Narra Emma
La cabeza me zumbaba, y sentía el cuerpo entumecido, no podía mover las extremidades. Abrí los ojos, y aún a pesar de que parpadee repetidas veces, no logré ver mas que oscuridad. Intenté levantarme, pero me encontraba atada. Se escuchó una puerta abrirse, la luz inundo el cuarto, o lo que fuera. Los ojos me ardían. Era un hombre medianamente alto, tenía un pasamontañas puesto de color negro.
-Parece que la princesa ha despertado.-Dijo el hombre, cuya voz era muy ronca. -¿Tienes hambre, niña?
El silencio se expandió por en lugar, el hombre se acercó y me propició una bofetada que me dejo ardiendo la mejilla.
-Te estoy preguntando algo y cuando lo haga responde, idiota.-dijo gritando.
-No deberías trata así a la mercancía, ¿como le explicaremos a nuestro cliente porque una de sus niñas tiene tu mano marcada en la mejilla?-Dijo otro hombre que iba entrando. También tenia un pasamontañas, era mas bajo que el otro y su voz era mas tranquila y burlesca.
-Sabes que detesto que no me contesten.-Dijo.
-¿Cómo quieres que te conteste, está asustada tarado? ¿Quien no lo estaría si supiera que la van a vender a un multimillonario japones?-Río con complicidad al otro.
¿Qué? ¡¿Venderme?! ¿que carajos les pasa? Traté de hablar con la mayor naturalidad que podía, si le hablas con miedo a tu amenaza, podría irte peor.
-¿Qué quieren? ¿Dinero?, puedo darles mas de lo que ese tipo dará por mí.-Dije.
Ellos rienron. Si, quizá eso se escuchó muy estúpido
Ahora, en vez de sentir miedo, de que probablemente ellos me harían daño, o con quien me llevaran lo harían, no dejaba de pensar en lo muy estúpida que fue esta idea, si, no suelo tener grandes cosas en la mente.Narra Tyler.
Hola-Dije llegando al apartamento de Jenna. Ella estaba preparando panecillos.
-Hola-Dijo secamente.
-¿Sucede algo?-Le pregunté. Realmente temía que esto desencadenará alguna discusión, no tenia ganas para ello.
-Tu dime, Tyler. Se supone que íbamos a cenar, pero al señor se le ocurrió no llegar.-Dijo enojada.
-Jenn, te dije que sucedió algo muy grave-Le dije.
Al final del pasillo se escuchó abrir la puerta del baño, en seguida volteé verla.
-Una amiga Tyler-Me dijo como si hubiese leído mis pensamientos-No soy tan idiota como para cambiarte solo porque alguien apareció en mi vida-Me dijo insinuante, si, hablaba lo por Emma.-Ella vino a cenar, y nuestra platica se prolongó hasta tarde y decidió quedarse. De hecho, trabaja para ti, es su asistente, creo-Dijo mientras limpiaba la cocina.
-¿En serio? Bueno, suelo conocer a los que trabajan conmigo. ¿Como se llama?
-Esther-Dijo una voz detrás de mi. No recuerdo haberla visto antes.-le llamé a Josh en estos días, había estado... Indispuesta, por eso no me presentaba-Su voz me irritaba, era aun mas chillante que la de Jenna cuando estaba en sus episodios de complejo de mujer millonaria.
-No es necesario que se presente ya, Esther, tenemos a alguien más-Le dije sonriente mientras tomaba un panesillo, y caminaba por el pasillo hacia la habitación de Jenna.
-Espere, pero... No, no puede despedirme, mi lugar es trabajar ahí-Dijo gritando. Estaba demasiado estresado como para preocuparme por ello.
Entré en la habitación, y me recosté en la cama.
-Eres un estúpido, Joseph-dijo Jenna entrando a la habitación de golpe.-Ella tiene que cuidar de su tía, ¿ahora que hará-Dijo parada delante de mi con la mano en la cintura.
-Pedir trabajado y TRABAJAR- marqué esto ultimo.
Ella salió azotando la puerta.
No me preocupaba ahora, lo único que invadía mi mente era Emma, ¿estaría bien?