Narra Emma
El mundo se cerró ante mí. Emma, ¿que demonios hiciste?
-¿Qué?-Grito Eunice.
-Fuimos a recoger sus cosas, la esperé en el auto tardó, decidí entrar, y no estaba en ningún lado -A pesar de que este hombre parecía tener mucho autocontrol, su cara demostraba nerviosismo y miedo.
Tyler se veía preocupado.
-Ayudaremos, pondremos de toda nuestra parte y la buscaremos. -Lo tomé por el hombro tratando de reconfortarlo, se veía muy mal.
-Gracias cariño-Dijo Eunice con lágrimas en las mejillas.Narra Emma
Caminaba por una calle, habían muchos autos, me sentía muy nerviosa. No conozco aquí, ahora estaba huyendo de mis problemas, creo que eso era el colmo para mí.
No sé cuanto caminé, pero creo que fue demasiado, desde hace mas de dos horas salí de mi casa, sin que Oliver se diera cuenta. Me sentía culpable, pero las cosas ya estaban hechas. Esto no solucionaba regresar a la vida que quería, pero no volvería al hospital, y no es como que no me agrade el lugar, ahí pase casi toda mi vida, pero amaba estar a fuera, tener amigos, ver a mis padres y a mis hermanos.
Ahora no se que hacer, no se a donde ir o con quien ir. Por mi mente pasaba una y otra vez Josh, no había pensando en eso cuando estaba en el hospital, más cuando le pedí disculpas, ¿quien habría de gustar de mi? O ¿de enamorarse de alguien como yo? No se que podía ver en mí, no, no creo tener una autoestima baja, más bien creo que soy una mala persona, alguien que hizo algo que es incorrecto.
Mientras caminaba, el cielo se iba oscureciendo, lo que creí que al comienzo era solo dos horas, se había extendido a casi 10.
El viento fresco comenzó a mover mechones de mi cabello. ¿Que haría esta noche?Narra Tyler.
La impotencia me consumía. Quería salir, correr, encontrarla. No era una niña extraviada, eso lo sabia, ella ya era una adulta, pero ¿Los Ángeles de noche? No, no es una buena opción ni para una adulta ni para nadie.
Daban casi las 11 de la noche. Hacía frío. Emma podría estar en cualquier lado.
-Ty, todo estará bien, confía.-Me dijo Josh, sus palabras siempre me tranquilizaban, el era un buen fundamento donde yo podía apoyarme cuando las cosas no iban bien.Narra Emma.
Me encontraba cerca del centro, lo sabia por que había pasado por ahí con mamá algunas veces. Ya pasaban de las 11:30 y cada vez había menos personas por las calles, la incomodidad se extendía por toda mi mente, sentía que me observaban, podía escuchar sus pasos detrás de mi.
- Es irónico, entro en pánico cuando hay mucha gente y ahora que no hay nadie desearía que estuvieran todos a mi alrededor- susurré para mi.
Aceleré el paso, los nervios se me tensaban cada vez más.
No pude más, y volteé, gran error. Sentí un golpe en la cabeza, que me hizo estar fuera de mi, poco a poco, la luz se opacaba y sentía que me cargaban. Me perdí.