1.-Es mi sitio.

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Capítulo 1- Es mi sitio.

Solo con un ligero sostén de color beis a juego con las braguitas me adentro en el lago, noto como la templada y cristalina agua acaricia mi piel, recojo mi larga melena castaña en una coleta y me adentro poco a poco, paro cuando me cubre hasta la cintura, me doy la vuelta, mis ojos se fascinan y mis pupilas se dilatan al verle, es él, se adentra poco a poco, con un bañador largo y su preciosa sonrisa iluminando el lugar. Va tocando el agua con las preciosas yemas de sus dedos, su hermosa piel ligeramente morena me fascina, pareceré descarada, pero no puedo mirar a otro lado que no sea él. Ya está, delante de mí, me mira, le miro, una mágica sensación nos rodea, tengo vergüenza, pero no puedo apartar la mirada, él vuelve a sonreír, su mano se deposita en mi cintura, un escalofrío recorre mi cuerpo, sé lo que va a suceder, él se acerca y…

-Las ocho, LAS OCHO, Lorena que me he dormido, levántate, ¡corre!-Dijo mi madre mientras corría bestialmente las puertas del armario. -Joder… Si, genial “good morning”, a levantarse, llego tarde, como todos los días.

Dejo a mi madre chillando recogiendo mi habitación, yo mientras voy al baño, ¿dónde esta el cepillo de dientes? Me tiré media hora buscándolo, al fin lo encontré debajo del lavabo, mi madre seguía chillando, me repetía la hora una y otra vez, como si fuera estúpida o algo así..
Me lavé los dientes, cogí una sudadera azul ancha, unos pantalones pitillo y unas deportivas de lo más sencillas, enganché la mochila tal y como estaba, cogí el abrigo y me piré dejando atrás el manicomio de donde provengo.
El instituto Leswey, sí, ahí voy yo, a esa cárcel, y encima llego tarde, genial, ahora la hurraca me echará la bronca.
-Hola, ¿te puedo ayudar?-Me dijo la secretaria quitando por un momento la vista del ordenador.
-Llego tarde, no es nada del otro mundo.-Le puse cara de “déjame en paz” y seguí para adelante, opté por esperar a que terminara la clase en el baño, mientras tanto saqué el rímel del bolsillo y me puse a pintarme.
Oí barullo, ya acabó la clase, salí del baño y me choqué con Natalia, mi amiga, la de toda la vida, ella era rubia, una preciosa melena, vestía muy bien, era muy pija, la verdad es que no tenía mucho que ver conmigo, ya que yo de pija nada, pero los polos opuestos se atraen, así qué...

-¡Lorena! Tía, ¿otra vez? ¡Te he estado esperando! Y al llegar me he encontrado con un chico, estaba buenísimo, creo que me miró y…

-¿TE HE DICHO QUE ME DUELE LA CABEZA?!
-Eres odiosa Lorena.
-Cuando quiero, ven aquí anda. -Le di un abrazo a Natalia y nos fuimos las dos hacia clase, mi sitio lo ocupó Nuria, buuuuf, esa odiosa perra, era mas mala que tomar un yogur caducado en verano. Más asquerosa que dos bombas fétidas, lo peor, la tenía tomada conmigo.
-Nuria, fuera.
+Aaah, ¿tú me obligas? -Me dijo desafiante mientras subía sus botas encima de mi mesa, ensuciándola de barro.
-Haber reina de los zombies y soberanísima gilipollas, te largas o te largo yo, es fácil. -Natalia tiraba de mi mochila hacia atrás, me daba pellizquitos y me indicaba un sitio libre al fondo de la clase, pero no, yo me iba a sentar en mi sitio, como me llamo Lorena. Nuria continuó la guerra.
-Yo no hablaría tanto de zombies cuando tu eres la más fea de la clase, nadie te quiere, ni siquiera tu madre jajajaja.
En ese momento solté la mochila, aparté a Natalia de un empujón y cogí a esa rubia de bote  por los pelos y la arrastré por la clase, de repente vino la directora…

Bien, fiesta.

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