#34 PENÚLTIMO CAPÍTULO: SENTIMIENTOS

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Narrador POV'S

Era un nuevo amanecer, y aquellas dos personas que la noche anterior habían tenido una conversación que había dejado todo claro entre los dos, ahora yacían dormidos y con sus dedos entrelazados.

Rogue fue el primero en comenzar a despertarse. Miró a su alrededor y al sentir que Sting le tenía sujeta la mano izquierda, no pudo evitar sonreír. Volvió a recostarse en su pecho, con cuidado para no despertarlo.

Intentó dormirse, pero ya le era imposible, las palabras que Sting le había dicho la noche anterior recaían encima suyo; no sabía si sentirse como el "culpable" o la "víctima" de todo esto.

Decidió asomarse a la terraza del gremio para así tomar algo de aire fresco. Se levantó con un poco de torpeza, ya que Sting lo tenía demasiado aferrado a sí mismo.

Logró safarse de él cautelosamente sin despertarlo, para luego salir al balcón; frente a sus ojos se mostraba un clima totalmente deprimente.

-La misma niebla espesa de ese día... - dijo Rogue, mirando hacia la ciudad.

De pronto una brisa totalmente fría comenzó a divagar por la ciudad, llegando hasta donde estaba Rogue. El viento congeló cada célula de su ser, tomándolo desprevenido.

-No recuerdo que este frío me afectara en algún momento...por qué? - se preguntaba Rogue.

-No deberías estar afuera con este frío, ya que no quiero que te enfermes - Rogue sintió unos cálidos brazos que le rodearon la cintura suavemente.

-Sting... - dijo Rogue, desviando la vista sonrojado.

Sin decir nada más Sting llevó a Rogue a la habitación nuevamente, cerrando las ventanas para que así no entrara el frío.

-Aún es temprano - murmuró Rogue, volviendo a acostarse.

-No veo que tengas expresión de estar con sueño - musitó Sting, mirándolo de reojo.

-A qué vino eso? - le preguntó Rogue, devolviéndole la mirada.

-Sé que nada ha vuelto a la normalidad aún después de lo que te dije ayer, pero... - Sting hizo una pausa, acercándose más a Rogue, quedando a tan sólo unos centímetros de distancia -. No me sentiré aliviado hasta demostrarte lo que siento por ti.

Rogue no tuvo tiempo ni siquiera de preguntar, ya que Sting le dió un suave beso, dejándolo inmóvil. Al separarse lo miró directamente a los ojos, por lo que no demoró en darse cuenta de que la mirada de Sting se lo decía todo, y a pesar de que alguna vez lo creyó imposible, ahora no había ningún impedimento para que "aquello" sucediera.

-Entonces, demuéstramelo... - murmuró Rogue, sonrojado y avergonzado a más no poder.

Sting le sonrió, suavemente lo recostó sobre la cama y se colocó encima de él, volviendo a atrapar sus labios. Acto seguido, le quitó la camiseta que llevaba puesta y él se quitó la suya. Comenzó a repartir besos por su cuello lentamente, los cuales al cabo de unos segundos se convirtieron en lamidos.

Sting, con la mano izquierda, lo sujetó de la cintura, para así levantarlo y tener más acceso a su cuerpo. Rogue se sostuvo de la espalda de éste, mientras sentía cómo la lengua de Sting recorría lentamente su cuello.

Luego los lamidos prosiguieron hasta su torso, continuando por sus pezones, en éstos dejaba pequeñas mordidas, haciendo que Rogue se ruborizara ante ese acto. Después bajó hasta su buen formado abdomen, depositando besos intensos, casi al límite de dejar "chupones" en éste.

Sting volvió a recostar a Rogue, percatándose de que éste volvía a cubrir su rostro, igual que esa vez.

-No te sientas avergonzado, nadie nos está viendo, estamos nosotros dos aquí y quiero verte a los ojos en todo momento - le pidió Sting, suavizando su tono de voz.

Entre Las Sombras | StingueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora