Empleo Nº2

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La música retumbaba fuerte dentro de las cuatro paredes, la gente bailaba y bebía, las luces estroboscópicas se paseaban por el lugar en todas las direcciones posibles con colores violetas y azules. Todos se divertían y el ambiente no podía estar más animado.
Los tragos, bebidas y cervezas no tardaban en salir de la barra y el dinero no paraba de entrar, el barman a cargo de la barra principal no dejaba de moverse de allá para acá; mezclando, añadiendo y destapando, haciendo debes en cuando uno que otro truco para impresionar a los clientes.

El Club en el que NamJoon trabajaba los fines de semana era uno de los más populares en el área, en parte por el buen ambiente y el rápido servicio y en parte por las hermosas bailarinas, que estaban esparcidas por el lugar, el cual era enorme. Se dividía en tres áreas, el área VIP, que se encontraba en el segundo piso, era un poco más pequeña que el área principal y tenía su propia barra en donde contaban con licores más finos, como la champan y el vino, contaba con mesas en diferentes tamaños y sofás individuales de terciopelo y cuero, pero fuera de eso, no tenía nada más de espectacular, al final por estar rodeando las paredes había un mediano barandal hecho de barras horizontales y así podrían ver todo el lugar desde arriba. El área privada, en donde podías solicitar un baile privado con una chica al azar, pero si iba a ser así tenías que respetar las reglas.

1.- No decirle a la chica que hacer.

2.- No puedes tocar a la chica.

Al romper la regla número uno, solo te ganarías el regaño de esta, y lo peor que te podría pasar sería un baile poco sensual. Pero romper la regla número dos provocaba que los guardias te sacaran de la manera más amigable que conocían: A patadas. Y además el ser vetado del lugar, no existía tolerancia conforme eso.

Y finalmente el área principal, en donde estaba la pista de baile y los podios individuales esparcidos en todo el lugar donde las mujeres ofrecían el espectáculo, estando a una altura suficiente para que todos pudieras ver a las chicas, también había uno más grande en el centro, en donde cabían a los mucho, siete mujeres y en el fondo, la barra principal en la cual NamJoon era el encargado.

Llevaba trabajando en ese lugar, aproximadamente dos años, cuando se dio cuenta que su trabajo principal ya no rendía como antes, puesto que Hye seguía creciendo y el dinero iba escaseando. Lo había conseguido más que nada por chantaje -digamos que había encontrado al dueño en una situación bastante "incomoda"- así que gracias al enorme favor que NamJoon le había hecho termino en la barra.

Las jornadas eran duras, trabajaba tres veces por semana, durante diez horas continuas. Y no era como si estuviera orgulloso, cuando NamJoon acepto lo hizo por impulso y desesperación así que no lo dudo, fue cuando vio a Hye que se dio cuenta en el problema en que se había metido. Y la decisión que tomo era una de las cosas de las que no se sentía bien.

Todos los días trabajaba en la oficina de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. y de lunes a jueves las horas restantes del día se dedicaba completamente a su hija. Pero los viernes eran distintos, pasaba por Hye a la guardería y después la llevaba al parque a hacer ejercicio. Literalmente, le ayudaba a ser sentadillas y barras, a saltar la cuerda y a correr. Después la llevaba a cenar algo -un secreto, conforme el esfuerzo que ponía la comida mejoraba- Para al final decirle que irían a un lugar secreto, donde él tendría que ayudar a muchísimas personas a llevarles un elixir especial, que los ayudaría a ser felices.

Hye estaba encantada de que su padre ayudara a los demás a ser felices, ella era muy feliz con él así que no dudaba ni por un segundo que su padre fuera a ser felices a otros.

Entraban por la puerta trasera y NamJoon siempre tenía mucho cuidado de que no la vieran, la dejaba en el camerino con las chicas, de las que por cierto estaban encantadas con Hye.
A NamJoon casi se les salieron las lágrimas cuando después de explicarles la situación a las chicas ellas le habían improvisado una cama a Hye, la habían hecho en al área de maquillaje detrás de los vestidores, con algunos sillones que casi no utilizaban, mantas y algunos que otros peluches con los que Hye podría jugar y así al mismo tiempo, ellas la podían vigilar mientras se maquillaban.

Hey, Daddy! ⇝ NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora