Narra Emma
Aquí hacia frío, y estaba todo húmedo, se escuchaban como las gotas caían y golpeaban contra el piso. 4 días, creo, no he podido llevar la cuenta de cuanto, no se cuando Tengo, aquí hay 35 chicas, debemos ser inteligentes y sacar provecho.-Dijoñ uno de los tipos al otro, quien tenia un cuaderno en las manos. Yo solo podía reprocharme, mis ideas siempre eran estúpidas.
Narra Tyler
Había sido una semana agitada, y lo único que podía pensar era ella. Todo mundo estaba preocupado.
"Ya es mayor de edad, señora Graham, ella pude ir a donde quiera, cuando quiera" escuché repetidas veces a lo largo de esta semana. Eunice siempre cabizbaja murmuraba que había algo más, algo que le preocupaba de Emma.
Llegué a mi departamento, los días se iban más lentos sin ella.
¡Los cuadernos! Cierto. Corrí hasta mi dormitorio, abrí el cajón donde los tenía. Me recoste en mi cama y abrí el primero. Dibujos, palabras garabatientas, algunas hojas llenas de brillantina, y resistol seco.
Tome el segundo y era casi lo mismo. El tercer cuaderno tenía dibujos algo extraños, el color rojo predominaba casi todos los trazos, palabras llenas de odio, a deducir por la letra, quizá tenía 5 años.
"Hola diario, hoy fue un día muy especial, Katya se fue, le ayude a que fuera a un lugar mejor. Cuando murió la abuela, mi madre me dijo que se iría a un lugar bonito, donde seria feliz, yo quería que Katy también lo fuera, así que le ayude.
Ella estaba descuidada, así que le clave las tijeras por la frente, tuve que poner de mucha fuerza. Había sangre por todas partes, en un instante pudimos hacer contacto visual antes de que se desplomara. Sus ojos se veían felices, y yo estaba feliz, feliz por mi amiga"
Quede perplejo, no podía hacer mas que ver esos corazones al rededor de toda la hoja. Esto debía ser una broma.
Seguí hojeando con miedo.
"Ahora tengo una nueva casa, Extrañaré a mamá y a papá, a Eddy y Rob. Oliver es bueno conmigo. Espero acostumbrarme"
Cada cosa que tenía en mente se destruía, ¿quien era Emma realmente?
Salí de ahí, deje los cuadernos, me sentía frustrado.
Narra Emma.
Escuche el sonido de la puerta, no se había cerrado bien. Trate de voltearme, efectivamente, la puerta no estaba bien cerrada. Estaba tan cerca y tan lejos de salir, de igual manera, no podía desatarme. Había una chica delante de mi, nunca la había visto a la cara, solo la escuche un par de veces sollozar por las noches.
-Oye-Le dije susurrando.
No me respondió.-Tranquila, mi nombre es Emma, estoy detrás de ti, uno de los tipos, dejo la puerta entre abierta, se que quizá es imposible, estamos amarradas, pero pensemos en algo. ¿Te parece?-Le dije
-Soy Claire, no lo se, y ¿si nos atrapan?-Preguntó temerosa, su voz era muy fina y llena de dolor.
-Sólo dejame pensar en algo, algo bueno.-Le dije, tratando de que confiara.
Si, eso, Leyla, una de las enfermeras en la clínica, me había enseñado a deshacer nudos de las camisas de fuerza, no es que me hayan puesto alguna, junto hubo necesidad, pero me enseñó simplemente para pasar el rato.
Traté de sentir el nudo, era mas sencillo que el de las camisas. Respire profundo, mis manos temblaban, me tranquilice. Deslice mis dedos sobre el nudo, y poco a poco este se iba haciendo cada vez más pequeño, lo deshacía lentamente.
Sentí como la cuerda se deslizaba hacia el piso, mi corazón latía aun más fuerte. Me levanté, quité el nudo de mis pies. No podía mover las piernas, no las sentía. Sonreí triunfal, ahora faltaba desatar a las demás.
-Y ¿crees que será fácil que pasen desapercibidas por avión?-Dijo un hombre que entraba por la puerta con otro. Corrí detrás de unas cajas, los miraba por encima.
Tomaron unas hojas y salieron del lugar está vez cerrando la puerta completamente. ¡Mierda!
