Tijera Corta Papel.

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No iba a ir, NamJoon realmente no iba a hacerlo, no le importaba quedar como un idiota, seguro que SeokJin ya lo pensaba, así que faltar a una estúpida salida con él no haría una gran diferencia.

Sin embargo ahí estaba, sentado en un asiento libre que consiguió en el metro, en camino a encontrarse con él.

Y eso fue porque el desgraciado de su amigo se lo había dicho a TaeHyung y NamJoon viviría tres vidas más antes de que el rarito del novio de su amigo lo dejara en paz con eso, además en el fondo, suponía que realmente no quería quedar más como un idiota... más de como ya había quedado.

Pero comenzaba a arrepentirse, eran las diez de la mañana y lo único que él quería era dormir. La noche anterior en el club había sido, como siempre, pesada, pero, aunque común mente fuera así, no significaba que se tenía que agotar tanto teniendo que hacer trabajo extra ¡Porque YoonGi pasaba más tiempo en el celular que en el trabajo! YoonGi había estado más enfocado en el celular que en los pedidos, la mayor parte del tiempo estuvo tecleando fuertemente la pantalla y refunfuñando a cualquiera que fueran las respuestas que recibía. Había entregado pedidos a gente equivocada y también se equivocó al entregar varias bebidas, ni siquiera se inmuto ante sus errores, es más, el muy desgraciado se había salido a responder una llamada ¡Y se había tardado más de una hora! Y cuando volvió estaba de peor humor, de ser posible, ni siquiera porque finalmente iba a ser libre de su arresto domiciliario podía ser amigable. YoonGi era una cosa sumamente rara.
Tuvo que dar muchas disculpas y regalar muchas cervezas de cortesía por los errores de su compañero, a quien no le importaba nada más que su celular.

Incluso se tomó el descaro de irse una hora antes y NamJoon tuvo que hacer el cierre solo, se tardó tanto, que para cuando llego a su casa, se dio cuenta que no tendría tiempo de dormir. Había quedado con SeokJin a las once de la mañana, Jin le había dicho que tendrían una cita de verdad, lo cual implicaba tiempo, tiempo que no tenía por la noche, cuando usualmente los adultos salían. Su turno empezaba a las siete y era imposible, así que a Jin no le quedo más que aceptar que fuera temprano -aunque NamJoon intentó persuadirlo para que se vieran más tarde y así el irse más temprano- Pero no funciono en nada. Así que allí estaba, a un cuarto para las once, bajándose en la estación correcta.

Realmente NamJoon se estaba cuestionando su sanidad mental, necesitaba pagar cuentas, dividir los gastos, hacer la despensa, encontrar un adecuado regalo de cumpleaños para Hye y por supuesto, planear algún tipo de festejo, pero en vez de hacer eso -o dormir- Estaba sentado, esperando a SeokJin.

Talvez, después de todo NamJoon si era una idiota.

˚˚˚

-¡Hola NamJoon! -la voz de SeokJin comenzaba a sonarle Familiar y no era realmente bueno, estaba viéndolo más de lo necesario.

A NamJoon no le gustaban que lo hicieran esperar y Jin tenía toda la finta de ser el tipo de hombre que llegaba media hora después de la hora acordada y NamJoon esperaba que fuera así solo para poder dormir cinco minutos. Pero ahí estaba, parado frente él puntualmente.

-Hola SeokJin -devolvió el saludo sin muchos ánimos. Levanto la vista hacía el hombre que sostenía las correas de la mochila que llevaba.

NamJoon se levantó lentamente de su lugar e intento contener la risa. De entre todas las formas posibles en donde hubiera imaginado a SeokJin, esa no estaba incluida. Y es que él jamás hubiera pensado en encontrarse con un SeokJin metido en unos Shorts hasta la rodilla y una camiseta en donde descansaba una carita feliz -pero no literalmente eran más bien los dos puntos y el paréntesis- Pero lo que más le sorprendió fue el nuevo cabello teñido de rubio del chico, que inútilmente intentaba cubrir con una gorra rosada.
NamJoon no era el mejor conforme al estilo, en realidad su closet estaba casi vacío y lo que dominaba era su ropa de trabajo, pero absolutamente todo estaba lleno de brillos o tenía alguna mancha de colores, sus jeans estaban desgastados y sus camisas incoloras, su armario era deprimente, pero no podía darse el lujo de comprarse más ropa, pero aún así, NamJoon sabía que las camisas a botones y los jeans, jamás pasaban de moda.

Hey, Daddy! ⇝ NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora