Estaba en máximo estado de alerta. Y eso era poco.
NamJoon estaba en total paranoia.
Y no necesitaba que eso se mezclara con todo lo que se estaba desenterrando y con todo lo nuevo que estaba sintiendo. Era como combinar Sal en una mezcla para panqueques: conoces el resultado de la mezcla, pero al añadirle algo nuevo, no sabías el sabor final.
Era tarde, la clara oscuridad que comenzaba desde su ventana se iba haciendo más densa conforme se iba adentrando más en su habitación, hasta llegar él, envolviéndolo, asfixiándolo en una capa de gruesa oscuridad, igual que un denso cobertor enrollándote en un día caluroso de verano, dejándote seco, agotado, se sentía exactamente así, exhausto, por luchar con algo que no veía. Habían pasado horas, desde su encuentro con SeokJin y sin embargo, aún podía sentir arder sus labios y el leve dolor que le dejo en ellos, a pesar de que ya estaban intactos y fríos, fue como si le arrebatará toda su energía, todos sus años de lucha, de represión, fueron arrebatados.
Todo era un revoltijo de sensaciones y sentimientos, que resultaban incomodos cuando no sabías sobrellevarlos y dolorosos, cuando habrían viejas heridas, esas, que no dolían cuando no las tocabas, pero que si llegabas a rosar mínimamente, el sufrimiento volvía, pero esta vez con un suplicio mayor, pues venía acompañados de la dolorosa sensación sobre ti, sobre tu cuerpo y además, acompañado del pesado recuerdo de lo que sucedió, terminando con doble sufragio, para culminar siendo hundido en una laguna invisible, buscando el modo de respirar, intentando aferrarse inútilmente al exterior, con las respiración entre cortada y el pasado finalmente consumiéndote de nuevo, igual que el agua siendo arrastrada.
Todo lo que reprimió con mucho esfuerzo durante años, volvió.
Tenía dieciséis años y estaba cursando su penúltimo semestre de preparatoria, él y HoSeok habían logrado pasar al grupo A y para ser tan jóvenes, tenían grandes planes y ambiciones para el futuro.
Habían pasado casi ocho años y aún seguía sin comprender como lo había hecho. En ese tiempo, NamJoon llevaba el cabello largo, lo llevaba por debajo de las orejas, casi rozándole la barbilla por el frente y rozando el inicio del cuello por detrás, la mata rubia y espesa de cabello le hacían lucir como un hongo rizado, se podía recoger su terrible mata en unos interminables chongos y aún así se vería esponjado. El uniforme le quedaba un poco grande, se había comprado uno para el resto de la preparatoria. Su madre llevaba poco de fallecida y los gastos funerarios habían sido demasiado para una sola persona.
En ese tiempo, NamJoon era un desastre, se las tenía que arreglar solo en la escuela y en su casa; su padre estuvo de luto mucho tiempo, estuvo casado durante 35 años, con el amor de su vida, con su amiga, con su confidente, su compañera de vida, la madre de su único hijo, solo para que de manera sorpresa, de un momento a otro, el cáncer llego. Se la había llevado de su lado, se la había arrebatado de manera cruel y dolorosa, sin consideración alguna. Un hombre, quien no conoció la soledad durante muchos años, se quedó solo, con deudas pendientes y un hijo adolescente, el cual había perdido a su madre. Era demasiado para un hombre viudo, enfrentarse a una nueva vida solo, un hijo adolescente y la vida nueva que tenía por delante.
NamJoon había perdido la mitad de su vida y no sabía cómo enfrentarlo, así que solo no lo hizo.
Después del entierro, se fue directo a casa y vio televisión durante horas y horas, no supo si ese día su padre llego o no y nunca lo averiguaría, porque de ese día solo recordaba las risas falsas de la televisión y a HoSeok llamando a su puerta, la cual nunca fue abierta.
Durante un tiempo, el dinero fue escaso y el único apoyo que tenía NamJoon era HoSeok. Y por eso todo era un desastre, su único lado femenino, el que le recomendaba como vestirse, cuando necesitaba un corte de cabello, el que le regalaba de vez en cuando un perfume para que oliera aún mejor después de una ducha. Todo eso, se había ido.
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Hey, Daddy! ⇝ NamJin
FanfictionNamJoon siempre llega tarde al trabajo y es el primero en irse. NamJoon nunca tiene citas, pero tampoco está casado. NamJoon siempre tiene ojeras bajo los ojos y manchas de colores en la ropa. NamJoon nunca habla de su vida, ni del porque siempre de...