Hey, Daddy! ⇝ NamJin

Level Two

El club estaba casi vacío a esas horas, las únicas personas que estaban en el recinto eran él y las chicas, NamJoon estaba literalmente rodeado de chicas semidesnudas, tenía una vista perfecta de todo, el bar estaba justo en el centro, así que no había rincón que se le escapara. En circunstancias normales, estaría echando uno que otro vistazo disimulado, que talvez, si tenía suerte y energía, podría utilizar para desahogarse un rato en casa.
Y como nunca se sabía, NamJoon tenía que guardarse en la cabeza las imágenes mentales mientras podía, una vez empezada la jornada, cuando empezaba el verdadero espectáculo de las chicas, NamJoon no podía voltear a ver: estaba demasiado ocupado embriagando a la gente.

—Hey, Nam —MuYeon llamo desde el otro lado de la barra, caminaba en su dirección desde el otro extremo, pasando su fino y delgado dedo sobre esta, sus largas uñas pintadas de un azul metálico provocaban un chirriante sonido. Cuando estuvo frente él, puso su hermoso rostro entre sus manos, enmarcándola gloriosamente, el maquillaje era sumamente exagerado, muchos colores mezclados sobre los parpados, pestañas demasiado largas para ser reales, un delineado perfecto que terminaba en de forma extraña. Su rostro brillaba, literalmente, se preguntó si existía brillantina facial o era escolar, pero no terminaba ahí, también llevaba algo parecido a piedras brillantes en los lagrimales, para finalmente terminar en unos llamativos labios violetas, era sinceramente exagerado, pero ellas siempre decían que debían hacerlo así, para que se notara en la oscuridad.— ¿YoonGi no viene hoy?

NamJoon trago saliva, solo tenia que bajar la mirada para ver los casi descubiertos pechos de la chica.

—¿Quién sabe algo sobre YoonGi? — Contesto, concentrándose excesivamente en acomodar las cervezas. MuYeon hizo una mueca—Siempre llega cuando se le da la gana.

—Creo que eso es lo interesante, ¿no? Sabes, los hombres serios y misteriosos son bastante sexys —Suspiro— Pero YoonGi tiene un bonus: misterioso, serio y la perfecta pinta de un chico malo. Es jodidamente caliente.

NamJoon sonrió, casi no hablaba con las chicas, siempre estaba muy ocupado, pero tampoco le desgradaba, fueron buenas con Hye y se sentía ligeramente identificado con ellas: Estaban ahí por necesidad, no por gusto. Tanto él, como ellas, no habrían elegido ese trabajo si les hubieran dado a escoger.

—¿Qué pasa con las mujeres y su gusto por los chicos malos? ¿Lo hacen a propósito para volver locos a sus padres? ¿O porque saben que es temporal? —Se encogió de hombros. NamJoon suspiro.

—No hay explicación —Dijo simplemente. NamJoon lo vio mucho en su tiempo como estudiante, las chicas siempre suspiraban por un idiota, era como una competencia por ver a quien le gustaba el peor chico.

—Rezo porque mi hija nunca llegue a esa etapa.

—¡Oh vamos! —NamJoon no pudo ver, pero si escuchar los tacones ser golpeados contra el suelo y gracias a la gran capacidad de la vista humana, pudo ver sus pechos saltar—¡Es todo una aventura! Oye, ¿me puedes dar un vaso de agua mineral, por favor?

Estaba prohibido que los empleados consumieran, NamJoon se lo sirvió.

—Gracias—Contesto una vez que se lo extendió. Se señalo los labios con una larga uña—Maquillaje, ¿Tienes alguna pajilla?

—Las tortugas marinas deben odiarte—Se lo tendió, ella comenzó a beber.

—Eres un encanto —NamJoon sonrió, MuYeon le agradaba, era fácil hablar con ella, desprendía un aura casi maternal, todas las chicas la amaban y siempre buscaban su consejo, además le gustaba su actitud, parecía que siempre estaba coqueteando.

—En fin, como te decía. Las mujeres somos más inteligentes que los hombres, ya sabes, ¿pero porque nos sentimos atraídas por idiotas? Fácil, cuando entras en esa etapa y caes por primera vez, primero entras en un perfecto trance de: "Oh, este tipo, por quien todas las chicas mueren, cayó ante mí" Y ahí comenten el primer error que es creer, que lo van a hacer cambiar y dejar su vida de mujeriego.