Narra Emma.
La sangre me hervía. Habia pasado casi medio día y aun asi estaba molesta, me molestaba cada palabra que esa tipa me habia dicho. Josh tampoco se salvaba, el jamas me dijo qud quizá estaba involucrado emocionalmente con alguien, estaba molesta con todo.
Josh entró en la habitación a la hora de la comida. Traía con él una charola con ensalada.
-Hola linda, ¿cómo estás?-Dijo con esa sonrisa que me hacia ser débil.
-Hola-Dije sin apartar de mi vista la aburrida revista de modas que habia encontrado allí.
-¿Sucede algo?-Me preguntó preocupado. Sus ojos se veían alarmados, no podía seguir haciéndolo sufrir.
-Esther, ¿quien... Quien es ella?-Pregunté indecisa.
-¿Esther?-dijo mientras fruncía el ceño y achinaba los ojos.-Amm... Oh, ya, ella-Dijo con una mueca de disgusto.-No lo sé, dice que trabaja o trabajaba con nosotros, pero no recuerdo haber contratado a alguien tan incompetente.
Me confundí, parecía ser que el hablaba con toda honestidad, pues su disgusto se notaba instantáneamente.
-¿Por qué?-Dijo.
Pensé que ya no es necesario armar un drama por esto. Quizá ella esta loca o no lo se.
-Por nada- Sonreí.Narra Tyler
Semanas. Habían pasado semanas desde que ella estaba en el hospital. Y hoy ya podría regresar a casa. Tenía los diarios en mis mano. No sabia si era realmente bueno preguntar o dejar que las cosas fluyan y vivir cerca de alguien que siento que me ha mentido, pero de todas formas quiero cerca.
A Josh no le habia visto desde hace un par de semanas, mas que unas horas en los ensayos, pero se iba. El sí habia pasado ya mucho tiempo con ella. Y sentía esto como una competencia dónde el llevaba ventaja. Flores, dulces, chocolate, collares, dijes, bromas, abrazos y un sin fin de cosas se sumaban a la posición delantera que Josh llevaban.
Y ¿yo? Bueno, yo le robé sus diarios.Narra Jenna.
Desperté, y Tyler estaba del otro lado de la cama, con el torso desnudo, estaba acostado en posición fetal. Su piel era fría, pude recordar esos años donde las cosas eran buenas, los buenos días del pasado.
Ahora estaba lejos de mi. Y si, yo lejos de él. Lo único que nos unía era su imagen como artista. Todos estaban tan acostumbrados "Oh, si, Jenna y Ty" "Si, se casarán ¿cierto?" "Son una hermosa pareja" Que podría decirse que eso nos hacia estar juntos sin reprochar.
Esa noche iría yo a una reunión de ex alumnos de la universidad, Tyler se reusó a acompañarme, pues tenía trabajo, así que tenia que ir sola. Y sí, quiza es era mi miedo. Que me vieran sola y preguntaran por él... Por nosotros. No sabría como contarles en que parte del camino nos perdimos.Narra Tyler.
Se hacía noche, estaba sentado en la sala de estar del departamento de Jenna. Ella iba a una fiesta y yo a perderme a algun lugar. Le dije que trabajaría, pero en realidad no quería estar ahora con ella. Su presencia me llenaba de culpabilidad.
Yo la llevaría a la fiesta, así que solo esperaba.
Escuché el retumbar de sus tacones en el delgado piso de madera. Levanté la mirada, y ella estaba alli. Esa hermosa chica de la que un día caí rendido. Sus piel ligeramente bronceada, sus ojos, sus labios, piernas, ese increíble escote y su sonrisa... ¿Por qué no se me erizaba la piel cómo antes? Todo mi asombro habia desaparecido, ni carnalmente provocaba algo en mi.
-¿Lista?-Pregunté.
-Si-Dijo sonriente. Caminamos por el pasillo hacia el ascensor, iba detrás de ella. Veía su figura, recordé esas veces que los dos escapabamos a la playa, podía ver el movimiento de sus caderas junto al de las olas, su cabello húmedo, su risa... Ahora estaba dejándola ir.Narra Emma.
-Y si necesitas algo, solo grita, nena-Dijo mi madre mostrando preocupación en su rostro.
-Tranquila-Dije confiada.
-Bueno, ¿te quedarás Josh?-Le preguntó.
-Pues si, a menos de que Emma quiera descansar-Dijo viéndome.
-Estoy bien.
-Bien niños, en un momento les traigo de comer.
Asentimos. Mamá salio y cerro la puerta.
Josh comenzó a ver al rededor de mi habitación, y sonreía.
-Unicornios ¿eh?-dijo riendo.
-Si, no te burles. Tenía 6 años.-Dije.
-¿Cómo?- Preguntó confundido.
¡Mierda!
-Nada, olvidalo-dije entre una risa nerviosa.
-Emma... Am... No se, quiza no sea el momento indicado, pero, quisiera hablar de lo que sucedió antes, ese día, cuando te hice esa propuesta-Dijo viendo hacia el piso mientras pellizcaba su mano.
Me sentía incómoda, yquiza eso se expresó en mi rostro, porqué lo notó.
-Oh, no, no me refiero a tu respuesta de lo que te pregunté, sino...¿qué te sucedió?-Me dijo con una de expresión preocupada.
Todo se quedó, en lo que pareció un largo y torturador silencio.
-No lo sé-Dije.
-No quiero que pienses que te hostigo, pero, Emma... Sé que si sabes.-dijo seguro.
-Quiza un ataque nervioso... Todo eso , fue mucho, Josh.-Dije.
-¿Quien es Oliver? ¿Por que está en tu vida?-Dijo como si tratara de retener todas sus preguntas.
-Es... Un viejo amigo de la familia. Lo considero como mi segundo padre, él... Es maestro en la universidad a la que voy, y me cuida mucho mientras estoy allá. Por eso se preocupa.-No podía con creer que yo estuviera mintiendo tanto.
-Bueno-Dijo.Narra Tyler
Cada página de los diarios habia devorado. Cada una como si fuese oxígeno, aun sin poder creer todo lo que estaba plasmada en esas hojas.
Asesinó a alguien... ¡¡¡Por nada!!! De todas formas, nada justifica un asesinato. NADA.
Supe que Josh iría al hospital, asi que eso significaba que Emma estaría sola, solo por un rato. Tomé las llaves de mi auto, puse los diarios dentro de mi abrigo y conducí hasta su casa.
El camino se me hacía tan conocido y desconocido a la vez, muchas veces habia ido, pero por Eunice, ahora iba por ella. Y no por una alegre visita exactamente.
Aparque el auto, y baje. El día era lluvioso, las ramas de los arboles se meseaban de un lado a otro. Me sentía como un adolescente a punto de entrar a alguna casa abandonada, donde sabia, que inevitablemente, encontraría algo, algo que no querría ver.
Caminé por él enorme e impecable jardín. Toqué la puerta varias veces.-Tyler, que sorpresa-Me dijo Frank, quien llevaba un casco de protección en una mano y un portafolio en la otra.
-¿Está Emma?-Pregunté vacilante.
-Si, no creo que pueda ir muy lejos con una pierna en yeso.-Dijo riendo levemente.
-Si. Ja, cierto-Dije
-Bueno, pasa, ella está en su habitación, y que genial que hayas llegado ahora, voy tarde al trabajo, pero no quiero dejarla sola, bueno, tu sabes-Dijo, yo asentí.-Josh acaba de salir al hospital, no creo que tarde.-Descuide señor, ella estará bien-Dije.
-Eso espero. Bueno, adiós Tyler- Se despidió sonriente.
Entré en la casa, subí las escaleras. Sentía miedo, miedo de no saber como manejar esto.
La puerta de su habitación estaba medio abierto, entré, y ella estaba allí sentada en su cama, tenía los audifonos puestos y un libro en sus manos, no notaba mi presencia, su cara estaba pálida, y más delgada, pero eso no quitaba de su rostro ese aspecto tan hermoso que me encantaba.
Carraspee la garganta, y me acerqué.
-Hola-Dije mientras me sentaba en un costado de la cama, a lo que ella reaccionó quitándose los audífonos rápidamente.
-Hola... Tyler, me has asustado- dijo mientras sonreía muy nerviosa.
-Perdón- Me perdí en lo profundo de sus ojos marrones, hace tanto que no los veía tan cerca.-¿como vas?-Pregunté.
-Bien. Creo que bien- Sonrió.Vaya, llevar eso seria mas complicado de lo que parecía en mi mente.
Narra Josh
-Analgésicos y antibióticos para las heridas-Repetía para mi en voz baja. Me dirigía a la recepción para preguntar en donde podían darme los medicamentos para Emma.
Caminé el largo e impecable pasillo de la entrada, tenía los ojos puestos en la receta, repitiendo una y otra vez las cosas que debían darme. A medio de mi camino choque con alguien, levanté el papel del piso, antes siquiera de disculparme.-Perdón-Dije mientras levantaba la mirada.
Joder, No. Podía. Ser.
-¿Josh?-Me dijo ella.
-¿Debby?-dije con el mismo tono que ella había usado para decir mi nombre.-¿que haces aquí? ¿Estas enferma? ¿Estas bien?-Por mas que intentara disimularlo, estaba preocupado. Ella sonrió confiada.
-Descuida, he venido por un chqueo de rutina, pero todo está en orden.-Dijo.-Y ¿tu? ¿Que haces aquí?
-He venido por algunas cosas para una amiga que tuvo un accidente-Dije levantando la receta.
-Vaya...-Dijo.
-Si...-Dije aun más incomodo de lo que ella se veía.
Ella miró un instante hacia el piso. Su sonrisa se desvaneció y su cara se puso seria.
-Bueno, Joshua, tengo prisa. Adiós. Espero que tu amiga mejoré.-Dijo, aun sin permitirme decir algo se dio la vuelta y caminó.-Por cierto, cambié mi número de teléfono. Quiza luego te lo pase.-Dijo y siguió caminando.
-Si... Lo noté-Murmuré, recordando esas noches despiadadas donde la necesitaba, y la operadora decía que ese numero ya no existía... Casi igual que lo nuestro.