Narra Tyler.
Estaba en una cafetería, eran casi las 8, estaba oscureciendo, frente a mi estaba ella, esa chica de cabello de oro, y ojos como el mar, me mataba todo esto, verla sonreír y hablar sobre un futuro. ¿Qué me estaba pasando? Habia estado con ella por varios años, y desde los últimos 11 meses, las cosas habían cambiado, me sentía un idiota, Jenna me había ayudado, me aceptó a pesar de que en su tiempo fuí un desastre.
-¿Tu que piensas Ty?-Me dijo ella, mientras tomaba de su taza de chocolate. No tenía idea de que estaba hablando, me había perdido.
-Amm... ¿De qué?-Le dije, tratando de que no notara que no habia prestado atención a la última media hora de plática.
-Casarnos, Tyler, Casarnos-Me dijo enfadada.
No estaba listo, no sentía emoción alguna por estar con alguien, o bueno, no con ella.
-Jenna, deberíamos tomarnos mas tiempo, estoy en el punto de mi carrera donde no tengo tiempo ni para mi mismo, piensa en eso, piensa que no funcionaria de esta manera-Corté un trozo de hotcackes y lo mantuve en el tenedor mientras sentía como me fulminaba con la mirada.
-Si, claro, entonces... Como digas.-Me dijo mientras metía el celular a su bolso, eso significaba que ya nos íbamos. Pedí la cuenta y salimos de ahí.
Minutos después estábamos en frente del departamento.
En el ascensor tomé la mano de mi novia.
-Perdón amor, es difícil para mi pensar que no podre hacerte feliz en estas circunstancias.
Pude ver comenzaba a dibujar una enorme sonrisa en su rostro. Reímos de cosas algo absurdas que ella me contaba, entramos a y estaba todo oscuro, y ahí estaba Josh... Y Emma. Sentía como si me hubiera pasado encima un elefante. Me sentía extraño, sentía como si me hubieran engañado a mi mismo, a lo que sentía.
Pude notar cierta incomodidad en Emma, su rostro aun asi lucia hermoso como siempre. Jenna solo hablaba sobre la boda,mientras dsba saltitos y chillaba, pero yo no podía dejar de ver a Emma tratando de sonreír, ella se sentía igual que yo. Incomoda. Y aunque la razón de ello fuera desconocida, sentíamos lo mismo.
¿Qué me hacia esa mujer? Desde que la conocí, las cosa dejaron de girar entorno a mi, para comenzar a ser ella el centro de todo.
Su sencillez, su sonrisa, la forma extraña de sus movimientos, su aura misteriosa, toda ella hacia que mis emociones corrieran de un lado a otro confundiéndose entre sí. Sentí como mis mejillas ardían y la vergüenza se apoderaba de mi, así que decidí irme, tome a Jenna y salimos del lugar lo antes posible.
-No tenias que hacer ese comentario.-Le dije a Jenna mientras conducía.
-¿Entonces como la gente sabrá de este logro nuestro?-Dijo con voz orgullosa.
-Jenna, ¿nuestro logro? Tu logro. No has hecho mas que querer tomar decisiones por los dos sin al menos preguntar si estoy de acuerdo, siempre es así-A ese punto no me habia dado cuenta que comenzaba a subir la voz.
-Bien.-Me dijo en tono más bajo.
-Jenna, perdón, en serio, perdón, solo que no logras entender que esto sera complicado para mi, Josh comenzará a hostigarne, y no quería eso.
-Ese no es el punto Joseph, es solo que eres un idiota.Ahí supe que era mejor no seguir discutiendo, no creo aun así que ella entendiera, siempre hacia las cosas de manera impotente. No esperaba a que las cosas se ajustarás en nosotros dos, cuando ya media ciudad y los medios de comunicación internacional lo sabían. Con ella no lograba tener intimidad, todo lo tomaba de tal manera para que el mundo la reconociera, ella era una estupenda mujer, pero eso limitaba sus virtudes.