camine hacia el auto y entre, Kendall cerró la puerta y rodeo el auto. Cuando estuvo dentro lo encendió y comenzamos a alejarnos.

Recargue la cabeza en el asiento y mire la ventana. Admire el negro de la noche, las miles de pequeñas y centellantes estrellas. Una de ellas llamo mi atención...

-Vallan afuera –Dijo papá desde la puerta

-Todo está bien? –Pregunto mi madre

-Sí, Tn____, muéstrale a Lizzy y a Mike la estrella de los deseos, ahora el acompaño –Mire a mamá extrañada. Ella asintió y Salí con mis dos hermanos.

-La estrella de los deseos –Murmure de vuelta en la realidad, mi triste realidad

-Decías algo? –Pregunto Kendall

-No! –Conteste fría y aun mirando aquella estrella.

Papá había dicho alguna vez que si me sentía perdida o estuviera mal, cerrara los ojos, imaginara que todo estaría bien y pidiera un deseo. Oh! Papá!

Las lágrimas comenzaron a caer, pero como si volviera a ser la estúpida niña que era cerré los ojos. Apreté fuertemente la cadena en mi cuello (La cadena de mi madre) y dese que todo saliera bien, que todo se resolviera.

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Che puedo llorar? No? okay ; -;

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-MI BAILARINA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora